Capitulo 22 Pablo

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Parado como si fuera dueño del lugar se encontraba Julián, el amante, ahora marido de mi madre.

— ¿Qué mierda haces acá?— pregunte realmente enojado.

Podía sentir como los músculos se me tensaban  y en un auto reflejo cerré los puños  con fuerza, haciendo tanta presión que se tornaron blancos.
Quería tirarme contra él, llenarle la cara de dedos, insultarlo…hacerle sentir aunque sea  a través de golpes lo infeliz que me hicieron sentir durante mi adolescencia.

Para terminar de hacerme enojar tomó una actitud totalmente sumisa, agacho la cabeza y miraba sus zapatillas. Al mirarlo con cierto asco me di cuenta que tenía un bolso en la mano y una valija a sus pies.

Camine de manera amenazadora hasta ponerme frente a él, una sonrisa tirante de sus labios saco lo peor de mí. Me lance contra su cuerpo.
Repartía trompadas sin ton ni son y lo que más aumentaba mi ira era ver como se dejaba golpear, no intentaba pegarme y mucho menos taparse para no recibir golpes.
Se convirtió en mi saco de arena por  al menos cinco minutos.
Me tomaron del brazo y en un intento de alejar a quien intentaba separarme de él, le di un empujón.

Cuando escuche unos sollozos, descubrí que era Laura. Fue a Laura a quien había mandado a volar contra la pared.
Me reincorpore de golpe totalmente asustado, pensando en que tal vez le había hecho daño.
Trate de ayudarla pero ella ya se había puesto de pie.
— Laura. Lo siento— quería disculparme— la ira me cegó y no vi que eras vos

Ver parado en la puerta de mí casa a ese tipo saco lo peor de mí

— Yo…decime que no te hice daño, que no te lastime— intente acercarme pero ella dio un paso hacia atrás. Volví a intentarlo y retrocedió hasta chocar contra la pared.

Estaba realmente asustada. Podía verlo en sus ojos. Estaban vidriosos a causa de las lágrimas no derramadas.
Levante la mano para acomodarle el pelo y se abrazo a sí misma para protegerse

¡Dios mío!
¿Por qué se ponía de esa manera? Fue solo un accidente.

— Fue un accidente Lau, perdóname—. Acorte la distancia y la abrase sin que se lo esperara.  Llego a mis oídos un suspiro de alivio total por su parte— jamás te haría daño a propicito— me miro con sus ojitos de gatito shrek— jamás ¿Me escuchaste?— asintió

Me abrazo mas fuerte y comenzó a llorar

— Fui una tonta…solo quería  separarte, tenía miedo que te lastimara. Me dio miedo pensar que podías caer por la escalera— seguía llorisqueando realmente angustiada

— Shhh— trataba de consolarla— cálmate. Y espérame en tu departamento que paso más tarde por allí a molestarte— sonreí sin quererlo

— No quiero dejarte solo— insistió 

La separe con cuidado de mí. Le clave la mirada para que viera que no mentía

— Voy a pasar más tarde. Necesito hablar con ese tipo. A solas.

— Hablen no hace falta los golpes Pablo. Las personas se  entienden hablando— ya había dejado de llorar. Y su voz volvió a sonar autoritaria

— Tenes razón. Confía en mí— asintió— ahora ve a tu departamento— le puse la mano sobre su hombro y le marcaba el paso.
La acompañe hasta la puerta y vi como la cerraba con duda.
Le sonreí una vez más antes de que cerrara la puerta del todo.

Me gire y Julián ya estaba repuesto. Se estaba secando la sangre que le salía del labio con una remera que supongo, había sacado de la valija.

— Esos golpes te salieron gratis porque me los merecía. La próxima no será así— amenazo

Mi vecino...Mi Cupido  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora