La rutina había comenzado dos semanas atrás cuando Lauren comenzó a trabajar en la fábrica, esta última no le había querido comentar a fondo a Camila sus funciones en dicho empleo más que nada por que sabia que no debía preocupar a la chica embarazada; ella ya tenía suficientes problemas con lidiar con los síntomas del embarazo, se decía a sí misma.
–Lauren, en dos días tengo chequeo con la ginecóloga.– La latina le informó a Lauren la cuál se encontraba tumbada en el sofá.
–Mmm muy bien, ¿Quieres que vaya contigo?– Lauren giro en dirección a Camila la que estaba de pie cerca de la pequeña sala.
—Humm... yo no quiero molestarte.–Respondió la chica embarazada mirando al suelo.
Camila sabía todo lo que Lauren estaba haciendo por ellos todas estas semanas y aveces se le metía a la cabeza lo pesada que era ella y su bebé pero tal parecía que a Lauren eso no le importaba ya que siempre tenía una sonrisa en su rostro para ellos.–Camz, sabes que no me molestan. Es más, a mi me encantaría volver a escuchar los latidos de su corazoncito.–Lauren comentó en una voz melosa y con una emoción desbordante.
Camila subió su mirada conectándola con la verde de Lauren y sonrió involuntariamente con ella, comenzó a caminar hasta llegar a recargarse al respaldo del horrible sofá negro que tenían, aún le disgustaba a Camila pero ella ya había empezado a acostumbrarse a esa nueva vida que tenían, tenían en plural por qué ambas compartían su vida diariamente y aunque no lo dijeran le encantaba la presencia de la otra en sus vidas.
–¿Hablas en serio?–Camila preguntó con emoción e incredulidad que reflejaba su rostro.
–Claro que si Camz– Habló Lauren incorporándose quedando sentada en el sofá– Fue algo muy emotivo, no te lo dije pero casi me pongo a llorar ahí contigo.
–Yo no pude evitar llorar....–Camila respondió y sin pensarlo volvió a su mente semanas atrás cuando la ginecóloga Collins le permitió escuchar por primera vez los latidos del corazón de su bebé.
Camila no lo había notado pero sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas como si fuera ese día de nuevo y sonrió al sentir que una mano tomaba la suya guiándola al sofá.
–Ven aquí Camzi–Lauren le hablo ayudándole a sentarse a un lado de ella en el sofa que sabía muy en el fondo Camila odiaba más no le decía nada y eso hacía que la quisiera un poquito más que antes.
–Lo siento....–Apenas y se escuchó la voz de Camila entrecortada a causa de sus lágrimas que empezaban a descender por sus mejillas.
–No tienes que disculparte Camz, yo quiero decir que te entiendo pero no lo puedo decir del todo por qué después de todo tú eres la chica embarazada–Lauren dijo ayudando a secar las lágrimas de Camila con sus dedos pulgares.–Pero si yo que no soy su madre me emocione tu debes de sentirlo al doble o triple.–Lauren termino de hablar y solo en ese momento cayeron en cuenta de lo cerca que estaban la una de la otra y de las manos de Lauren tocando el rostro de la chica embarazada.
Lauren no quito su mirada de la mirada chocolate de la latina, por su mente pasó el acercarse un poco más a ella y conectar sus labios con los de Camila, pero inmediatamente desechó esa idea al decirse mentalmente que era una locura y que si no quería perderla debía de reprimir sus absurdos sentimientos por qué ella siempre fue su crush.
Aún así tuvo el atrevimiento de acariciar suavemente la mejilla de Camila con el dorso de su mano, se quedó un poco estática al no ver reacción por la futura mamá pero segundos después vio cómo Camila cerraba sus ojos para disfrutar más el tierno gesto.–Creo hummm... que debería de ir a checar la lavadora....– Hablo Camila rompiendo ese pequeño pero íntimo momento que habían tenido.
–Si, si, claro no te entretengo más.–Contesto Lauren atropelladamente dando un salto tomando distancia de la latina.
Vio cómo Camila se levantaba del sofá y salía rápidamente en dirección a la recamara que ambas compartían, se maldijo internamente el haber hecho aquello, ¿como es que había tenido semejante osadía? Solo había logrado incomodar a la latina, aunque si su juicio no la engañaba ella había podido distinguir cómo Camila lo disfrutó al principio. No, eso no podía ser cierto solo eran ideas suyas, meneó su cabeza en señal de negación para alejar esos absurdos pensamientos. –Mejor vete a trabajar Lauren, ponte a ocupar tu mente.–Se dijo a si misma en voz alta y se encaminó a la pequeña oficina que le pertenecía desde el primer día.
Camila se encontraba encerrada en el baño de la recámara, bajo la tapa del vater para sentarse un momento. Pensó en lo sucedido minutos antes y subió una mano a su pecho notando que su corazón latía un tanto acelerado, ¿quizás Lauren estaba sintiendo algo por ella? No, claro que eso no podía ser ni siquiera una posibilidad, ¿quien podía quererla a ella? Si estaba embarazada y faltaban unos meses para que se inflara como una pelota.
Al darse cuenta de sus pensamientos se levantó rápidamente y corrió al espejo de cuerpo completo que tenía la puerta y se observó en todos los ángulos posibles para así darse cuenta de que seguía con su cuerpo normal, de le dibujó una sonrisa involuntaria al volver a llegar a su mente la pequeña caricia de Lauren, subió su mano tocando aquella zona que Lauren había tocado con delicadeza se dio cuenta de que Austin nunca había tenido gestos así de simples, ¿pero como iba a tenerlos si él mismo te dijo que solo estaba contigo para acostarse? Se recordó a sí misma las palabras del chico y aún le entristecía pero se dijo a sí misma que ahora estaba con un panorama mejor.
Camila salió del cuarto de baño dándose cuenta que no tenía nada en la lavadora como le había dicho a Lauren así que se encontraba sin nada que hacer. Se encaminó fuera para buscar su móvil y así al menos pasar el tiempo en las redes sociales y bingo lo encontró tomándolo de la mesita de centro.
–¿Pensé que te ibas a ocupar con la lavadora...?–Lauren le hablo algo extrañada al ver a Camila en la sala.
Camila giró a ver a Lauren alarmada sin saber qué responder es obvio que la había cachado en su mentira.
–Yo.... decidí dejarlo para mañana.–respondió Camila lo más convincente que pudo con una sonrisa fingida en su rostro.
–Está bien. Ya que ninguna tenemos que hacer, ¿por qué no vamos a caminar al parqué que está por aquí cerca?–Lauren le preguntó a Camila con una sonrisa de lado en su rostro.
–¿Esa sonrisa te funciona con todas las chicas?–La latina atacó a Lauren también con una sonrisa matadora.
–No se de que me hablas Camz.–Respondió la ojiverde haciéndose la desentendida.
–Claro, claro se supone que debo creerte.–Camila respondió tomando su bolso y encaminándose a la puerta.
Lauren la siguió detrás alcanzándola, abrió la puerta para Camila y ambas salieron con una enorme sonrisa en sus rostros.
¡Sorpresa! Aquí estoy cumpliendo mi palabra. Se que no es un largo capítulo pero paciencia ya pronto subiré el siguiente. Espero sus estrellitas y sus comentarios.
No se olviden de sonreír.