shy | kim taehyung

Dieciséis pt. 2

—¡Te gusta! —exclamó Eunji apuntándome  con su índice acusadoramente.

Mis mejillas estaban a punto de explotar. —No es cierto, solo me pone nerviosa.

—Te pone nerviosa porque te gusta, tontita. A ver, esas supuestas contracciones en tu abdomen —señaló gesticulando cerca de su torso—, son mariposas, tu constante sonrojo y el palpitar acelerado de tu corazón. ¡Todo es porque te gusta!

Fruncí el ceño ante las conclusiones que sacaba Eunji luego de contarle todo lo que hice y sentí cuando estuve con Taehyung. Quizá no fue tan buena idea relatarle todo con lujo de detalle, ahora me encontraba muchísimo más confundida que antes respecto a mis sentimientos por el castaño, es decir, Taehyung era un chico especial, atento y muy simpático -además de guapo- pero no quería creer que me gustaba, me costaba aceptarlo.

Eunji se tendió boca arriba sobre su cama, con los brazos extendidos y la mirada perdida en el techo. Suspiró ruidosamente. —¿No es genial? Las dos mejores amigas enamoradas de los dos mejores amigos.

Alto ahí. Yo no estaba enamorada de Kim Taehyung, eso era imposible. Me atraía, sí, eso estaba claro, sin embargo, no sabía muchas cosas acerca de él salvo las que se dedicó a relatar por la tarde. ¿Cómo enamorarte de alguien a quien no conoces?

—No es tan así, Eunji —me senté a su lado con la espalda apoyada en la pared—. Ni siquiera le conozco lo suficiente.

—Por eso no te preocupes, yo lo se absolutamente todo, de algo sirve conocerlo desde que era un feto —sonrió emocionada apoyando su cuerpo sobre sus codos, levantando la cabeza para observarme—. Dime qué quieres saber y te lo cuento.

—Está bien —reí divertida. No mentiría, me emocionaba saber más del castaño, para mí él era como un libro en blanco, apenas tenía portada pero cuando abrías las hojas solo estaba su nombre escrito en él—. ¿Qué edad tiene?

—Veintiún años, en diciembre cumple veintidós. Siguiente pregunta.

—¿Está estudiando o trabaja?

—Ambas, estudia música y trabaja algunos fines de semana en un café en Hongdae; canta.

Abrí los ojos como platos, eso no me lo esperaba, es decir, era deductible que debía cantar como los dioses, con esa voz que estremece hasta los huesos seguramente nadie se resistía.

—¡¿En serio?!

—Sí, sí, sí, siguiente pregunta Borae, no tardan en llegar y con la tropa de gorilas presentes en mi casa no podremos hablar de esto. ¡Rápido! Siguiente pregunta —habló desesperada moviéndose como un gusano loco sobre la cama.

—Está bien, está bien. ¿Está saliendo con alguien?

—Contigo, boba, solo sale contigo. Ha estado soltero desde el año pasado, quizá desde antes de navidad. Su última novia lo engañó con un profesor de su facultad.