Capítulo ocho: Subterráneo
Song Nih Nah
Viernes 31 de mayo, 2013—Que tengas un buen día en la universidad, querida —dice mamá antes de que salga.
—Me llamas diez minutos antes de que salgas para ir a buscarte.
—Sí, papá —respondo ignorando lo que sea que haya dicho.
Tras mi buen comportamiento obtuve un aflojamiento de confianza, por decirlo así, mis padres ahora me dejan ir sola, eso significa tomar el tren subterráneo y poder leer lo que quiera en el camino, significa respirar algo más que libros matemáticos, por fin, por fin, un poco de respiro... Pero... el respiro se me termina cuando comienzo a pensar en otras cosas.
Cosas como; Park Jae Beom, sí, ese maldito imbécil. Se supone lo había superado, se supone que su arrogancia, su cortante tono y más su indiferencia, habían eliminado todos mis anhelos por tener este nuevo amigo, alías chico malo, pero en vista de que mi cabeza lo sigue trayendo a la conversación, supongo no lo he superado.
Sigo preguntándome por qué: ¿Por qué se alejó tan abruptamente? ¿Qué ocurrieron esos días en que desapareció? ¿Qué hizo que el cambiara tanto conmigo? ¿Por qué?
Niego con mi cabeza bruscamente, no puedo ser así de tonta, no puedo caer en este círculo vicioso sobre preocuparme por un hombre otra vez, se supone había superado mi fase de niña adolescente enamorada, no puedo caer por Jay ahora que él se ha ido de mi lado.
Imbécil, y mil veces imbécil. Me niego a seguir pensando en él.
Pongo mis audífonos e incio el reproductor de música, más libertad para escuchar mis boybands y no la locura de discursos bíblicos. Ya me los sé de memora y aunque ame a Dios, a veces esto cansa.
Camino sin prestar atención a mi alrededor solo siguiendo mi camino por una costumbre inexistente, sé a dónde me dirijo, aun así no quiero ver a las personas que me observan, sé que lo hacen, una chica vestida como yo llama la atención por ser tan fuera de moda, pero en si he aprendido a superar aquello.
Bajo las escaleras del subterráneo para introducirme en la multitud que viene y va, hay muchos de mis compañeros de universidad seguramente que corren apresurados, y otros que seguramente van al mismo destino, pero no los reconozco. Trato de esconderme entre los demás, no quiero que nadie me reconozca, es decir la libertad trae murmuros y susurros que en este momento es preferible evitar.
Cuando paso por la línea de la tarifa paso mi tarjeta por el detector, las barras me dan paso y me posiciono frente a la fila para esperar el tren. Entre la espera saco uno de mis libros que aún no he tenido el gusto de leer, pero que compré a escondidas hace un tiempo, ya era momento de hacerlo.
Al segundo en que estoy realmente intrigada por la trama del libro las campanillas suenan informando el descenso de las personas del tren para que luego nosotros subamos, sin prisa me acomodo entremedio y por suerte encuentro un asiento disponible.
Continuo mi recorrido leyendo complacida por la dinámica de amor que tienen estos dos sin darse cuenta, si, si, digan lo que quieran, amo los clichés.
Cuando el timbre del tren subterráneo suena para la siguiente parada siento un escalofrío en mi espalda. Alguien me observa.
Comienzo a mover mi cabeza de un lado a otro, en busca de la mirada que sé tengo sobre mí, pero para mi sorpresa no hay nadie que me preste atención, sé que lo que sentí no es de paranoica, esa mirada no se sentía como un prejuicio. Había algo más.
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Bad Boy, Innocent Girl
FanficFiestas, alcohol, drogas, tatuaje, mujeres, descontrol. Un dolor irremediable. Errores. Estudios, libros, tareas, lecturas, buenas calificaciones. Una mentira escondida. Consecuencia del pasado. Historia de Romance. Protagonizada por Jay Park. Esc...