Capítulo 28.

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En cuanto llegó a su casa se había quedado dormida por culpa de las lágrimas

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En cuanto llegó a su casa se había quedado dormida por culpa de las lágrimas. Samantha Brown nunca experimentó antes un corazón roto, pensó que nunca lo haría o por lo menos que no sentiría esa sensación de vacío que tenía ahora. Esperaba también que su corazón iba a ser roto por un hombre, por romanticismo y demás, más no por ver a dos pequeños llorando.

Todos se rompen de distintas maneras. A ella la rompió de algún modo el ver a Bradley y Sandy llorar cuando le pidieron que no se fuese. No lo entendería por ahora, ni lo entendería mañana, con el tiempo quizás. Cuando levantó la cabeza de su almohada se dio cuenta que aún no había oscurecido, por lo que pasó un largo tiempo viendo caricaturas metida en su cama. Se le hacía extraño estar dentro de estas cuatro paredes tan temprano, pero tendría que irse acostumbrando debido a los hechos de las últimas horas. Cuando oscureció Samantha oró, por los niños, por Braxton incluso y por que lo hicieran bien, sin ningún tropiezo. Estaba comenzando a pensar que la manera en cómo se encontraba preocupada por ellos aun después de haber sido despedida le demostraba lo ligada emocionalmente que se encontraba a ellos.

Cayó rendida nuevamente y lo único que pudo levantarla fueron golpes en su puerta.

—¡Ya voy! ¡Deja de golpear tan fuerte, quien seas! —gritó mientras entraba al baño a lavarse los dientes, porque no esperaba matar a nadie tan temprano por la mañana. Le dolía la cabeza por culpa de las lágrimas y sentía su cuerpo pesado. Cuando salió del baño sin peinarse o mirarse un poco en el espejo abrió la puerta. Su vecina se encontraba del otro lado.— ¿Qué pasó?

—Eres famosa —comentó la chica mientras levantaba el periódico. No se trataba de una primera plana ni nada por el estilo, era una página completa con el título: "Nueva chica a la vista" y una foto de ella muy sonriente al lado de Braxton en la fiesta del niño regordete de hace pocos días. La prensa se movía mas que rápido.

— ¿Qué es eso? ¡Por Dios! —Le quito rápidamente el periódico de las manos mientras dejaba entrar a la chica a su pequeño lugar. En el periódico se encontraban no solo esas fotos, había algunas del día anterior mientras ella salía llorando de casa de los Abbruzzi. Ahora su dolor de cabeza se había intensificado. Era lo único que le faltaba.

—La mejor parte es donde dice que peleó por ti con la ex suegra. —Rió sentada en uno de los pequeños sillones del lugar. —Incluso hay un video que lo demuestra, las redes sociales están explotando con eso. Twitter está lleno de tensión porque tu jefe es bastante apuesto.

—¿Cómo que las redes sociales? ¿Cuál video? —preguntó Samantha mientras iba corriendo por la laptop para comenzar a investigar. Ella no tenía redes sociales, lo intentó durante un tiempo pero sencillamente no estaba hecha para esas cosas. Lo único que tenía era WhatsApp porque podía comunicarse con sus hermanos y familiares, pero aparte de eso, nada más.— No, no.

—Sí, sí, eres tan suertuda, Samantha. Fuiste a cuidar niños y encontraste una familia millonaria que te adora. Lo mejor de todo es que ni siquiera llegas a los 25 como para tener cumplida una de mis metas. —Su vecina se encontraba tonteando ya para ese momento, mientras Samantha googleaba rápidamente el nombre de Braxton en internet.

UNA NIÑERA PARA MIS HIJOS |LIBRO #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora