—¡Camila! ¡Camila espera!—Lauren gritó sin obtener respuesta—¿A dónde vas?—Preguntó corriendo apresuradamente tratando de alcanzar el taxi que se detenía frente a Camila. No sabía cómo todo se había salido de control y como cambio tan drásticamente una pequeña salida por el festejo del aniversario de la fábrica, sin duda todos los panoramas que tenía horas antes se esfumaron en ese momento—¡Déjame en paz Lauren!—Dijo Camila abriendo la puerta del taxi que acababa de detenerse frente a ella.—Quédate en tu maldita fiesta ¡Y con las zorras de tus amigas!—Después de voltear a ver a Lauren se montó en el taxi y cerró la puerta pidiéndole al chofer que arrancará lo más rápido que pudiera.
Lauren llego a la acera donde segundos antes Camila había estado, se agacho apoyando sus manos en las rodillas tratando de agarrar aire, miro al frente donde se podía ver cómo se perdía el vehículo en el que iba Camila.—¡Que mierda está pasando!—Dijo en voz alta tratando de regular su respiración. Se quedó ahí de pie tratando de pensar en las posibles respuestas pero pensó que sería más fácil buscar a la chica que las tenía; y eso haría.
—¡Laur, aquí estás!– Dijo una voz femenina que llegaba hasta ella.—Me preocupe al verte salir corriendo del salón.
—Lo siento, pero ahora mismo no puedo atenderte.—Contestó Lauren desbloqueando su móvil y llamando a Camila.—No quiero sonar grosera.—Se pegó el móvil al oído escuchando como la mandaba a buzón.—¡Mierda!—Exclamó acomodando su cabello a un lado en señal de exasperación.
—Tranquila, te entiendo.—Respondió la chica dándole un apretón en el brazo a Lauren.—Pero, ¿que fue lo qué pasó?—Preguntó interesada.
—No lo sé, pero voy a averiguarlo.—Respondió decidida.
Horas antes
Camila iba malhumorada en el coche de Lauren, jamás pensó cómo le dolería el darse cuenta que no entraba en sus jeans favoritos, tenía que pasar por las tres faces: Dolor, enojo y resignación, pero aún se encontraba en la segunda. Miraba por la ventanilla del coche las calles pasar, sin duda el hecho de tener unos kilos de más le estaba cobrando factura.
—Vamos Camz, cambia esa cara.–Dijo Lauren estirando el brazo para poder darle un apretón al muslo de Camila.–Solo es un pantalón, ademas, ese vestido que te pusiste es muy bonito.
—No tienes idea de lo que dices.–Respondió Camila apartando de un manotazo a Lauren.—Tuve que conformarme con ponerme ¡Lo único que me queda!–Exclamó molesta.
—No exageres, tienes un montón de ropa.—Dijo Lauren dando vuelta entrando al estacionamiento del salón donde se llevaría acabo la fiesta de aniversario de la fábrica.–Cambia esa cara de molesta que ya hemos llegado.—Lauren apago el motor, se quitó el cinturón de seguridad y bajo del coche.
—Hey Lauren, pensé que no llegabas.–Se escuchó la voz de una chica saludarla.
—No me lo perdería.–Dijo guiñando un ojo, camino al asiento de copiloto abriéndole la puerta como ya era costumbre.
Camila tomó la mano que le tendió Lauren y salió como toda una dama, espero a que Lauren le pusiera seguro al coche y después comenzó a caminar donde se encontraban dos chicas que supuso una de ellas fue la que le había hablado hace unos minutos.
–¿Cómo están chicas?–Lauren les pregunto a ambas con una sonrisa.
–Ahora que has llegado, muy bien.–Respondió la más alta de ellas con una risita.