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  I'll hold you when things go wrong... I'll be with you from dusk till dawn  


Mi relación con Mike nunca fue fácil.

Desde el primer momento que empezamos a salir, cualquiera en 1000km a la redonda podría darse cuenta de cómo me utilizaba y de lo manejable que yo podía llegar a ser; si me hubiesen dado dinero por cada vez que él me ponía los cuernos, mi fortuna subiría al nivel de la de Paris Hilton, o algo así.

Por eso mismo, cuando yo desperté y me di cuenta de que no podía seguir dejando que me tratase así, la cosa entre los dos acabó terriblemente mal. Yo le eché absolutamente todo en cara y él se encargó de que todo el mundo me conociese como una zorra. De ahí la supuesta reputación que tenía y de la que todo el mundo hablaba.

Aun no me he explicado cómo, pero fue lo suficientemente constante como para que me conociesen como una zorra –irónico cuando él había sido quien había sido infiel durante el año y medio de relación–.

¿Que por qué aguanté tanto?

Porque estaba locamente enamorada de él. Y el corazón sufre y es el que se lleva todos los golpes, pero no sabe decirle basta a la persona que los provoca, si es a la que quiere de verdad.

Su nombre me recordaba a problemas y que su equipo y el de Justin fuesen a verse las caras la siguiente semana, no me hacía ninguna gracia; básicamente porque le conocía y, aunque lo nuestro hubiese acabado varios años atrás, tocar las narices era su pasatiempo favorito.

–Te noto rara –Justin se tiró a mi lado en el sofá de su casa.

Habíamos ido allí para almorzar los dos juntos y pasar la tarde como el viernes. Estábamos viendo un programa cualquiera en la tele despreocupadamente, aunque mi mente no podía dejar ir el tema con tanta facilidad.

–¿Rara? –Mentí para no preocuparle–. No me pasa nada.

–Ya claro –asintió irónico y me miró–. Y el rubio de Amber es natural, ¿verdad?

Reí levemente por su comentario, ya que era lo último que me esperaba que dijese.

–No pasa nada –negué–. No es algo que debería preocuparte.

–Pero sin embargo te preocupa a ti, y eso me preocupa a mí.

Algo dentro de mí se movió, dejando que sus tiernas palabras empezaran a resquebrajar la coraza que hacía tiempo estaba llevando.

–No quiero molestarte con esto, Justin.

–Me molesta más que adoptes esa actitud de "me lo guardo para mí y punto".

Suspiré cerrando los ojos y me eché hacia atrás, sabiendo que tenía razón y que lo que yo estaba haciendo me molestaba de la misma forma que a él.

–¿Sabes quién es Mike Williams?

–Sí –asintió–. Jugué la temporada pasada un par de veces contra él.

–Pues es mi ex –hice una mueca–. Y no me hace gracia que el próximo partido sea contra su equipo.

–¿Por qué? –fruncí el ceño.

–Porque le gusta tocar los cojones. Lo nuestro terminó hace años y cada vez que me ve intenta acercarse a mí para remover cosas que ya no viven.

–No va a pasar nada –supo en seguida por donde quería ir–. Tengo paciencia suficiente como para no partirle la cara.

–Sabe manipular a la gente para que hagan lo que él quiere... –humedecí mis labios.

–No me interesa lo que él quiera –se encogió de hombros–. ¿Qué os pasó?

No Promises • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora