shy | kim taehyung

Veinticinco.

Luego de esa hermosa confesión de cariño por parte de Taehyung no pude conciliar el sueño, además, tener sus brazos enredados en mi cintura era algo que me costaba procesar, es decir, estábamos compartiendo una cama como si estuviéramos casados, jamás se me había pasado por la mente siquiera estar en una situación similar con alguien que no fuesen mis padres.

Me sorprendía la rapidez con la que Tae se quedaba dormido, su cabeza estaba a centímetros de la mía mientras que tenía una pierna y un brazo sobre mí, acorralandome con su calientito cuerpo, por lo que no podía siquiera moverme. No es como si hubiese querido hacerlo realmente, estaba ultra cómoda con él a mi lado. De hecho, yo también rodee su torso con mi brazo. Desgraciadamente nada dura para siempre. Cuando el amanecer se estaba acercando sentí que se removió a mi lado, abrió lo ojos con pereza y se quedó observandome unos segundos, como si estuviese perdido y no tuviera ni la menor idea de por qué se encontraba a mi lado, luego de un rato sólo sonrió y se acurrucó más a mi lado -si es que era posible- escondiendo su rostro en mi cuello.

—Sé mi novia, Borae —murmuró dejándome desconcertada.

—¿Qué?

—Sé mi novia —repitió—, yo te quiero, tú me quieres, es sencillo. Sé mi novia.

Parpadee un par de veces hasta que luego de reír levemente solté sin pudor: —Yo creí que ya era tu novia —su cara salió de su escondite y me observó atento—, creí que a eso te referías cuando estábamos fuera de casa, el día que me pediste intentar algo contigo, pensé qu-

Me calló posando sus labios sobre los míos. Era un beso diferente a los que estaba acostumbraba a recibir de él, denotaba mucha pasión pero si llegar a ser lujurioso, era una combinación de alegría y entusiasmo. Sin embargo, el castaño se emocionaba rápido y en menos de tres segundo se había ganado un lugar sobre mi cuerpo, sin llegar a aplastarme. Se separó de mí sonriendo.

—Eso es un sí entonces —afirmó convencido—, recuerda la fecha de hoy, porque cuando seamos viejitos le contaré a nuestros nietos que fue el uno de los días más felices de mi vida.

Sonreí divertida pasando mis manos tras su cuello, acariciando su cabello. —Te quiero mucho, Taehyung.

—También te quiero, preciosa —respondió de la misma forma. Depositó un beso pequeño y se sentó a mi lado—, debería irme, no quiero que tengas problemas con tus padres por dejar que me quedara contigo.

Asentí con pesar, no quería que Taehyung se fuera, me hubiese gustado permanecer más tiempo a su lado, sin embargo, tenía razón, si mis padres llegaban a entrar por esa puerta me ganaría un interrogatorio peor que el de la policía y una reprimenda por parte de mamá, seguramente no querrían que Taehyung volviera a cruzarse por mi camino y con tal solo imaginar una situación así, se me partía el corazón.