1

2.4K 139 160
                                    


Dejé el pintalabios sobre el escritorio, que para finales de la siguiente semana, ya estaría lleno de libros y apuntes. Me miré en el espejo y asentí como si alguien pudiese verme, contenta con el resultado de mi maquillaje.

Me había hecho un ahumado, con tonos marrones y uno granate que profundizaba mis ojos color agua. También me había puesto eyeliner, haciéndome una línea que me alargaba la mirada; la máscara que había utilizado había hecho que las pestañas dieran la sensación de ser muchísimo más grandes y por consecuencia, mis ojos también.

Llevaba unos jeans negros ajustados y una camiseta de asillas azul suelta, de una tela que imitaba la seda. Para rematar el conjunto, había optado por una chaqueta de cuero negra y unos botines de tacón alto, del mismo color.

Ya estoy preparada, ¿voy a buscarte?«

Mandé un mensaje a Izzy. Mientras esperaba la respuesta, fui guardando las cosas que había utilizado al prepararme. Cuando llegase quería caer sobre la cama lo antes posible, sin tener que ponerme a recoger nada.

»Estoy en recepción. Baja que perdemos el último metro.

Cogí el teléfono después de leer el mensaje y salí de la habitación, metiendo un billete de 20 dólares en la funda de mi móvil. Después, lo metí dentro de uno de los bolsillos de la chaqueta que me había puesto, a la cual le cerré la cremallera asegurándome que nadie pudiese intentar robármelo sin que me diese cuenta.

Llegué a la recepción y también me encontré con Sophie y Alice. Las tres estaban mirando sus móviles y en cuánto estuvimos las cuatro, salimos de allí en dirección a la boca de metro que había a un par de cientos de metros de la puerta de la residencia.

La fiesta era en casa de una de las fraternidades de la universidad. Por lo que nos había dicho Izzy, ni siquiera era dentro de la casa, sino en el jardín de esta. Llegamos media hora después y el reloj rozaba casi la medianoche. Desde el principio de la se oía la música y se podía notar que el ambiente era increíble desde que ponías un pie dentro del jardín.

Fuimos directas a coger algo de beber, menos Alice, la cual –como siempre que salíamos-, fue directa a estar con otras chichas de su facultad.

Nos costó un poco hacernos con un hueco para bailar en el jardín, que estaba abarrotado de gente.

–¿Dónde se supone que están los chicos guapos? –Izzy frunció el ceño, como si estuviese cabreada.

–Pero si tienes novio –reí al verla. –Joe cancelled, ¿o qué?

–A ver, yo mirar puedo hacerlo. Tocar ya toco lo que hay en casa –se encogió de hombros.

–Esa explicación no era necesarias –Sophie encogió el rostro, con asco.

Los chicos llegaron a nuestro lado justo después, acompañados de Ryan y Justin.

–Menos mal que venís a saludar, eh –Owen negó en nuestra dirección.

–Casi morimos aplastadas intentando coger una copa. Intentar encontraros hubiese sido misión suicida –apunté. Ni siquiera les habíamos visto al llegar.

Ni Justin ni Ryan dijeron nada. Y en realidad no me sorprendía.

No nos conocíamos oficialmente. Las chicas y ellos sabíamos el nombre de cada uno porque nos conocíamos de vista. Nunca habíamos intercambiado ninguna palabra, aunque fuésemos todos del mismo sitio.

A mí me conocían porque iba a todos los partidos a sacarles fotos; después Owen se encargaba de pasarlas por el grupo del equipo que tenían, pero hasta ahí llegaba todo. Las chicas la mayoría de veces me acompañaban y esa era toda nuestra interacción, obviando que simplemente nos seguíamos en instagram e intercambiábamos algún que otro like.

No Promises • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora