VEINTICUATRO

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–Camila, hija vimos todo lo que les llego por paquetería hace una semana.–Comenzó a decir Elizabet haciendo ademanes con las manos.–Creó que compraron todo lo necesario.–Soltó una pequeña risita tapándose la boca con la servilleta.–Le dije a Arturo que ahora no sabría que regalarte para la bebé.–Comentó inclinándose un poco a un lado justo donde estaba su esposo.

Camila quien estaba sentada en la mesa del departamento de Elizabet parpadeó un par de veces sonriendo un poco. Habían sido invitadas a cenar al departamento de los únicos amigos que tenía en la ciudad y no podía decir que no, a pesar que no aguantaba sus pies y tenía esa terrible jaqueca desde la mañana.

–En realidad todo fue idea de Lauren.–Comenzó a explicar mirando a la chica de reojo.–Yo le dije que era demasiado pero ella insiste en que todo lo usaremos.–Termino de hablar con un sonido de rendición.

El matrimonio mayor rió ante el comentario y se vieron cómplices al notar que algo había cambiado en ellas, era más que obvio que ya no solo eran amigas pero querían escucharlo de sus propios labios.

–Vaya, que considerada eres Lauren, deberías de pasarle esos tips a Arturo para que me deje en paz y no me reproche al ir al centro comercial.–Lauren bajo la mirada sonrojándose violentamente.

–Pero querida, lo que tú gastas no es normal.–Se defendió Arturo.–Además es muy diferente que yo vaya contigo y vea todo lo que vas a comprar y no solo llegues con cosas extrañas que salieron de novedad para que las guardes en la bodega.–Elizabet lo miro ofendida y Lauren y Camila rieron ante las ocurrencias de Arturo.

–Entonces,  ¿estás diciendo que me vas a acompañar a mi próxima ida al centro comercial?–Preguntó alzando una ceja Elizabet.

–No, no.–Dijo Arturo alzando sus manos en rendición.– Olvida lo que dije.–continuó comenzando a comer de nuevo.

–La verdad a mi no me molesta ir con Camz.–Comenzó a hablar Lauren.–Es algo raro verla emocionarse por las cosas tan diminutas que hay para los bebés.–Dijo llevándose a la boca un poco de puré de papa.–!Ouch!–Sintió un codazo por parte de Camila.

–Claro, como a ti te encanta salir sola porque las malditas meseras te dan su número telefónico sin pedírselo.–Atacó Camila.

–Camz, ¿En serio?– Dijo Lauren girando para poder ver bien a la chica.– Pensé que ya lo habías olvidado

–¡Que maleducada! Y justo frente a ti.–Dijo Elizabet.

–¡Si!–Camila comentó señalando a Lauren.–Justamente eso fue lo que le dije... y ella como es muy ingenua no se dio cuenta pero a kilómetros se veía que se la comía con la mirada, no fue uno de mis momentos favoritos debo decirlo....–Camila dejo de hablar al ver las muecas en el rostro  de la ojiverde y abrió los ojos muy grandes al darse cuenta que había metido la pata.

–Creó que aquí nos estamos perdiendo de una información.–Comentó Elizabet aclarándose la voz.–Tranquilas niñas no las juzgamos.–Dijo al ver la mirada de temor de ambas chicas.–Es más, nos parece increíble que se tengan la una a la otra en este mundo tan loco.

[.....]

—¿Esta todo bien Camz? Te noto algo ansiosa.–Lauren pregunto viendo con el ceño fruncido a una Camila que veía algo nerviosa la hora en su teléfono.

–No lo sé.... no es muy sencillo para mi.–Respondió Camila encogiéndose de hombros.

–¿De que hablas?–Preguntó Lauren yendo a la cafetera para servir las dos tazas de café como todas las mañanas.–Estás extraña y no entiendo nada.–Volvió a decir cuando no obtuvo respuesta de Camila.–Quiero decir, si me explicarás te podría ayudar.–Comentó dejando frente a Camila la taza de café y después tomando asiento frente a ella con el café en sus manos.

Creo en ti  [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora