Capítulo 20

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-Cosas aburridas para una chica tan cosmopolita, acostumbrada a la ciudad y el ajetreo.-

-Pues, me considero bastante bohemia, puedo disfrutar de una puesta de sol son problema.-

-Creo que ya vas entendiendo qué es lo que me atrapa de ti Anhel.-

Suspiré profundamente.

-Ven, quiero mostrarte algo que te encantará.-

Tomó mi mano y me sacó nuevamente al jardín.

-En 5 minutos exactamente cambiará ti vida completamente Anhel.-

Así fué, comenzó a amanecer y puede ver cómo se asomaba entre aquellos espectaculares una bahía hermosa a lo lejos, allí estaba detrás de mí abrazándome, cambiando mi vida por completo, respirando en mi oreja, despertando mi amor por el amor, deseo y lujuria, todo junto.

-¿Qué hora es señor misterioso?-

-Las 6 am Anhel.-

-¡No puedo faltar a mi trabajo hoy, tengo la reunión más importante del año!-

-Pequeña, estamos a 2 horas de camino, será mejor que recojas tu bolso y tomemos carretera.-

-¡No puedo llegar vestida igual al trabajo!- Exclamé alarmada.

-Tranquila, la vida te sorprende siempre, conmigo no debes preocuparte.-

Tomé mis cosas y al entrar al auto vi en la parte de atrás una bola de papel, con una nota escrita "Con amor para Anhel"

-Ábrelo, ¡Te encantará!-

-¡¡El vestido negro que tanto quería!! ¿Pero cómo?, ya lo sé, no digas nada, Sharon.-

Estaba inevitablemente amando a esa mujer.

Tomó la carretera apresuradamente, cuando comenzamos a sentir que algo no andaba bien, una de las ruedas producía un ruido muy extraño.

-¿Qué es eso?-

-No te asustes Anhel, tengo una llanta pinchada y no tengo la de repuesto, trataré de llegar lo más lejos posible, y encontrar un taxi para ti.-

Ya eran las 7:40 am, mi desesperación por llegar a tiempo a la reunión no me dejaba pensar en nada más. Vimos una parada de taxi cerca de la ciudad afortunadamente.

-Bueno pequeña, tengo que dejarte aquí. No te preocupes, conseguiré una grúa apenas salgas de tu reunión de trabajo. Enciende el celular, llamaré a Sharon para que te envíe mi número móvil.-

Ninguno de los dos tenía batería, no habían lápices así que no tenía otra opción.

Ojos de bengalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora