CAPÍTULO 123: "VESTIDO PURPURA"

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Beck...

Extrañaba estar aquí, extrañaba estar en casa, con Emily y mis hijos.

Hasta ahora esta siendo un día muy productivo, en pocos minutos empezaran a llegar los invitados.

-Acomoda bien ese globo porque quedo suelto.-Le ordena Emily a Martín.

La verdad es que la veo normal, hace una semana estaba muy ansiosa, y tuvo una recaída emocional.

Hace pocos días, vinieron los abuelos maternos biológicos de Alicia, reclamando que les devolvieran la niña; por suerte Emily tiene los tramites legales y la patria potestad de Alicia, así que todo se pudo resolver y el juez fallo a nuestro favor.

Emily estuvo tan triste que es mejor no tocar ese tema con ella.

Los meses que estuve despierto en el hospital realmente extrañaba a Emily.

Extrañaba ver sus profundos ojos, extrañaba entrelazar mis dedos con los suyos, extrañaba acariciar su suave piel, pasar mis dedos por su cabello, sentir sus labios, ver su sonrisa, oir su risa; extrañaba cada parte de ella, extrañaba esos kilómetros y kilómetros de piel que me pertenecían pero a la vez eran tan ajenos a mi al estar inmóvil. Extrañaba cada parte de ella.

Emily se ve muy contenta.

1 hora mas tarde...

Ya llegó gran parte de los invitados.

El ambiente se siente fresco, la casa se esta llenando de personas y la música no deja de sonar.

Avalon se ve muy contenta, con su vestido rojo que sin exagerar es gigante, es mas grande que ella, aunque por lo menos puede caminar.

Emily y yo le compramos a Alicia un hermoso vestido azul rey.

Y a Santiago le compramos un traje con corbata, se ve increiblemente adorable; pero también se ve muy elegante para su edad, por eso en parte también se ve gracioso.

-¡Emily! ¡por favor baja!-Grito en las escaleras para que ella baje.

¿Cuanto tiempo le lleva a una mujer arreglarse?

A Emily le lleva exactamente dos horas y cinco minutos, siempre le cuento todo lo que se demora por que es tan terca que dice que solo fueron cinco minutos.

-¡Entre mas me apures mas lento me pongo los accesorios!-Responde desde arriba.

Bueno, al menos dio señales de vida y se que esta viva y que no se tiro por la ventana como pensaba.

Me apoyo sobre la baranda de la escalera y bebo de mi jugo en caja. Si, jugo en caja, Emily y Camile no permitieron que reservamos licor para esta noche ya que hay niños presentes.

-¿Como cuanto lleva?-Me pregunta Martín acercándose.

-Lleva exactamente dos horas y seis minutos a partir de ahora.-Digo mirando mi reloj mientras sigo bebiendo de mi jugo en caja.

-¿Y de que sabor es tu jugo?-Me pregunta Martín señalando mi caja.

-Aquí dice que es de frutos rojos.-Digo observando la caja.

-Mierda.-Maldice Martín.

-¿Que pasa?-Le digo.

-El mio es de durazno, y yo quería de frutos rojos.-Responde.

Yo solo suelto una carcajada.

Así es Martín, sin mas ni menos, sin haberlo planeado, inventa una frase y te hace reír.

Lo gracioso es que Camile se enoja mucho con el, pero no dura ni cinco minutos antes de que el la haga reír.

Y lo que es mas gracioso aun es que se ponen a pelear por cosas sin sentido como por ejemplo quien le pone los zapatos a Avalon, o quien la baña.

La ultima vez que pelearon fue esta mañana, y fue porque Camile quería hacerle una trenza a Avalon y Martín simplemente quería que le hicieran dos trenzas. Como ya dije, cosas sin sentido; al final Emily tuvo que peinarla y solo le hizo un recogido alto.

-¡Emily! ¡mueve tu plano trasero y baja que te queremos ver!-Grita Camile.

Admito que Camile se ve muy bien con su vestido rojo pegado, claro que tiene mucho escote, pero ese es problema de ella. Estoy seguro que se vistió de rojo para estar a juego con Avalon.

-Cuidado se te salen los senos, amor.-Opina Martín.

Ya van a empezar otra pelea.

-No quiero pelear.-Dice ella mientras lo fulmina con la mirada.

-Milagro.-Digo.

Entonces nos quedamos mirando, se nota que me esta asesinando con la mirada.

Pero antes de que pueda decir algo siento unos zapatos de tacón retumbar en las escaleras.

Valió la pena ver todos esos documentales de novias buscando los vestidos perfectos con Alicia.

Así que, estaba ella, frente a mi, vestida de purpura, su vestido era tipo caída princesa, pero no era esponjoso ni nada por el estilo, era simple, con escote de corazón.

Allí estaba ella, con pequeños accesorios dorados que la hacían verse elegante y sofisticada.

Con su anillo de bodas.

-Estas hermosa.-Dijo Camile.

-Impresionante.-Dijo Martín.

Pero yo, yo no podía decir nada, solo estaba allí, paralizado, sin saber que decir, nada mas que admirando su belleza sin despegar mis ojos de su esbelta figura.

-Beck... ¿me veo bien?-Me pregunta.

-Eres la mujer mas hermosa que he visto ver en mi vida.-Digo.

Extiendo mi mano para ayudarla a bajar el escalón que falta.

Entonces ella posa sus manos sobre mis hombros, y yo pongo las mías alrededor de su cintura.

Se siente bien estar así, se siente bien estar así de cerca a ella.

-¿Porque no puedes ser como Beck?-Le pregunta Camile.

-Beck se echa gases mientras duerme-Interviene Emily.

-Entonces si son iguales.-Dice Camile.

Entonces todos reímos.

-Sabes que te amo.-Dice Martín posando su mano en el trasero de Camile.

-Oh no, aquí no.-Dice ella retirando su mano.

-Vamos a recibir a los invitados.-Digo antes de que se pongan a discutir de nuevo.

El jardín esta decorado a la perfección.

Toda la noche será perfecta.

-Cuando todo esto acabe tengo asuntos importantes que resolver contigo.-Le digo a Emily mientras saludamos de lejos a los invitados.

-Lo se, no se me ha olvidado.-Responde ella.

Ahora si, tendré mis seis hijos como se debe.

-Mañana hay que ir al cementerio.-Dice ella.

-¿A visitar a quien?-Pregunto.

-A Jenn.

Tenía que ser Jenn, siempre pasa algo con ella.

Y en ocasiones, hace apariciones en medio de la noche.

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