Capítulo 3 Laura

388 54 22
                                    


Dedicado a: yanibel19 se que necesitabas mimos y esta es la mejor manera que encontre. Disfruten...
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Me desperté porque estaba congelada. Este departamento aparte de viejo era frió.

Supongo que si venia la municipalidad clausurarían el edificio.

Intente taparme para continuar en los brazos de Morfeo, pero escuchaba a mi vecino caminar por su departamento. Eso indicaba que las paredes estaban hechas tan delgadas que si te concentrabas escuchabas la respiración del otro ¡Un horror! Espero que no sea de traer muchas mujeres...Aunque lo dudaba. Era un chico muy atractivo. Todo en él gritaba <peligro alto voltaje>.

Es alto, entraba en el rango de los morochos argentinos. Odiaba su pelo, lo llevaba largo y se le rizaban en la puntas (debería ir a la peluquería), unos ojos miel tan claros que podrían confundirse a simple vista con el color verde oscuro. Vestía peor que yo. Y eso...era grave.

Cuando choque contra él llevaba una remera que había visto tiempos mejores y una camisa sin abrochar tan arrugada que juraría que durmió con ella, y los jeans, creo que se aceito para poder entrar en ellos. Ni yo uso unos jeans tan ajustados. En fin.

Di un par de vueltas más y decidí levantarme.

Iba a estrenar la ducha, necesitaba un buen baño. Anoche aparte de escuchar Arjona y llorar trate de desembalar todo.

Los muebles que pertenecían al departamento estaban llenos de tierra, al tratar de limpiarlos me llene de tierra el pelo, era un asco.

Lleve el calo ventor al baño. No entraba en mis planes morir congela. Quizá ayer si tenias ganas de morirme pero hoy ya no.

Cuando el ambiente tomo temperatura comencé a desnudarme.

Me metí a la ducha y abrí el agua. Pegue tal grito que abre despertado a todos los del PH.

— ¡mierda, mierda! — el agua <caliente> salía congelada, trate de salir rápido y tropecé con la alfombra, en un intento de no caer manotee la cortina de la ducha sacándola de su lugar. No sirvió de nada, me caí sentada al suelo, con la cortina sobre mí.

— ¿Estás bien?

Mire a ambos lados y trate de tapar mis pechos. Quien fuera no vería gran cosa, pero eso me daba igual.

No tenía ni idea de donde provenía la voz y si esta era real o producto de mi imaginación.

Me quede callada y al no oír nada me puse de pie. Al mirarme al espejo comprobé que mi trasero tenía una marca roja bastante grande que ya estaba tomando color violeta a su alrededor.

— Genial. Ahora van a pensar que se me da el sadomasoquismo — dije en voz alta mirando el moretón de mi trasero en el espejo.

— Diles que te caíste en el baño

— ¿Dónde estás? ¿Quién sos? — seguramente me veía muy graciosa girando la cabeza de un lado al otro totalmente desnuda

— Soy tu vecino. Y tranquila no te veo, solo te escucho. Compartimos pared del baño y fue inevitable escuchar como caías — se me escapo una carcajada — las paredes son muy delgadas.

— Pude comprobarlo. Fuiste tú quien me despertó.

Era extraño hablar con mi vecino el sexi a través de una pared.

— Debes dejar correr el agua por lo menos 15 minutos si es que quieres que esté caliente. De lo contrario volverás a congelarte

— ¿Cómo...? Ya entendí. Escuchaste mi maldición.

Mi vecino...Mi Cupido  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora