Doce.

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Taehyung arrancó el auto apenas la luz verde del semáforo apareció

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Taehyung arrancó el auto apenas la luz verde del semáforo apareció. Conducía tranquilo, no era uno de esos choferes que les emocionaba el acelerador, más bien era precavido y bastante prudente, todo lo contrario a Eunji. El auto olía bastante bien por dentro, una mezcla de pino y menta que no estaba la primera vez que me monté, sin embargo, creo que producto de ese aromatizante la nariz me picaba muchísimo al punto de tener la sensación de querer estornudar y no poder hacerlo. Sentía mis ojos llorosos y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

—Este es tu último año en el instituto, ¿verdad? —preguntó el castaño.

Giré el rostro para mirarle, sus manos estaban aferradas al volante tensionando los músculos de sus brazos. Un escalofrío recorrió mi columna. Aquellas chicas en el baño tenían razón, Taehyung era demasiado para alguien como yo, incluso como amigos.

Asentí con la cabeza para responder a su pregunta. Me sentí bastante tonta luego de eso, era obvio que no podía verme si tenía la mirada atenta al camino. —Sí, es el último —pronuncié bajito luego de unos segundos.

Moví mi nariz de arriba a abajo cuando el olor a pino con menta me azotó el rostro, me picaba muchísimo la nariz y de verdad quería estornudar, pero sencillamente no salía. Mi estúpido estornudo estaba atorado.

—¿Y qué harás al salir? —paró el auto en otro semáforo y me observó directo a los ojos.

Y justo en ese momento estornudé sonoramente. Sentí como todas mis entrañas se removían en mi interior, como el aire de mis pulmones era expulsado con fuerza hacia afuera llevándose varias gotas de saliva a su paso. No hubiese sido nada malo de no ser porque todo mi estornudo fue a parar al rostro de Taehyung. Juraría que vi como su rostro compungido se arrugaba en cámara lenta producto de cerrar la boca y los ojos con fuerza. Inmediatamente mis mejillas se pintaron de color rojo y mi pulso se aceleró. Cuando el castaño abrió los ojos se tomó unos momentos para analizarme, pensé que estaría molesto e incluso asqueado, sería la reacción más común, sin embargo, estalló en sonoras carcajadas y señaló mi rostro.

—¡Es el moco más grande que he visto en mi vida!

¿Escuché bien?, ¿dijo moco? Me llevé ambas manos al rostro para ocultar el monstruo que seguramente colgaba de mi nariz. Qué situación más embarazosa, ni siquiera tenía un pañuelo cerca para poder limpiarme, ¿qué haría ahora?, ¿ir con un moco colgando hasta llegar a casa? ¡Faltaban por lo menos diez minutos más dentro del auto!

Taehyung estaba descolocado de risa, se sujetaba la panza con sus manos y se le dificultaba respirar. Quise echarme a llorar allí mismo, me quería morir de vergüenza. ¿Por qué siempre me tenían que ocurrir cosas así delante de él? Tragué el nudo que crecía en mi garganta y con la falsa esperanza de encontrar algún mísero trozo de papel higiénico, comencé a buscar en mi mochila con una sola mano, con la otra ocultaba mis mocos. ¿Por qué mi vida era un seguidilla de escenas humillantes?

shy | kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora