Veintiuno.

3.7K 435 266
                                    

No sabría decir si la mañana pasó rápida porque estaba ansiosa debido al picnic, o si realmente el reloj avanzó a velocidad turbo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sabría decir si la mañana pasó rápida porque estaba ansiosa debido al picnic, o si realmente el reloj avanzó a velocidad turbo. Luego de medio día de clases, Eunji manejó hasta su hogar para que juntas pusieramos todos los tuppers con comida dentro de la bella canasta que tenía la mamá de la peliceleste. Cerca de las tres de la tarde partimos en dirección al parque Yeouido, al ser día laboral -miércoles- y horario de trabajo no estaría tan repleto de personas, con un poco de suerte encontraríamos un lindo lugar bajo los árboles donde nos podríamos resguardar del sol.

—¿Traes los manteles? —preguntó Eunji cargando la cesta en el auto.

—Sí, tu mamá también me pasó unos cuantos cojines —señalé poniendo las cosas junto a la cesta en el portamaletas.

La peliceleste junto las palmas de sus manos en un gran aplauso y sonrió contenta. —Todo en orden.

Ambas nos subimos al carro y nos encaminamos al parque, desde casa tomaba alrededor de veinticinco minutos en auto por lo que durante el trayecto Eunji se la pasó cantando a todo pulmón los mejores exitos de sus grupos favoritos. Estacionó el auto cerca de donde se arrienda bicicletas y tomó su teléfono.

—Jungkook dice que están por las orillas del río —mencionó Eunji—. Les diré que vamos hacia allá.

Asentí con la cabeza. —Voy a bajar la cesta.

Di un suspiro al bajar del auto, el día estaba hermoso, el sol brillaba en lo alto dando un ambiente de lo más cálido, la primavera se estaba notando de a poco, algo por lo cual estaba hiper agradecida ya que odiaba el invierno. La brisa que había en el parque era lo suficientemente fuerte para desordenar un poco mi cabello, pero no tanto como para quedar despeinada, el punto justo de frescura que se necesitaba. En sencillas palabras, era perfecto.

Abrí la cajuela en busca de la cesta de comida cuando Eunji bajó del auto, tomó los manteles y cojines y se encargó de cerrar el auto. Juntas nos encaminamos en dirección a donde los dos amigos nos esperaban. Recorrimos menos de cinco minutos caminando hasta que los divisamos a los lejos jugando con unas paletas.

—¡Hey, par de gorilas, necesitamos ayuda! —vociferó Eunji con el ceño fruncido.

Reí divertida por como los castaños giraron a verle con los ojos super abiertos e inmediatamente después corrieron hacia nosotras para cargar las cosas que traíamos. Jungkook fue más rápido y terminó con los brazos ocupados con la cesta, las paletas y las mantas, mientras que Taehyung solo tomó los cojines con una sonrisita divertida en el rostro.

—¿Dónde nos colocamos? —preguntó el novio de mi mejor amiga.

—Bajo un árbol, amor.

Eunji caminó delante de Jungkook guiandolo hacia el sitio perfecto. A mi lado Taehyung impidió que me moviera tomando mi muñeca, giré a verle expectante, pensé que diría algo y por eso me había jalado hacia él, pero no fue así. Se quedó en silencio observandome.

shy | kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora