Capítulo 7

857 23 0
                                    

-Está bien Anhel, ya sabes las reglas así que por cada regla que cumplas tendrás un premio, y por cada regla que rompas tendrás una penitencia.- *Respondió en todo calmado.*

-¿Qué gano yo con todo ésto? Es decir, estoy en medio de la nada ¿Si grito, digo o hago cualquier cosa que te moleste me castigarás?-

-Exactamente, inteligente, muy inteligente.-

Yo estaba atemorizada, nerviosa y a la vez extasiada, deseaba ver qué podía ganar, pero deseaba aún más qué podía perder.

-¡Jajajaja! El chico misterioso esconde más sorpresas de las que pensé, sólo falta que me digas que tienes un cuarto rojo, que me hables al oído con seducción, que te diga Señor Grey, y que me prepare para ser tu sumisa.- *Respondí con ironía*

-Jajaja, amo tu sentido del humor negro, no hay cuartos rojos Anhel, aunque no está mal la idea de que seas mi sumisa, créeme me lo imagino, podría darte un par de nalgadas.-

-¿Nalgadas? ¿Sabes que puedo pedir una orden de alejamiento? ¡Sabes, traer a alguien al medio de la nada en contra de su voluntad, es un hecho punible!-

-Caray, demasiadas películas para ti, dudo mucho de que quieras una orden de alejamiento y eso es raro ya que no suelo dudar de nada, pero, tengo la certeza de que serás tú quien pida más de mí.-

Antes de poder contestar a sus egocéntricas declaraciones, estaba cargándome y comenzó a caminar conmigo en sus brazos hasta aquella casita de campo.

-¡Ya bájame!-

Pedía entre risas y a la vez ese maldito nerviosismo que recorría en mí desde que vi su auto rojo. Siguió un largo recorrido conmigo en sus brazos y noté que en todo el recorrido jamás hicimos una parada en algún baño.

-¡Necesito un baño por favor! No más cosquillas.-

-Woow, la bella señorita sabe pedir por favor, lástima, que como dije, no tengo modales. Si quieres ir al baño tendrás que darme un largo y sensual beso, si no me gusta no obtendrás un baño, pero tranquila que hay muchos árboles que puedes regar y créeme que estarán agradecidos por la ayuda ecológica.-

Mientras seguía en su brazos cargada por él, me dispuse a sentir sus fuertes brazos (Vamos, que ustedes también lo harían, no tenía otra opción o al menos era la excusa perfecta para sentir todo su cuerpo) Sentí su abdomen ejercitado, no quería que me soltara, sentir su cuerpo era o es lo más lindo que puede haber, sentí una vez más ese rico aroma, y me preguntaba ¿Cómo podía sentir todas esas cosas con alguien que apenas estaba conociendo? Es decir, no me sabía ni su nombre. Me ponía más emocionada por ver qué había en esa tierna casa de campo, quería saber su nombre, su edad, a qué se dedicaba, todo, quería saberlo todo de él.

Ojos de bengalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora