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"I just really wanna let this fire burn bright"
Odiaba el instituto los lunes. Significaban todo lo que no soportaba: asignaturas que aborrecía a primera hora, gente a la que no quería cerca de mí y profesores que te intentaban dar lecciones de vida cuando todo el mundo sabía que solo estaban allí por el dinero.
Me senté con Izzy en uno de los bancos que había en el patio, abriendo el sándwich mixto que me había hecho mi madre aquella mañana; Sophie seguía enferma de la garganta, así que nuestro pequeño grupo había sufrido una importante baja ese día.
–Préstame el workbook que me faltan dos ejercicios por hacer –dejé el zumo a un lado.
–Pues tú dame los ejercicios de biología que me he olvidado de hacerlos –sacó un cuaderno verde de su mochila.
–Madre mía, de aquí a traficar con yogures.
–Pero sin trozos, que me dan mucho asco –Izzy rió mientras empezaba a copiar.
El recreo estaba a punto de terminar y seguíamos sentadas donde mismo hablando tonterías; teníamos hora libre después y viendo el panorama, tenía toda la pinta de que nos íbamos a quedar allí sentadas haciendo lo mismo que habíamos hecho hasta aquel momento.
–Hola –George llegó hasta donde nosotras estábamos sentadas.
–Hola –sonreí. Últimamente nos habíamos empezado a llevar genial.
Quién me lo iba a decir, cuando en primaria no podía ni verle desde que me pegó un balonazo en toda la cara en clase de educación física. Me había pedido perdón varias veces, pero solo había querido arrancarle la cabeza para que volviesen a jugar al fútbol usando esta como pelota.
–¿Lleváis aquí todo el recreo? –Preguntó sentándose en el banco.
–Sí –asentí–. Si quieres copiar algún ejercicio de lo que sea son 5 euros.
–Joder, Maddie. Sales más cara que la cafetería.
El día pasó rápido y cuando me quise dar cuenta, ya estaba en los jardines a la salida del instituto esperando con los demás a que viniese mi madre a recogerme. Estaba hablando con Izzy y Owen, cuando a nuestro lado llegaron George, Ryan y otro chico que no conocía de nada.
–Ya podemos irnos –George habló–. He tenido que ir a buscar a estos retrasados porque se perdían.
–Tío –el chico habló–, vuestro instituto está a tomar por el culo. No es nuestra culpa.
–Pero si vosotros os perdéis hasta teniendo el mapa de Dora la exploradora –Owen les miró con una mueca de sinceridad.
–Eso significa que uno es el mono, ¿no? –sonreí divertida.
