❝Gracias por hacerme sentir especial❞
✿Historia de desarrollo lento.
❁Orginal.
✿Actualizaciones paulatinas.
❁Heterosexual.
Prohibida su copia y/o adaptaciones.
26.06.17
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Llevaba cerca de dos horas tirada en la cama sin hacer absolutamente nada, contemplaba el techo pensando en todas las cosas que debía hacer para el día siguiente, asuntos relacionados a la escuela, pero aún sabiendo que tenía dos trabajos que entregar, no me movía de allí. Estaba cansada de todo, había asistido a tres días de clases y ya sentía como si un camión me hubiera pasado encima.
Cambié de posición para estar un poco más cómoda, posé mi cabeza sobre una almohada cuando el teléfono a mi lado hizo ruido, el sonido de una burbuja explotando me informó que tenía un mensaje en kakao, con pereza estiré el brazo y observé de quién se trataba.
Eunji.
En línea.
Borae! 16:32
Necesito de tu ayuda 😥 16:32
¿Qué ocurre? 16:33
No entiendo nada de los ejercicios de matemática, Jungkook prometió ayudarme pero está ocupado.😳 16:34
¿Quiéres que te ayude?😊 16:34
Por favooooooor 😅 16:34
Tengo muchas frituras y ositos de goma 😉 16:35
Voy para allá 😃 16:35
Sonreí divertida, no era necesario que Eunji me ofreciera bocadillos, iría a ayudarle de todas maneras, es mi amiga y las amigas se ayudan entre sí. Me levanté y caminé hacia mi armario, saqué un abrigo felpudo de lana y me lo puse sobre los hombros, calcé mis zapatillas y acomodé mi falda frente al espejo. Me aseguré de que mis muslos estuviesen cubiertos, odiaba que las personas vieran lo delgados que eran, así que tendía a utilizar las faldas hasta la rodilla.
Bajé las escaleras de dos en dos, me emocionaba comer ositos de gomita, normalmente en casa solo habían galletas porque papá odiaba las frituras o las cosas muy azucaradas, decía que se pondría gordo porque no sabía controlarse, lastimosamente, nos arrastraba a mamá y a mí a no comer delicias.
Frente a la puerta de entrada, estaba papá con una pequeña maleta de mano, acomodaba su corbata frente al espejo sin éxito alguno por lo que me dirigí a él y lo ayudé.
—¿Dónde vas? —pregunté acomodando la prenda.
—Viaje de negocios a Jeju, sólo será por tres días —sonrió acariciando mi mejilla—. Tú madre está triste, podrías hacerle compañía, cariño.
Asentí con la cabeza. —No te preocupes, yo la cuidaré.
Revolvió mi cabello con sus manos. —Gracias por ayudar a tu padre. ¿Dónde vas? —preguntó extrañado al ver que tomaba el pomo de la puerta luego de arreglar su corbata.
