Capítulo 17.

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—Necesito un consejo —expresó mientras su padre lo miraba muy silencioso desde el balcón de su casa

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—Necesito un consejo —expresó mientras su padre lo miraba muy silencioso desde el balcón de su casa. Aunque tenía que ir al trabajo, Braxton necesitaba un consejo, y solo había una persona que le ayudaría a resolver cualquier duda que tuviera.

—¿Cómo puedo yo aconsejarte si tú ya tienes la respuesta a eso? Eres quizás mejor padre de lo que alguna vez yo fui, he sido, o seré. Eres mi hijo mayor y no me cabe la menor duda de que te crié demasiado bien, tanto como para que fueras mucho mejor que yo. La infancia de tus hijos es la parte más importante, no dudo que serán increíbles en un futuro, en especial serán buenas personas, que es lo más importante. A veces los padres crían a sus hijos y los enseñan que al final de su vida tienen que haber sido exitosos o tener renombre, y la verdad es que nuestro deber como padres es criar buenas personas, criar grandiosos seres humanos. A lo mejor hay personas como tú o como yo que tuvieron la ventaja de tener posibilidades, pero los crié y me criaron para ser buenas personas, sin importar lo exitosos, o no, que lleguen a ser. Lo estás haciendo bien. —Cuando Braxton le había preguntado a su padre eso que rondaba por su cabeza, no esperaba recibir esa respuesta de su parte. Para él su padre siempre ha sido la autoridad en casa y nunca pensó que este pensara así de él.

—¿Y cómo sabes que lo estás haciendo bien? Hablo de mí mismo, ¿cómo sabré cuando lo esté haciendo bien o lo esté haciendo mal?

—No lo sabrás, no hasta que tus hijos sean padres también y lo entiendan. Es un ciclo y se llama vida. —Su padre volteó a mirar nuevamente a la calle mientras varios autos pasaban de un lado a otro. Este solía ser el lugar de escape de Braxton en su adolescencia cuando tenía que dejar de pensar, o cuando tenía que hacerlo. También era el lugar que compartía con su padre.— ¿Y a qué se debe todo esto? Nunca habías necesitado un consejo en seis años, ¿por qué ahora?

—Sandy no quiere ir más a ballet porque su profesora maltrata a los estudiantes y no quería decírmelo porque pensaba que me opondría a su salida o me pondría triste porque era lo que le gustaba a Camille. —En cuanto el chico dijo las palabras, su padre rió. Fue una risa extraña, como si realmente la estuviera guardando todo este tiempo solo para él.

—Hijo mío, a tus siete años me dijiste que no querías aprender piano, incluso aunque tu madre te había obligado a tomar las clases. Recuerdo que un día, a lo mejor no lo recuerdes tanto, pero yo sí que lo hago, cancelé la clase con tu profesora y te llevé conmigo. Cuando volvimos, estabas tan feliz de no tener que sentarte a tocar teclas toda la mañana, que te reíste durante la reprimenda que nos dio tu madre. Fue uno de mis mejores recuerdos contigo y tengo demasiados, pero podría catalogar ese como uno de mis favoritos. —Sonrieron ambos. Claro que su hijo lo recordaba, había sido el mejor díaa de su vida en ese entonces, cuando su padre lo había llevado a la empresa y había pasado todo el día jugando a que era el jefe en cuanto su padre se iba y lo dejaba en la oficina.— A veces los hijos no hacen las cosas que nosotros esperamos, a veces los forzamos tanto a seguir un molde que al final tienen miedo de decir no a nuestros deseos. Pero eso no nos hace malos padres, solo nos hace idiotas. Sandy es increíblemente inteligente y si ella no quiere ir a ballet no la obligues, encontrará algo increíble y mágico como ella que sí desee hacer con todo su corazón. Además, son niños, podría no gustarle hoy el ballet y podría volver a enamorarse mañana de él.

UNA NIÑERA PARA MIS HIJOS |LIBRO #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora