Dedicado a @IMILSEMARTINEZ
Junte todo de un solo manotazo. Tome a Laura de la mano y corrimos lejos de los aspersores. Cuando estuvimos lejos de la lluvia artificial, la deje sola acomodando nuevamente la manta en el suelo con la escusa de que buscaría un baño.
No tenía que ganas de mear ni mucho menos. Solo necesitaba alejarme de ella. De la situación, de las sensaciones extrañas que crecían en mi pecho cada vez que estábamos juntos.
Estuvimos a centímetros de besarnos. Sentí su aliento cálido rosar mis labios. Vi de cerca como sus ojos se cerraban para disfrutar del momento.Dicen que los mejores momentos se sienten. No hace falta verlos y tocarlos, solo dejarse llevar…sentir.
Me paralizo su inocencia, la manera que tenía de controlar sus emociones. Cualquier mujer hubiera besado y ya. Pero ella se tomaba su tiempo, quería estar segura de tu reacción. Dar el beso perfecto.
Estaba totalmente dispuesto a dejarla hacer conmigo lo que quisiera hasta que el agua que nos cayó encima hizo que reaccionara.
Jamás podría dejar que Laura se enamorara de mí. Soy un hombre herido, incompleto, alguien que está roto por dentro.
No voy a someterla a que viva con mis fantasmas ni con las sombras que me atormentan día a día… soy solo una fachada. El verdadero Pablo murió la noche del accidente, con esos chicos. Mentalmente me quede estancado esa noche. Solo salí adelante por mi padre, quien ya había sufrido con la huida de mi madre.
Lo escuche llorar y suplicar que no me vaya, sentado al lado de la cama del hospital, fue eso lo que hizo que no me dejara morir.Así que puedo decir que en el fondo soy alguien depresivo, melancólico y sobre todo solitario.
Vivo el día a día. Me amoldo a las situaciones. Hasta tengo actitudes inmaduras para los demás; pero lo que ellos no saben es que detrás de ese chico está el verdadero Pablo.
Y tengo la mera sensación de que Laura puede llegar a descubrirlo.Iba a huir en sentido contrario a ella.
Volví más calmado y la encontré revisando la mochila, donde traje comida y algo para beber.
Sintió que estaba haciendo algo malo porque se sonrojo y comenzó a excusarse— Yo…, tenía sed. Y…— puso detrás de su oreja un mechón que se removía rebelde a causa de la brisa— pensé que podrías tener un poco de agua. No debí revisar tus cosas
Me senté a su lado y le apreté la rodilla para que se tranquilizara
— No haya nada raro en la mochila— la tome y la interpuse entre nosotros a modo de barrera física— hay agua y algo para comer
Saque las botellitas de agua y los tapers con comida
— Tarta de jamón y queso o sándwiches de miga— mostré el taper como si fuera el plato de un gran chef.
— Elijo la tarta— le extendí el taper para que tomara una porción.
Comimos en silencio, mirándonos de vez en cuando y sonriéndonos.
Sé que ella iba a querer hablar de lo que sucedió antes, pero no estaba en mis planes hacerlo.
¡Qué soy hombre! Que no tenemos mucho control cuando una chica hermosa está dispuesta a besarte o tal vez algo más.
Cuando terminamos de comer, Laura se encargo de acomodar los restos prolijamente. Metió los tapers en la mochila con los restos dentro de ellos y corrió la mochila hacia su costado.
Seguía sentada a lo indio y miraba la manta fijamente y con una mano, en forma distraída, arrancaba pasto y jugaba con él.
Yo, sin embargo, disfrutaba viéndola.— No debí intentar besarte— soltó de golpe. Seguía sin hacer contacto visual— fue una estupidez de mi parte. Tienes novia por lo que sé y me comporte con una cualquiera— intento ponerse de pie pero no deje que lo hiciera.
— Dos cosas Lau— solo cuando dije su nombre volvió a mirarme— la primera, no tengo novia. No soy de ese tipo de hombre.
— ¿De los qué tiene novia?— pregunto un tanto molesta
— De los que tengan compromisos— fui totalmente sincero. Como no acotó nada continúe hablando…
— Y segundo. No me pidas perdón por algo qué ambos estuvimos a punto de hacer. Ven— le hice señas para que se me acercara.
Al hacerlo la acomode entre mis piernas, mirando hacia el frente, hacia el puente decorado con pequeñas luces.
En un principio estaba algo tensa pero se relajo y termino apoyando la cabeza en mi pecho.— Te voy a contar una historia muy triste— se giro para verme a los ojos. Le acaricie la mejilla y le sonreí— solo con una condición.
— ¿Cuál?
— Que después de esta noche no se hable más del tema— asintió sin pensarlo demasiado— quiero que entiendas porque soy así...
— Tengo una teoría— su voz delataba que tenía ganas de reírse.
— ¿Cuál teoría?
— No eres Cupido. Eres Peter Pan
Comenzamos a reírnos por sus ocurrencias. Cuando el ataque de rosa se nos paso, volví a ponerme serio
— Tenes que saber que no soy un hombre para una mujer como vos— dejo de mirarme a mí directamente y poso sus ojos en el puente— estoy roto podría decirte como para que me entiendas. A mi rompecabezas le faltan unas cuantas piezas.
— ¿y si sé cómo armar ese rompecabezas aún con las piezas faltantes?—y ahí estaba la Laura que tanto me llamaba la atención.
Esa que minutos antes estaba avergonzada y ahora hace una pregunta sin el más mínimo temblor en la voz. Desestabilizándote por su seguridad.
Hasta me hizo creer por un instante que ella podría lograrlo— No podrías— asintió— no. No podrías porque no quiero ser armado nuevamente. Soy el ciego que no quiere ver Laura. Es mi condena personal— carraspee para ver si el nudo que se me formo en la garganta desaparecía— te voy a contar lo que me paso cuando tenía unos 19 años, con la banda que en ese momento tenía. Y ahí vas a entender porque soy como soy. Y sobre todo porque hablo de que estoy pagando una condena. Pero como te dije antes…, después de esta noche no lo hablamos más.
— ¿Y por qué tan arbitrario?
— Porque esa es mi condición para contártelo
— ¿Puedo opinar cuándo termines?
— Esta noche podes preguntar y opinar todo lo que quieras. Después…— me interrumpió y su tono de voz demostraba fastidio
— No se habla más…
— Exacto ¿estás lista?
— Creo que sí.
Abrí mi corazón. Lo saque de mi pecho, lo puse en mis manos y le mostré cada una de las heridas que llevaba a Laura.
Me escucho atentamente, lloro conmigo cuando le conté lo que paso esa noche. Jamás podía ocultar mis lágrimas al hablar de esos chicos que ya no crecieron, a los que se les apago la vida esa noche de septiembre.
Me abrazo de tal manera que sentí por un instante que las piezas rotas volvían a su lugar.
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Mi vecino...Mi Cupido
Teen FictionLaura se encuentra a sus 25 años sola y con un montón de cajas a sus pies . Su novio con el que salió los últimos seis años de su vida acaba de dejarla. Laura asegura que Cupido se ensaño con ella, lleva la cuenta de la cantidad de veces que le romp...