Una historia llena de ternura.
Llena de sacrificios.
Llena de amor.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. -1 Cori...
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El timbre y varios gritos en la puerta lo levantaron del sueño profundo en el que se encontraba. En cuanto Braxton abrió los ojos, lo primero que tocó fue su cara, y luego su espalda. Miró a su alrededor y se dio cuenta que se encontraba en el sofá. Luego de procesar todo por un momento, aún escuchando los gritos y golpes en la puerta, volvió a la normalidad y recordó nuevamente todo. Había besado a Samantha, había llorado al hacerlo y luego ella simplemente le permitió llorar hasta quedarse dormido.
Hace mucho tiempo que se rehusaba a guardar sus sentimientos. Desde que sus hijos llegaron al mundo se rehusaba a comportarse como un padre o como un esposo poco demostrativo, a diferencia de lo que muchos hombres creen que es lo correcto, para él llorar no era algo incorrecto. Solía hacerlo en su intimidad, pero nunca esperó hacerlo frente a Samantha. Lo mínimo que esperaba después de haberla besado era que ella lo separara, pero no lo hizo, lo que le demostró que los sentimientos eran recíprocos. Ella tampoco se había ido en cuanto comenzó a llorar, y era algo que Braxton agradecía. En ese momento lloraba porque sentía que estaba haciendo algo que se percibía como malo, pero para él estaba bien. La confusión que sus propios sentimientos le habían causado en ese momento estuvo a punto de llevarlo al borde de la locura, pero luego de que ella le calmara, le besara y se quedara con él hasta quedarse dormido, le permitía con certeza por primera vez no sentirse avergonzado de ello.
Las voces de sus hijos trajeron a Braxton de vuelta a la Tierra y rápidamente se levantó hasta caminar a la puerta. Tenía el cabello desordenado, los rizos estaban alborotados, y podría jurar que su cara se encontraba hinchada y roja, porque sentía los ojos pesados por las lágrimas. En cuanto abrió la puerta vio a sus dos pequeños sonrientes, cada uno tomó una pierna y se abrazó a ella mientras le saludaban, para luego entrar corriendo a la casa en búsqueda de Samantha.
—Buenas. Das pena, Braxton, ¿has estado bebiendo? —preguntó Renata rápidamente mientras entraba a la casa. El chico colocó su cabeza en el marco de la puerta mientras cerraba los ojos para pedirle al cielo que su ahora ex suegra no hiciera comentarios fuera de lugar con Samantha en casa.
—No he estado bebiendo, he estado durmiendo —comentó mientras cerraba la puerta y caminaba a paso lento. La mujer de edad se encontraba entrando a la sala. Los chicos regresaron rápidamente con cara de pocos amigos, mirando a su padre.
—¿Dónde está Sam? —preguntaron.
Renata se acercó rápidamente a la mesa de centro que se encontraba en la sala, frente al sofá, y tomó una servilleta que se encontraba allí. Braxton no recordaba haber dejado algo en ese lugar. La mujer la vio durante unos minutos y luego la volvió una bola de papel.
—Basura por todos lados —comentó.
—¿Dónde está Sam? —repitió la pregunta Sandy esta vez.
—Eso qué importa, Sandy, ya están en casa con su padre, quien es el que importa aquí. Por favor compórtense. —La mujer fue rápidamente a la cocina para, lo que se suponía, era buscar la papelera para botar la servilleta que había arrugado. Los pasos se escuchaban fuertes.