12: Amigos

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Capítulo doce: Amigos.

*Song Nih Nah*

Sábado 22 de junio, 2013

Jay retrocede y pasa una mano por su pelo desordenándolo aun más, no puedo dejar de mirarlo y preguntarme qué está pasando, esta es mi oportunidad de saber por fin que es lo que ocurrió, por qué se alejó, qué hice yo o qué fue lo que le pasó a el que tuvo que cambiar tanto.

Pero nada ocurre porque nuestra discusión es detenida por completo cuando Simon entra a la cocina observándonos con detenimiento.

—¿Interrumpo algo? —pregunta adentrándose un poco más.

—No, claro que no... Yo solo estaba preguntando a Nina como es que aún seguía aquí, es solo eso —responde Jay.

—Oh, nosotros le insistimos, no se si te molesta, pero la obligamos a dormir en tu habitación, como sabíamos que no llegarías, a todo esto ¿Dónde andabas?

—En el trabajo —responde tan frío y neutro que un escalofrío me recorre la espalda.

Jay sale de la cocina esquivando a Simon dejándonos a los dos con el rostro intrigado.

—¿Trabajo? ¿En qué trabaja, Jay? —me atrevo a preguntar.

—Algunos encargos —responde simple Simon, deja de mirar por donde se fue Jay y se gira hacia mí dándome una gran sonrisa. —¿Te ayudo con eso?

Me apunta hacia el mesón recordándome que estaba en el transcurso de hacer el desayuno, le sonrío asintiendo para terminar los dos sirviendo el desayuno al grupo de chicos grandes.

Cuando todos van levantándose es divertido ver como parecen niños inmaduros pidiendo dulces, es enternecedor ver como hombres grandes con músculos y tatuajes por doquier se comportan como unos bebés por un par de panqueques y por alguna razón decido que me gusta esta sensación, debo aceptarlo extrañaba estar rodeada de gente de este modo y no aislada por un castigo.

No me pierdo de vista la mirada que Jay mantiene sobre mí, pero trato de ignorarla lo más que puedo concentrándome en la conversación con Rome o Zico quienes son los más entretenidos de que este aquí.

Hero es el más callado que me observa con precaución como si yo fuera a ser la destrucción de su grupo de alguna forma, recuerdo como anoche me indicó como una bomba de tiempo que en algún momento dañará todo a su paso.

Me hubiese gustado decirle que tenía razón que ya había hecho aquello alguna vez en mi vida, pero me retuve pensando en que quizás mi pasado no es algo que quisiera contar tan rápido.

Cuando todos terminan de comer me siento como una mamá recogiendo los platos y regañándolos un poco, reímos por bromas y luego todos terminan ayudándome.

—¿Podemos hablar? —me susurra de pronto Jay mientras todos los chicos se pelean por entrar a la cocina y lavar los platos.

—Claro.

—Te espero en la azotea.

Es lo único que dice para terminar saliendo del departamento.

Me doy el tiempo suficiente para encargarme de los chicos, conversamos y reímos mientras lavamos la loza, para cuando ya es hora de irme me despido de cada uno con un abrazo y un beso en la mejilla y hasta me he ganado el cariño de Hero quien me pide que vuelva pronto.

Rome insiste en que quiere llevarme a casa, pero de alguna forma me las ingenio para negarme, para cuando todos creen que estoy yéndome en el ascensor cambio los planes subiendo hasta la azotea encontrándome con Jay fumando un cigarrillo mientras observa la ciudad.

—Hermosa vista —comento haciendo que instantáneamente se voltee a verme.

—No más que tú —responde sorprendiéndome.

—¿A qué quieres jugar?

—He pensado y quizás solo exista una forma de hacer que te alejes.

—¿Cuál es?

—Diciéndote la verdad.

Medito por un momento aquello, quizás sí es algo que me interese mucho, pero por algún motivo el hecho que diga que al saberlo me alejaré, me asusta, no quiero pensar que cualquier cosa que diga hará que me aleje de él.

Cielos, no puedo creer lo que estoy pensando. Ni siquiera debería estar insistiendo.

Ni siquiera debería querer saber.

—No... —respondí más para mí misma.

—¿Qué?

—Estoy siendo estúpida en este momento, yo ni siquiera debería estar insistiendo, quieres alejarme, pues bien debería hacerlo, yo más que nadie debería saber que tan duro es todo esto, pero aun así me las estoy dando de una niña pequeña rogando por un juguete.

—Hablas en pasado —me apunta.

—Lo hago... —respondo cerrando mis ojos. —No entiendo lo que sucede, llevamos acerca de 2 meses sin hablar, pero sigo sintiendo este deseo de verte, de conversar contigo, de conocerte más, no quiero alejarme ahora que tenemos una conexión, se que está mal, que no debería, pero, cielos, es inevitable.

Las lágrimas salen como estúpidas por mis mejillas sorprendiéndome aun más, no entiendo lo que me ocurre.

—Jamás debí acercarme —dice Jay. —Nos hubiésemos ahorrado todo este embrollo.

—Quizás estaríamos conociéndonos recién.

—¿Y si fingimos no conocernos?

—Lo intentamos. ¿Recuerdas? Hace un mes, y ahora todo se ha arruinado.

Él suelta una carcajada al aire y da un paso más hacia mí.

—Todo por culpa de Rome.

—Ba Rom suele unirme a imbéciles —sonrío riendo y dando un nuevo paso

—Debería estarte convenciendo para que te alejes —responde acercándose más.

—Creo que ya quedamos en que es imposible.

No tenemos mucho espacio entre los dos y solo estamos sonriéndonos como idiotas.

—Maldita sea, te conozco tan poco y siento que te conozco de por vida —exclama a poca distancia.

—¿Por qué siento que te necesito?

Nos miramos a los ojos diciendo todo y a la vez nada. Su mirada me habla, me llama y cuando estamos a unos centímetros de tocar nuestros labios estos no esperan más y terminan chocando.

Es algo inevitable, yo lo sabía, pero ya nada se puede hacer cuando estoy completamente bajo los encantos de Jay Park.

Me sostiene desde la cintura, mientras que yo me inclino para atraparlo desde el cuello y empujarlo más a mí.

Termina impulsándome en sus brazos para quedar a su misma altura, enrollaría mis piernas en sus caderas, pero mi falda me lo impediría aun así no lo dejo de besar con intensidad.

Cuando nos detenemos nos miramos a los ojos con un brillo especial sonriendo y a la vez sin separarnos un solo centímetros.

—Tenemos que hacer un trato aquí —dice Jay sin bajarme.

—¿Cuál?

—Secreto. Solo amigos si es posible.

—¿Solo amigos?

—No podemos involucrar sentimientos.

Quiero debatirle, quiero decirle que los sentimientos ya están, pero por algún motivo mi cabeza asiente sin reclamo, quizás estoy tan feliz de tenerlo que ya me he vuelto estúpida como siempre que me enamoro.

—Bien, solo amigos —acepto para inclinarme y besarlo otra vez.

***

¿Amigos que se besan? ¿Qué concepto de amigos tienen estos dos? ¿Cuánto creen que les durará?

No olviden comentar. 

Saludos, besos y abrazos.

Bad Boy, Innocent GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora