Veintiséis.

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Acompañé a Taehyung a muchas tiendas de ropa, íbamos caminando de la mano, uno al lado del otro por el medio de las calles más concurridas de Seúl

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Acompañé a Taehyung a muchas tiendas de ropa, íbamos caminando de la mano, uno al lado del otro por el medio de las calles más concurridas de Seúl. Cada cierto tiempo sentía la mirada del castaño sobre mí, se giraba a verme con una sonrisa en el rostro a la cual yo correspondía de la mejor manera. Lucía un poco preocupado, mordía su labio inferior como si quisiese decir algo pero no se atreviese a hacerlo, la verdad es que tenía un poco de curiosidad con respecto de su actitud, pero no mencioné nada porque estaba más que segura que tenía que ver con Hyera.

Por más que intentara sacar de mi cabeza el hecho de que Taehyung haya estado con aquella chica (muy guapa, siendo honesta), no dejaba de pensar en ello y compararme, ¿qué había visto en mí que ella no tuviese? Esa era la principal pregunta que rondaba por mi mente. Si bien el castaño dijo que sólo quería estar conmigo, me era casi imposible no sentirme insegura, porque si Hyera había logrado conquistarlo una vez, ¿por qué no dos veces?, es decir, la chica tiene todo lo que una modelo de pasarela posee, es hermosísima, incluso esa belleza logra disuadir el hecho de que la maldad le corre por las venas.

—¿Te parece si entramos allí? —preguntó señalando con su cabeza una tienda de ropa, sacándome de mi pensamientos. Observé hacia donde apuntaba y asentí con la cabeza.

—Claro —respondí en voz queda.

A estas alturas, el castaño parecía conocerme tan bien, inclusive mejor que yo, porque a penas suspiré se interpuso en mi camino y dijo: —Deja de pensar en esa chica, Borae, si te conté aquello no era para que martirizaras tu cabeza —bufó con unos leves aires de desesperación  posando sus manos sobre su cabeza—, sabía que no tenía que decirte nada, yo y mi gran bocota. Bebé, escucha, de verdad es una historia del pasado, algo que me es bastante desagradable de recordar, además, yo s-solo…

Le interrumpí abruptamente posando mi peso sobre la punta de mis pies, inclinándome levemente hacia delante y posando mi labios sobre los suyos. Fue un pequeño beso solo para que dejase de hablar, porque cuando comenzaba a parlotear de esa manera, no había forma de pararle. Es innecesario decir que me puse colorada, era más que obvio que aquello pasaría, sobre todo cuando Tae se me quedó mirando sin expresión en el rostro.

—¿Confías en mí, verdad? —preguntó.

—Por supuesto —dije sin titubeos.

Soltó un suspiro de alivio y me rodeó con su brazos, era un abrazo cálido y acogedor, lleno de pistas que denotaban lo preocupado que se sentía. —Te quiero.

Sonreí contra su pecho y rodee su torso con mis brazos, correspondiéndole. —También te quiero, Taehyung.

Su mano entrelazó la mía nuevamente, y con una sonrisa más aliviada en el rostro, me jaló para que comenzaramos a caminar hacia el lugar a donde nos dirigíamos. Al entrar, como era costumbre, los ojos de la mayoría de las personas de sexo femenino se posaron sobre el castaño, y éste, como también era usual, las ignoraba monumentalmente.

shy | kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora