Día de mierda. Simple y claro para definir mi día de hoy. Ya había empezado mal apenas desperté. Cuando lo hice el sol ya me pagaba en los ojos, indicándome que me había quedado dormido. Lo único que atine a tomar antes de salir corriendo fue mi guitarra.
Vivo en un segundo piso pero odio usar las escaleras y aparte ¿para algo había ascensor no? Pero como siempre estaba varado entre el primer y el segundo piso. Así que tome las escaleras. Bajaba corriendo saltando de dos en dos los escalones cuando choco tan fuerte contra alguien que hice que esta cayera sentada en el descanso. Menos mal que no cayo rodando escaleras abajo.Una mata de pelo…eso era esa chica. Llevaba una caja con ella y sus cosas estaban desparramadas por todos lados.
Me agache y antes de pedirle disculpas me precipite en meter sin mucho cuidado todo en la caja que estaba media aplastada a su lado.
—lo siento. No suele subir gente al segundo piso. Soy el único inquilino bueno, más bien era el único inquilino — no mentía. Había más departamentos pero estaban todos vacios. Seguro que por seguridad — yo… ¿estás bien?
Me interrumpí porque no contestaba, estaba mirando una taza que estaba partida y creo que estaba a punto de llorar.
—Lo siento prometo comprarte otra ¿sí? —ni siquiera me miraba seguía mirando los pedazos de cerámica que ahora tenía entre sus manos — déjame ayudarte —extendí mi mano
Levanto la mirada y me perdí en sus ojos claros, tan claros que parecían transparentes.
Era bella pero sin mucha gracias. Llevaba puesta una remera blanca unas cuantas tallas más grandes de lo que debería, unos jeans chupín negro y unas converse blancas.
Me sorprendió la palidez de su cara y como esos ojos celestes estaban encharcados en lágrimas. Me recordó a un perrito abandonado. Pestaño y perdí el habla. Era fascinante perderse en su mirada.—so…soy Pablo, yo…
—Laura —se puso de pie y yo que estaba en cuclillas a su lado hice lo mismo.
—yo…tengo que irme lamento no poder ayudarte— quería quedarme pero ya tenía el tiempo justo— nos vemos luego.
Trate de caminar y volví a tropezar con la caja haciendo que las cosas volvieran a caerse. El sonido de algo rompiéndose hizo que cerrara los ojos.
— ¿siempre eres tan idiota?
¿Perdón? ¿Me llamo idiota? La palabra es distraído ¡D.I.S.T.R.A.I.D.O!
—Depende —conteste chulito —¿queres que lo sea contigo?
la sorpresa cruzo su cara pero decidió ignorarme. ¡Bien Pablo! Ya te odia y acaba de mudarse
—ya lo junto yo. Quiero que algo llegue sano.
—No pensaba ayudarte— mentí.
Su tono de voz me hacía sentir aun más torpe de lo que ya me sentía. Así que hice lo mejor que sabía hacer… ser descortés.
La deje atrás. Llegue al portal y ahí estaba Rubén con cara de pocos amigos—Ya lo sé ¿ok? Guárdate tus regaños para alguien a quien le interese — me subí a su moto.
Gracias a Dios que tenía amigos como Rubén dentro de la discográfica. Le mande un texto con la palabra SOS y sabia que tenía que venir por mi
— si no eres tan bueno en lo que haces estoy seguro de que ya te hubieran dado una patada en el culo hace rato
Bese su cuello de manera mimosa logrando que pierda el equilibrio y casi cayéramos al suelo
— ¡idiota!
—curioso… es la segunda vez que me lo dicen.
Llegamos a la discográfica y ésta ya estaba con todos en movimientos.
Miriam se acerco con cara de pocos amigos. Ella era una especie de secretaria para mí
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Mi vecino...Mi Cupido
Teen FictionLaura se encuentra a sus 25 años sola y con un montón de cajas a sus pies . Su novio con el que salió los últimos seis años de su vida acaba de dejarla. Laura asegura que Cupido se ensaño con ella, lleva la cuenta de la cantidad de veces que le romp...