Diez.

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Luego del poco pero incómodo momento que pasamos en la cafetería, Taehyung creyó que sería buena idea despejar la mente yendo a montar bicicletas, accedí pensando que él sería quien montaría la bici y yo podría sentarme en una banca cercana y verl...

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Luego del poco pero incómodo momento que pasamos en la cafetería, Taehyung creyó que sería buena idea despejar la mente yendo a montar bicicletas, accedí pensando que él sería quien montaría la bici y yo podría sentarme en una banca cercana y verle dar vueltas, pero su idea era otra, que ambos diéramos un paseo por los alrededores del parque, sin embargo, había un pequeño -gran- problema. Yo no sabía andar en bici.

Siempre me parecieron monstruosas, cuando papá intentó enseñarme a andar, lo dejamos porque me aterraba caer de la bicicleta, había visto a muchos niños en la casa de mis abuelos montar con sus amigos, pero siempre terminaban en el suelo con las rodillas sangrando y muchas lágrimas cayendo por sus mejillas. Me aterró ser una de esas niñas, con rodillas ensangrentadas y un llanto desconsolado. Con el pasar del tiempo, no se hizo necesario que aprendiera a andar en una bicicleta, por lo que olvidamos el asunto y seguí con mi vida como si nada.

En el transcurso del camino desde la cafetería hasta el parque al que Tae quería ir, pasaron al menos siete personas -en un lapso de diez minutos- a las que el castaño conocía y saludaba como si fuesen amigos de toda la vida. Comencé a pensar que Taehyung era realmente popular, es decir, la primera vez que lo conocí Hoseok mencionó que todos sus amigos eran muy conocidos por fiestas y cosas de ese estilo, actividades a las que recurren los adolescentes -yo no-, por lo que me cuestionaba que tal vez aquella chica de la cafetería tenía un poco de razón, quizá Taehyung acostumbraba a salir con muchachas grandes y hermosas, mientras que yo solo era una niña. No me refería al salir de “novios”, sino al salir de una amistad cualquiera, era solo cosa de observar a Eunji; completamente diferente a mí. ¿Entonces por qué Taehyung me invitó a salir?

Aquella duda me acechaba, yo no era una mujer con todas sus letras, lo único de mujer que tenía era el periodo y ni así calificaba para portar con el título dignamente. Carecía de pechos, mi trasero era pequeño, mis caderas no eran anchas como las de otras chicas, estaba super flacucha y mi rostro no era agraciado, ¡ni siquiera me maquillaba!, era cero por ciento femenina. La rubia del café estaba en lo correcto, tal vez lo mejor hubiera sido quedarme en casa.

—Entonces Jimin se cayó de la escalera y todos nos reímos de él —carcajeó Taehyung a mi lado haciendo que le vuelva a prestar atención—. ¿En qué pensabas, pequeña?

Me encogí de hombros un poco nerviosa pero logré hablar sin tartamudear. —Nada importante.

—¿Es por lo que dijo esa chica en la cafetería? —preguntó pensativo—. Has estado callada desde que salimos de ahí, más callada de lo normal.

Mis mejillas se colorearon levemente, no podía decirle que en realidad eso era exactamente lo que estaba pensando, me daba vergüenza. —N-no...

Un suspiro escapó de sus labios, paró abruptamente de caminar y me detuve dos pasos delante de él. Me tomó por los hombros y me observó serio. —Pequeña, no debe importante lo que diga el resto sobre ti, pocos tienen la dicha de llegar a conocerte —un leve color carmesí se posó en sus mejillas—, y espero tenerla también...

shy | kim taehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora