27: Te odio

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Capítulo Veintisiete: Te odio.

Park Jae Beom

Domingo 13 de octubre, 2013

La persona que está frente a nosotros no es la misma Nih Nah que se fue, su cabello corto hasta los hombros, sus ojos delineados, pantalones negros ajustados, más una playera y chaqueta es completamente el prototipo para la chica mala de una historia. En mi parte mi ropa de buzo indica que los papeles se han volteado por completo.

Han sido 3 meses en que Nih Nah desapareció, un mes en el que me gané a Ryu y 2 en los que me gané a los señores Song. De esta forma estar ahora sentado en una reunión que podría ser solo familiar no me hace sentir incómodo sino con el poder de exigir respuestas.

Ryu llega hasta mis pies pidiendo que lo tome y como un buen "padre" en el que me he convertido este tiempo lo tomo en mis brazos dándole protección. Sé que está mal la forma en que me inmiscuí en la vida de Nih Nah, pero me fue inevitable hacerlo.

—No entiendo que hace él aquí —dice Nih Nah sin mirarme. —Quiero hablar con ustedes, pero es incómodo con alguien que no es de la familia.

—Jae Beom es de la familia ahora, así que tendrás que hablar frente a él —dicta el Sr. Song.

—¿Qué mentiras les dijo para estar aquí? —su tono solo me dice que me está odiando ahora mismo.

—Hija —se interpone la Sra. Song. —¿Qué te ha ocurrido que estás actuando de esta forma?

Una sonrisa melancólica aparece en los labios de Nih Nah haciéndome saber que lo que dirá ahora no es para nada bueno.

—¿Hija? —cuestiona molesta. —¿Por qué ahora soy tu hija?

—¿De qué hablas, Nih Nah? —habla molesto el Sr. Song.

—Nina Jones —dice de pronto haciendo que no comprenda de inmediato. —Pensé que había sido un sobrenombre estúpido, pero terminó siendo mi verdadero nombre. Resultó ser que yo no soy Song, resulta que soy adoptada —ni siquiera está preguntando, ella está afirmando y es espeluznante su forma de hablar.

—Llevaré a Ryu arriba —digo intentando levantarme.

—No, espera, "Papá de Ryu" esto te va a interesar —no me gusta la persona que estoy viendo ahora, llena de odio, rencor. —Resulta que tu jefe, ay, te reíras con esto —suelta una carcajada irónica y vuelve a mirarme. —El Sr. K es mi verdadero padre, eso explica por qué te amenazó hace algunos meses, ¿Recuerdas? Frank Jones es mi padre, quien me encontró años después porque mi madre me entregó a ustedes. Soy hija de un magnate en el tráfico de drogas y ustedes, miserables mentirosos, me trataron de convertir en una hija ejemplar, me encerraron en un estúpido mundo en el que todo era perfecto con reglas, cuando tengo todo el infierno por detrás, ¡Se atrevieron a mentirme durante toda una vida! ¿Por qué no me dijeron que una de las razones por las que veníamos a Daegu era para que yo finalmente me casara con un traficante? ¿Destino? ¿Coincidencia? ¡Ustedes planearon toda mi vida, sin permitirme dar un solo respiro!

No entiendo nada de lo que dice Nih Nah, solo sé que está tan dolida que no le importa cuando Ryu comienza a llorar, trato de calmarlo entre mis brazos haciendo que se acurruque en mi pecho. La tensión en el ambiente solo me hace saber que esto no va acabar pronto.

—Entonces—hablo matando el silencio una vez Ryu se ha quedado dormido. —Eres hija de un traficante de drogas, uno de los más grandes, ¿Y eso que significa?

—Que ahora tengo que hacerme cargo del negocio —responde teniendo una batalla de miradas con quien hasta hace poco yo decía que era su padre. —Me están obligando a casarme con mi hermano, para que todo quede dentro de la familia, y si no lo hago los matarán a ustedes... Volví para llevarme a Ryu —me mira de reojo. —Pero al parecer alguien ha usurpado mi lugar.

La miro seriamente, comprendo que esté molesta, que de hecho sienta que la han traicionado y que yo estoy en donde no me corresponde, pero siento que ella no tiene el derecho de tratar a quienes la criaron y la tuvieron como una hija durante muchos años.

—Iré a dejar a Ryu a su cama —informo levantándome. —Luego tú y yo hablaremos —impongo mirándola con la misma firmeza con la que ha llegado ella.

—No lo haremos —dice cortante.

—Lo haremos y punto.

Camino hacia el segundo piso de la casa y acomodo a Ryu en su cama rodeándolo de sus peluches preferidos, el día en que llegué aquí hicimos el trato con los Sres. Song de que si yo me quedaba con Ryu sería para siempre de otra forma me tendría que ir, de alguna forma accedí y ahora estoy aquí, no importa la postura con la que haya llegado Nih Nah, no importa que quiera ahora mismo sacarme como basura de su vida otra vez, yo ya estoy en su vida y de aquí no podrá sacarme.

Bajo nuevamente y me acerco al living donde la batalla de mirada entre el Sr. Song y Nih Nah continua, la tomo bruscamente de la muñeca y la obligo a levantarse.

—Muévete —le ordeno, ella forcejea, pero termino arrastrándola de todas formas hacia afuera.

El auto que vi cuando ella llegó está a unas cuadras de la casa, escondido esperando quizás por Nih Nah.

—No sé qué diablos te ocurrió en estos 3 meses para que cambiaras de esta forma, pero no puedes llegar aquí y decir que te llevarás a Ryu contigo, tratar como mierda a tus padres y comportante como una estúpida adolescente dolida. Ya eres adulta actúa como tal —digo buscando su mirada.

—¿Tú quién te crees que eres para meterte en mi vida? Te saqué hace 3 meses, ¿Acaso no lo entendiste?

—Tú eres la que no lo entiende, yo entré en tu vida y ninguna de tus mierdas me sacará.

—Te odio, odio que te involucres conmigo, odio que hayas aparecido en mi vida, odio que estés siendo tan imbécil como para hacerte pasar por el padre de mi hijo, odio que sigas aquí incluso cuando quiero que te vayas, te odio, Jay Park, te odio —comienza a golpear mi pecho una y otra vez, hasta que afirma su cabeza en mi pecho.

No la abrazo cuando comienza a llorar, solo me mantengo al margen observando a mi alrededor, puede que haya salido hace 2 meses de mi trabajo de contrabando, pero la paranoia de que aún me vigilan sigue ahí, aun más ahora que sé con quien estuvo estos 3 meses Nih Nah no fue nada menos que mi ex jefe.

—Vamos a hablar al parque, necesito que me expliques lo que ha pasado —murmuro, a lo que ella asiente sin levantar su rostro de mi pecho.

La tomo en mis brazos y ella esconde su rostro en mi cuello, camino esperando que esto sea una declaración de guerra para todos los que nos están observando, sé que mucha gente muy seguramente pronto me querrá matar.

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¡Cielos, que enredo!

Changsegi

Bad Boy, Innocent GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora