Cuando reconstruí mi celular o mejor dicho lo que quedaba de él…, ya que la pantalla se astillo, no podía dejar de mirar la hora.
Eran las 10:16 cuando recibí el mensaje de León de que estaba con Laura y ya eran cerca del mediodía cuando los escucho subir por las escaleras. Venían hablando y riendo como si se conocieran de toda la vida.
Pose el oído sobre la puerta para escuchar de que hablaban, como la típica vecina chusma.
No se entendía muy bien la conversación, solo pude escuchar que León le pidió el número. No escuche cuando se lo dictaba así que supuse que ella misma fue la que lo anoto en su celular.¡Ni yo tenía su número!
Es ahora que me pregunto cómo es que él lo obtuvo antes que yo.
Me quede esperando que se besaran o algo pero gracias a los cielos no sucedió. Sabía que no iba a pasar nada. Conocía a mi Laura, ella no besaba a cualquiera. Ella buscaba besar a su príncipe azul.
Pero la duda se instaló en mí, conocía también a León y este engatusaba a cualquiera. Creo que hasta yo una noche de borrachera trate de besarlo.
Cuando León toca la puerta abrí enseguida y deje espacio para que ingresara. Saque la cabeza para ver si Laura estaba aun en el pasillo o por entrar pero solo vi su puerta cerrada.
—¿Estabas detrás de la puerta?— pregunto. Haciendo que metiera mi cabeza de nuevo a la casa.
Fue muy obvio por mi parte. Ni un segundo tarde en abrir cuando toco.—Iba a tirar la basura— me encogí de hombros. Obviamente mentía.
—¡Ajam! ¿y la basura?
Generalmente cuando uno intenta mentir debe tratar de sonar creíble o si no les va a suceder lo que a mí…, quedar como un gran idiota.
Le enseñe el dedo medio como respuesta
—¿Cómo te fue con Laura?— pregunte con curiosidad
—Bien— ni me miraba estaba escribiendo en su celular.
Camine hasta la heladera y la abrí. Me quede más tiempo de lo debido, mirando el interior, tratando de ordenar mis sentimientos
¿Acaso estaba celoso?
No, no eran celos. Solo quería protegerla de otro engaño.
¿Qué clase de Cupido seria si dejara que jugaran con su corazón?
León era un mujeriego a toda regla, solo iba a lastimarla.
Tome dos cervezas. Le di la suya y abrí la mía con el encendedor., dándole un golpe seco en la tapa.
Tome la botella más fuerte de lo necesario y baje la mitad de su contenido en menos de dos tragos.—Tranquilo muchachote que es temprano para emborracharse— él abrió su botella con los dientes y se tiro en sillón.
Tome una silla y me senté frente suyo. Puse cara de serio. De alguien que quiere dar un sermón
—Mira León, jamás me metí en tu vida. Pero esta vez tengo que hacerlo— dejo de escribir en su celular, se puso serio. Le dio un trago a su cerveza antes de asentir con la cabeza— Laura no es como las mujeres con las que estas acostumbrado a tratar
—¿A qué te referís Pablo? ¿A qué no abre las piernas tan fácilmente?— sonrió— eso ya lo note
Cerré los ojos, la verdad no tenía ganas de imaginarme a mi vecina en ese plan, o al menos no con él.
—Me va a llevar un par de días, pero a esa chiquilla me la llevo a la cama.
Cuando escuche eso mi pequeño cerebro hizo cortocircuito e hice o mejor dicho dije, lo más estúpido que pude haber dicho en mi vida.
ESTÁS LEYENDO
Mi vecino...Mi Cupido
أدب المراهقينLaura se encuentra a sus 25 años sola y con un montón de cajas a sus pies . Su novio con el que salió los últimos seis años de su vida acaba de dejarla. Laura asegura que Cupido se ensaño con ella, lleva la cuenta de la cantidad de veces que le romp...