Es extremadamente raro encontrarme a mis 25 años sin saber dónde ir y sin saber qué rumbo tomara mi vida.
Llámenme inocente, soñadora, ilusa o cualquier otro adjetivo que encuentren pero pensé que Germán era el hombre que Cupido tenía para mí, así que, mi mundo giraba en torno a él... a nuestra relación.
Es por eso que me encuentro tan... ¿desorientada, perdida? Creo que hasta podría agregar decepcionada a la lista de sentimientos.
Duele. Duele muchísimo ver como tu cuento de amor no termina con <un vivieron felices para siempre>, si no todo lo contrario.
Tal vez podría haber insistido un poco más. Decirle que lo nuestro tenia solución, que no me dejara pero creo que mi orgullo no me dejo hacerlo.
Había otra en su vida eso estaba claro. Y si dudaba de ello lo acabo de comprobar.
Mientras juntaba las cosas que me pertenecían de lo que fue nuestro departamento encontré mi computadora encendida con su correo electrónico abierto. Y como dice mi abuela <la curiosidad mató al gato>. Había varios e-mails provenientes del mismo usuario. Decide abrir el último, que daba la casualidad era de la noche anterior.
En el se leía < Germán yo también te amo pero no puedo esperar más. O la dejas en esta semana o lo nuestro se termina.
Odio ponerme en este papel...pero a mi edad no quiero esperar a nadie. No te enojes.
Helena>
Al menos no era producto de mi imaginación ella existía tenía nombre y apellido. Bueno en realidad sabia su nombre pero ¿Qué quiso decir que <a su edad>? ¿Cuántos años podía llegar a tener?
Moriría con la duda porque no pienso humillarme preguntando. Sería muy malo para mi autoestima descubrir que me dejo por una vieja.
Paso, mejor vivir en la duda ¿no?Escuche como abrían la puerta y eso logro sacarme de mi monologo interno.
Sabía que era Germán por su forma de pisar al caminar y porque también vivamos solos, no tenía que ser adivina para eso.
Pero conocia tan bien su rutina que sabía lo que estaba haciendo aún si verlo. Eso se aprende con la convivencia o cuando te importa demasiado alguien. Supe sus gustos y sus molestias a los pocos meses de salir con él.
Sonreí imaginando sus pasos por la casa.
Caminaría hasta la mesa ratona que se encontraba en la mitad de departamento junto a los juegos de sillones y la televisión. Dejaría ahí el celular y las llaves.
Seguiría su camino hasta llegar al ventanal el cual abriría de par en par para dejar entrar aire nuevo, y metería la única plata que sobrevivió a nuestros cuidados durante todos estos años. Pondría agua a calentar y vendría hasta la habitación para ponerse cómodo antes de tomar su café.Cuando entro no le sorprendió verme juntando mis cosas
-Hola -dijo bajito - ¿te ayudo?
Si ¿podrías matarme y ahorrarme todo esto?
-No. Estoy bien. Ya termino. Gracias - seguí sacando cosas del cajón y guardándolas
-Lau... - su tono de voz me sorprendió. Me gire y lo encontré sentado en la cama -¿Podemos hablar?
No me acerque pero si asentí con la cabeza
-Lo siento ¿sí? Siento no haberlo hecho mejor- se froto la cara con entusiasmo- tendría que haberte dejado antes de serte infiel.
¿Alguna vez imaginaron que golpeaban a alguien y solo lo soltaban porque venía la policía a separarte de la victima?
Yo imagine todo eso en cuanto soltó la palabra infiel. Tenía mil cosas para reprocharle pero la que más me dolía era que no hubiera respetado nuestro acuerdo. El de sernos fiel siempre y que si queríamos <experimentar> con otra persona nos dejaríamos por respeto.
-yo...- se puso de pie pero volvió a sentarse cuando vio mi cara de asesina
- ¿Cómo pudiste Germán? Dijimos que si queríamos estar con otra persona lo hablaríamos. Seria todo con respeto...no lo puedo creer- me apoye en la cajonera.
Soy medio melodramática pero juro que me faltaba el aire y me dolía el pecho. Vi el remordimiento en su mirada pero no tenía ganas de decirle que todo iba a estar bien.
-si lo sé. Lo siento Laura. No supe hacerlo mejor- se acerco hasta mi - pero... pero fue más fuerte que yo.
Me aleje de su lado antes de que pudiera tocarme
-eso pasa cuando uno piensa con el pene-cerré la caja que tenía a mis pies. La levante y camine hasta el corredor.
-Lau déjame ayudarte- intento tomar la caja pero la escondí detrás de mi espalda para que no pudiera tomarla-no necesito tu ayuda. Quédate en el cuarto. No me hables, ni respires el mismo aire que yo. Sabes que odio compartir espacio con gente que me traiciona.
Fue un golpe bajo lo sé.
¿Puedo culparlo por haberse enamorado de otra? No puedo ser tan hipócrita. Creo en el amor en todos sus estados y jamás le diría que lo que siente por esa mujer no es amor.
Necesitaba que respondiera la pregunta que iba a hacerle y que fuera sincero. Si la repuesta era afirmativa no había nada por hacer...
- ¿La amas? - su cara asombro fue reemplazada por una triste
- si- bajo la mirada - lo siento.
-No pidas perdón por amar a alguien. Jamás lo hagas - tocaron el timbre. Seguramente serian los del flete - se feliz. Te lo mereces
No era una frase trillada de verdad quería que fuera feliz. Era un hombre maravilloso.
- ¿A dónde vas a ir? Podes quedarte el tiempo que necesites. Lo hable con ella y lo entiende-sonreí aunque no quería hacerlo
-No hace falta Miriam me consiguió un departamento en un PH. No es lindo, pero si económico
Abrí la puerta y le señale al empleado las cajas que tenía a mis pies. Este asintió con la cabeza y comenzó a cargarlas en la camioneta.
Cuando ya le quedaban por subir las últimas dos me gire y me despedí del departamento en el que viví los últimos años.
Es increíble como todos tus recuerdos, los momentos vividos...todo entran en unas 10 cajas que lo único que llevaba escrito era la palabra <frágil>. Se me escaparon un par de lágrimas, la melancolía en estos casos era inevitable
Ya estaba sentada en el camión de la mudanza cuando veo a Germán atravesar corriendo el portal.
¡Venía a decirme que no me vaya! O eso pensé hasta que se paró en seco delante de la puerta del acompañante y me mostro con una sonrisa triste mi diario intimo o <mi libro de vida> como yo lo llamo
-Te lo dejabas debajo de la almohada - lo metió por la ventanilla-y Lau... algún día vas a encontrar al amor de tu vida y vas a poder casarte con el vestido que elegiste cundo eras apenas una niña.
Me sonroje no pude evitarlo. Era al único al que le conté que a mis ocho años había encontrado el vestido de novia ideal y tenía una foto pegada en este libro. En realidad no solo tenía el vestido, si no, la torta, la decoración, los suvenires...todo. Solo me faltaba el novio
-Gracias -cerré la ventana y mire hacia adelante.
Si miraba hacia donde estaba Germán iba a pedirle un beso de despedida como el de las novelas.
El chofer carraspeo y me miro con pena
- ¿está bien señorita?
- no. Pero vamos.
Asintió y arranco el camión.
Adiós a la vida de pareja. Bienvenida a la vida de soltera Laura.
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Mi vecino...Mi Cupido
Teen FictionLaura se encuentra a sus 25 años sola y con un montón de cajas a sus pies . Su novio con el que salió los últimos seis años de su vida acaba de dejarla. Laura asegura que Cupido se ensaño con ella, lleva la cuenta de la cantidad de veces que le romp...