— Tan solo ha pasado una semana, —Dijo Nicholas— No esperaba un gran avance, Draco. No en tu caso.
— ¿Avance? — Preguntó incrédulo el joven— ¿Usted asegura que he avanzado?
— Sí, lo acabo de decir… ¿Me has dicho que las pesadillas continúan, no? — Observó a Harry y éste asintió.— Bien, podemos solucionarlo con una poción para dormir.
Harry volvió a afirmar con la cabeza. Deseaba que aquello calmara la ansiedad del rubio. Aquel día había asistido a la oficina de aurores para pedir el día libre. Harry Potter sin duda estaba preocupado por aquel que en algún momento fue su enemigo.
— Qué es lo mejor que te ha pasado en la vida .— Pensó el azabache observando al rubio hablar con el medimago; — no lo sé.
— La sesión ha concluido—Mencionó el hombre acomodando unos cuantos papeles— Draco, Harry — miró a ambos muchachos por igual— tengo a más pacientes que atender.
Harry enarcó una ceja y rió, en cambió el rubio encogió sus hombros y se levantó de la silla, acto que imitó el azabache.
— ¿Vienes? — Preguntó Harry una vez fuera del consultorio extendiendo su brazo derecho— iremos a un lugar… peculiar.
Draco levantó una ceja, sin embargo no se opuso dejando que el azabache lo transportara en un tedioso callejón muggle. Frunció el ceño, el frío en aquel lugar era terrible.
— ¿Cómo planeas comer helado aquí? ¿En este terrible frío?
— He dicho que el lugar es peculiar, ahora, acompañame.
Malfoy volvió a cavilar refunfuñando, Potter traslucía con las ideas más locas que él haya visto— increíble.
Musitó al ver a tantos muggles amotinarse en las veredas; eran demasiados y temió a perderse, pero una cálida mano sostuvo la suya guiándolo a un lugar bastante agradable y ambientado para el frío.
— ¿Es una heladería? — Harry asintió ante su repentina indagación. El lugar estaba templado, a una temperatura sumamente agradable y solo unos dos muggles estaban sentados en la última mesa que señalaba el lugar.
— Sorprendeme con tus gustos, Malfoy — Harry rió, sin embargo Draco se acercó al mostrador para ordenar;
— Bienvenidos a Nestle, ¿Qué van a pedir? — Preguntó una joven con una amable sonrisa, orbes avellanas, cabello rubio y una mirada encantadora.
Draco se aclaró la garganta, miró las ofertas y dijo:— Menta con chispas de chocolate y crema americana.
La mujer asintió y después miró hacia Harry, el muchacho –descuidado por estar entusiasmado por el lugar– reaccionó;
— Chocolate amargo, vainilla y limón.
Draco miró de reojo a Harry.
— ¿Mucho tiempo con Dumbledore?
— Definitivamente.
Habían elegido la mesa exacta; esta les otorgaba la vista de lo que sucedía fuera de aquel lugar. Después de haber recibido su orden, Harry dispuso a contarle a Draco aquellas anécdotas que él consideraba cómicas; anécdotas de Hagrid y Ron.
Realmente Draco estaba pasando un encantador día y todo producto a aquel auror. Harry poseía un carisma inigualable, una sonrisa brillante y unos ojos que ocasionaba el querer perderse en ellos.
— Y por ello, Draco, si llego a tener hijos tienen mi total autorización para ingresar al bosque prohibido.
Draco regresó a la realidad tras escuchar aquella afirmación del auror. Lo observó de manera imperativa y contestó;
— Potter, ¿Tienes idea de cuánto peligro alberga el bosque prohibido? Merlín, estás demente… espera— guardó silencio por un leve momento— ¿Weasley y tú planean tener hijos?
Harry frunció el entrecejo y negó, recordando aquella plática que había tenido con Lucius Narcissa Malfoy después de su boda.
·
—Si no te conociera, Potter, diría que tienes miedo.
Aquella voz detrás suyo logró exaltarlo, era Lucius Malfoy quien venía acompañado de Narcissa Malfoy. Vagamente recordó que aquello precisamente le había dicho a Draco Malfoy en el bosque prohibido; primer año de Hogwarts.
— técnicamente— dijo Harry—, lo tengo.
— Oh vamos, Harry — habló Narcissa— un matrimonio no es tan difícil, no si hay comprensión entre ambos.
La mujer le echó una pequeña mirada de complicidad a Lucius, gesto que de inmediato respondió. Aquello le producía cierto sentimiento de nostalgia; y entonces descubrió varias diferencias.
Lucius amaba a Narcissa. Pero, él no amaba a Ginny.
·
—Harry, ¿Sigues ahí?
— Eh… sí. Solo estaba pensando.
— Disculpa… yo no debí, solo no debí. Es más que claro que ambos planean tener hijos. — Respondió. Devolvió su vista hacia su cono a medio comer. Harry apretó sus puños con cierta tranquilidad y miró hacia la ventana.
— Planeo tener hijos con la persona que amo, Malfoy.
Draco vaciló— Lo sé.
— Y ella no es la persona que amo.
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Subastado. |Harco.
RandomHarry Potter. ¡Vendido! Draco Malfoy supo que su vida acabó al distinguir aquellas palabras, pero no supo que sería rescatado de aquel horrible martirio y mucho menos por el niño que vivió y venció. Ese mismo niño que rechazó su oferta de amistad. ...