Trece.

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Ya fuera de casa me sentí mucho más aliviada, sin preguntas incómodas y con aire fresco que enfriaba mis mejillas

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Ya fuera de casa me sentí mucho más aliviada, sin preguntas incómodas y con aire fresco que enfriaba mis mejillas. ¡Diablos!, no era normal que me pusiera tan nerviosa con la sola mención del castaño, es decir, ni siquiera me gustaba o algo por el estilo. Sí, era guapo -muy guapo- y también bastante simpático, pero ya había comprendido que chicos como él estaban muy lejos de mis posibilidades. Chicos como Taehyung se consiguen una novia madura y hermosa, justo como Hoseok con Seulgi.

Tomé una gran bocanada de aire y a medida que avanzaba al pórtico vecino lo iba soltando, toqué el timbre y esperé a que alguien abriera la puerta. Una cabellera celeste desordenada y un rostro sonrojado -seguramente por la fiebre- se encontraba al interior de la casa de los Im. Eunji sonrió contenta y se lanzó a mis brazos como la persona cariñosa que usualmente es.

—¡Borae! Te he extrañado mucho, no sabes lo aburrido que es estar en el sofá todo el día —comenzó a parlotear con mi cabeza entre sus brazos. Debido a mi estatura, sus brazos quedaban sobre mis hombros y prácticamente tenía la cara en su cuello—. Creo que prefiero las aburridas clases de trigonometría antes que estar sola en este lugar.

Reí por su exageración y juntas nos adentramos en su hogar. La sala estaba hecha un verdadero desastre, había papeles con mocos por todos lados, platos con comida a medio consumir y vasos con refresco en el suelo. Había una manta rosada de polar sobre el sofá y en la televisión pasaban los capítulos antiguos de CSI.

Eunji de arrojó sobre su asiento mientras que yo me puse a su lado, nos cubrió a ambas con la manta y me observó concentrada, casi como si quisiera analizar un problema de matemáticas.

—¿Has tomado medicinas? —pregunté preocupada.

Asintió con la cabeza. —Mamá me ha dado muchas pastillas para el resfriado, dice que para el miércoles ya estaré mejor.

—Entonces mañana no ir-

—¿Taehyung te recogió? —interrumpió de golpe mi comentario—. Alto ahí, te estás sonrojando, ¡¿qué ocurrió?!, ¡¿por qué te sonrojas?!

Pensar que escapé de casa precisamente por una conversación similar a esta. Cubrí mi rostro con ambas manos y ahogue un chillido de frustración. De sólo pensar en aquella maldita humillación los colores se me subían al rostro y las ganas de no volver a salir de casa hasta el año 3000 aumentaban.

—¡Me quiero morir! —dramaticé ante el recuerdo del rostro compungido de Taehyung al interior del automóvil.

—¿Qué ocurrió? —preguntó más seria.

—Básicamente la humillación más grande de toda mi existencia humana —dije jugando las manos en mi regazo—, estornude en la cara de Taehyung, y no contenta con eso a mi cuerpo se le ocurrió dejar salir fluidos de mi nariz...

Las carcajadas de Eunji de hicieron presentes al instante, estuvo riendo por un largo rato, mínimo un minuto completo. Cuando logró calmarse, me palmeo el hombro y dijo: —No es tan fatal, a Taehyung una vez se le salió una flema. Por lo menos en tu caso sólo estuvo presente Taetae.

shy | kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora