shy | kim taehyung

Dos.

—Jungkook, ella es Lee Borae —pronunció Eunji—. Es mi nueva amiga.

El muchacho frente a mí levantó una ceja pareciendo suspicaz, también lo hice yo al escuchar aquel adjetivo salir de los labios de la pelirroja. Amiga. Era la primera persona que me calificaba de esa forma. Tras la sorpresa del momento, sonreí por inercia al vislumbrar su significado más profundo, me sentí conmovida, finalmente tenía una amiga. Quise chillar ahí mismo, pero debía guardar la compostura, no podía dar una mala impresión.

  —Qué pequeña eres —sonrió el castaño y revolvió mi cabello—, pareces una linda hobbit.  

Jungkook, según mi criterio, lucía bastante mayor. Su cabello oscuro iba desordenado y caía por su frente, tenía unos ojos lindos y una nariz un poco más grande que el promedio en Corea, me gustaba, le daba un toque diferente. Su ropa era bonita, un pantalón rasgado en las rodillas de color negro y una playera básica blanca, sus pies iban cubiertos por unos botones amarillos desgastados dándole un toque despreocupado.

—¡Jungkook! No seas grosero —reprochó Eunji tras ver que mis mejillas se encendían levemente.

El chico abrió los ojos bien grandes, parecía sorprendido. —¡No he dicho nada malo!

Disimulé mi risa, pensé que quizá se molestarían si supieran que me reía de lo lindos que se veían juntos, y me dediqué a observar la escena que ambos protagonizaban, discutían sobre el exceso de confianza, como lo calificó Eunji, de Jungkook hacia mí. 

—¡Es mi nueva amiga! No la espantes, sabes que nunca tengo amigas —se quejó Eunji golpeando el hombro de Jungkook—. Ven, Borae, vamos a sentarnos —tomó mi brazo y me guió hasta una manta que estaba tendida en el suelo.

El lugar era muy bello, había venido antes a la orilla del río con mis padres, solíamos caminar mucho por allí pero jamás había hecho un picnic. Nos sentamos bajo un gran árbol rodeado de pasto extremadamente verde, algo extraño en Seúl considerando que casi toda la ciudad estaba cubierta de cemento, frente a nosotros el río estaba en calma, como una taza de té recién servida. Jungkook nos siguió de cerca, se acercó a Eunji y la abrazó por la cintura mientras ella sacaba la comida de una linda canasta de mimbre, había de todo; kimbap, mucho kimchi, tteokbokki hasta un poco de bibimbap sencillo.

Me parecía un tanto curiosa la manera en que los dos mejores amigos se trataban, ambos compartían miradas cómplices, con cierta picardía y diversión, como si guardaran un secreto que sólo ellos conocían. 

—¡Has traído bibimbap! —chilló emocionada Eunji mirando a Jungkook.

—Mi madre lo ha cocinado para ti —sonrió apoyando su mentón sobre el hombro de la chica.

¿Realmente son amigos? Eunji y Jungkook parecían conocerse desde hace mucho tiempo, se trataban con mucha confianza y cariño, tenían una especie de relación hermano-hermana barra amigos-novios. Aunque me causaban ternura, me sentía fuera de lugar, como si hubiera arruinado una cita de pareja, además, Jungkook me miraba de reojo con cierto recelo, podía notarlo. Quizá estaba estorbando, no debí haber venido.