Mi vecino...Mi Cupido

Capitulo 7 Laura

Tenía una leve idea de lo que paso anoche. Imágenes no muy nítidas mías bebiendo con Pablo cruzaban mi cabeza.

Trate de levantarme pero me pesaba la cabeza, me dolía el cuerpo y los ojos.
Quise acurrucarme en la cama nuevamente, estaba calentita, algo sorprendente ya que este lugar era una heladera. Tire de la frazada y alguien a mi lado se quejo.
No me importaron los dolores, me senté tan de golpe que me maree. Cuando enfoque la mirada, vi a Pablo, durmiendo boca abajo totalmente desparramado.

Me quede mirándolo más tiempo de lo debido. Era lindo hasta durmiendo. Solo deje de mirarlo como una loquita cuando el pánico se apodero de mi sistema.

¿Había tenido sexo con él?

Tome mi cabeza entre mis manos tratando de pensar y de amortiguar ese martilleo constante que se hizo aun más presente cuando comenzó a sonar mi celular.
Pegue un salto y fui a buscarlo. Cuando miro la hora en el reloj de parde, marcaba las 11 am

¡No fui a trabajar!

Logre localizar el teléfono en la mesa de cocina. Era mi jefe quien llamaba. Eso quería decir que estoy en problemas.

Carraspeé para que la voz de dormida no me delatara

— Buen día señor Darte— cerré los ojos esperando su reto

— ¡por fin Laura! ¿estás bien? — su voz se notaba realmente preocupada

— Sí, si lo estoy— me senté en la silla— yo…tuve un inconveniente pero en media hora estoy— me puse de pie y corrí al baño para ganar tiempo— solo media hora más— rogué

— Laura quédate en tu casa. Sé perfectamente que no llegarías tarde si no tuvieras una fuerte razón

Sí la fuerte razon estaba durmiendo boca abajo en mi cama

— Solo te llame porque nos preocupaste a todos. Anteriormente me dijeron que intentaron comunicarse y no lo lograron.

— Perdón, es que tenía el teléfono en silencio— mentí— puedo llevar justificativo medico— otra mentira ¿desde cuándo mentía tanto?

— No estarás buscando otro empleo ¿no? Mira que ya hable con recursos humanos por el tema del aumento…— lo interrumpí, no quería que pensara que quería irme de la editorial

— ¡No! No  estoy buscando nada. Solo tuve que ir al médico y me olvide de avisar que llegaría más tarde el día de hoy— ¿ya van tres mentiras al hilo no?

— Ok Laura nos vemos el lunes entonces

— Sí señor Darte nos vemos el lunes

— Emiliano, nada de señor Darte, por favor

— Ok, nos vemos el lunes Emiliano— y colgó

Me quede ahí sentada mirando a la pared  tratando de conectar mi cerebro.
Escuche como Pablo se removía en la cama y dirigí mi mirada hacia allí.
Se sentó, se desperezó, bostezó y me miro con una media sonrisa

— Buen día vecina— pasó los dedos por su pelo enredado y ese movimiento me hipnotizó— ¿hay café?

Es increíblemente sorprendente con la naturalidad que se toma las cosas.

Largue la pregunta que me atormentaba desde que desperté sin pesarlo demasiado 

— ¿Tuvimos sexo?— abrió grandes los ojos y después comenzó a reír a carcajadas— ¿Qué es lo gracioso?

Me mostraba las manos como pidiendo tiempo y mientras él no dejaba de reírse yo tenía micros infartos por segundos imaginando lo que podría haber pasado

— ¿Siempre sos tan graciosa?— y volvió a reír

— ¿ y vos sos siempre tan idiota?— de repente dejo las risas de lado

— Depende— se puso de pie y yo hice lo mismo.

No iba a dejar que me intimidara estaba en mi casa. El terreno era mío. Se acerco a mí y poso su mano sobre una de mis mejillas acariciándola con mimo

— Laura— cerré los ojos, disfrutando de la caricia— si hubiéramos tenido sexo, te aseguro que lo recordarías y no podrías moverte— y me soltó

— ¡menos mal!— dio un paso hacia atrás sorprendido— pensé que vos y yo…bueno eso

— Créeme cuando te digo que lo recordarías— puse los ojos en blanco— ¿hay café? — caminó hasta el baño— dame unos segundos.

Si me dieran el poder de reencarnar quisiera hacerlo en alguien como Pablo, súper relajado en todo.
Se despertó en mi casa y no le importo. Le pregunte si tuvimos sexo y se rió de mí y después pidió café como si yo estuviera a su disposición.

Solo por hoy voy a fingir que me tomo las cosas < a la que me importa> como él y voy a preparar el café.

Puse a calentar el agua y decidí armar la cama. Por ahora se quedaría con esas sabanas, más tarde las cambiaria.

Cuando estoy sacudiendo la frazada, vuela hacia la otra punta de la casa mi libro de vida

¿Qué hacía en la cama?

Pablo salió del baño y lo tomó. Estaba a punto de abrirlo cuando literalmente corro hasta él y se lo arranco de las manos

— ¿Qué haces nene?— la voz aguda que me salió me rompió los oídos hasta a mí— esto es muy personal— le enseñe el cuaderno

— Ya lo vi anoche— se encogió de hombros

— ¿Cómo?— espero que sea un mal chiste

— Dahh, me lo enseñaste vos— me señalo con el dedo— me mostraste la foto del vestido de novia que elegiste cuando eras una niña— camino hacia la cocina— y me contaste la historia detrás del libro— tomo una taza y comenzó a preparase el café . yo me quede congelada pidiendo a los cielos desaparecer— voy a componer un tema a base de ese cuaderno

— ¡ni se te ocurra!— grite— los llegas a hacer y juro por Dios que te castro. Te dejo sin pelotas Pablo ¿escuchaste?— puso la mano libre sobre su entrepierna, como protegiendo su hombría — te lo advierto

— Ok capte el mensaje. Vamos a desayunar y me sigues contando de que revista lo sacaste.

¡Qué vergüenza!

Solo se lo había contado a Germán después de muchos años estando juntos, fue la manera de demostrarle la confianza que le tenía y hoy viene Pablo y me dice que se lo conté muy libremente en una noche de borrachera

¿Algo más me podía pasar a causa de Pablo?

Seguro que muchas cosas más.