25: Busan

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Capítulo Veinticinco: Busan

Park Jae Beom


Miércoles 10 de Julio, 2013

Ella se ha ido.

Tras el discurso demoledor de Nih Nah, lo único que hice fue ir a encerrarme a la bodega en donde el tráfico se genera. Normalmente estoy solo el tiempo en que me llaman, pero esta vez solo quiero oscuridad y sentir el ajetreo que significa trabajar en esto.

—¿Qué haces aquí, Jay? —pregunta Roland, uno de los chicos que suele siempre estar dentro de la bodega.

—Solo quiero estar solo —digo mirando el vacío. —¿El jefe no necesita algún trabajo?

—Ammh, nop, anda con su hijo en alguna clase de persecución. No creo que te necesiten por un tiempo, Jay. Mejor aprovecha tu tiempo lejos de esta mierda.

Alzo mis ojos viendo como tiene una caja en sus manos.

—¿Qué es?

—Crack —responde mirando la caja. —Es lo que sobró del tráfico de anoche, ¿Quieres un poco?

Deja la caja sobre la mesa en que la que estoy sentado, busco sus ojos de un momento a otro casi me tiro sobre la caja encontrando varios trozos de crak en forma de terrones de azúcar.

Saco uno y lo observo como si realmente quisiera devorarlo, pero en algún momento dentro de mi cabeza aparece una imagen que hace que mi corazón duela.

Ryu.

Devuelvo el Crack a la caja y me levanto.

—Creo que ya se lo que tengo que hacer.

Ronald me mira confundido, tampoco es como si le vaya a contar algo de mi historia, solo tomo mi chaqueta y me largo del lugar.

Voy a descubrir la maldita razón por la que NihNah se fue y eso nadie me lo quitará, no voy a creer en ninguna de sus palabras basura, sí, suena a tortura, pero creo que me he convertido en un masoquista al conocerla y para mí eso está bien.

*

Cuando llego al departamento veo como todos mis amigos están chocando sus copas, miro con desconfianza el líquido ámbar y ellos me observan a medio tomar. Se miran entre todos y comienzan a reír.

—Es bebida, no pienses mal —dice Rome ofreciéndome un poco, lo tomo sin siquiera pensarlo y trago de golpe, realmente es bebida.

—¿Qué celebran? —pregunto acercándome.

—Mi primer suelo —se alegra Zico. —Me ha ido bastante bien de payaso, y eso que ustedes desgraciados se rieron de mí —los apunta riendo.

—He ido a sus eventos y bueno, el bastardo hace reír —comenta Simon.

Mis amigos realmente se han reformado, parecen otras personas, felices, renovados. Saber que están bien hace que mi pecho se hinche de orgullo. Estuve a punto de cometer un error al recaer en la droga, pero no seré tan imbécil otra vez.

—¿Ocurre algo, Jay? —pregunta Hero.

Salgo de mis pensamientos, aprecio a cada uno de mis amigos, tengo muchas ganas de contarles, de desahogarme con alguien, pero a ellos no los quiero meter en problemas. No quiero ser el causante de que su actual felicidad se arruine.

—Me iré —informo de pronto, haciendo que todos me miren.

—¿Te irás? ¿Cómo? ¿Por qué? —pregunta Simon preocupado. —No hemos vuelto a causar problemas —agrega con un rostro de niño regañado.

Bad Boy, Innocent GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora