Capítulo 24

673 24 0
                                    

-Iré a recostarme Anhel, siéntete como en tu casa sabes que eres como una hija para mí, puedes dormir en la habitación de Sharon y está demás decir que puedes usar su ropa.-

La autorización de la madre de Sharon me alivió, calzábamos igual así que aproveché la oportunidad para dame un baño relajante en su bañera y olvidarme de todo lo que aquejaba mi corazón.
Me dirigí a dormir sin dejar de pensar en mi hombre misterioso. ¿Pensará en mí? ¿Le gustaré tanto como él me gustaba? Tenía toda la razón con sus advertencias, era yo quien estaba llamándolo esa noche en mis pensamientos, lo deseaba como a nadie en el mundo, si tan sólo pudiera estar nuevamente con él un minuto, sólo quería besarlo de nuevo y detener el tiempo en ese momento, mi cuerpo se estremecía con cada pensamiento.
Al día siguiente, mi mente estaba un poco más tranquila, fui al trabajo, al salir visité a Sharon en el hospital. Cada noche que pasaba me preguntaba lo mismo, despertaba con su cara en mi mente, soñaba con él varias veces a la semana. A veces nos besabamos mientras le decía cuánto lo extrañaba y justo cuando estaba apunto de saber su nombre despertaba, tuve el mismo sueño una y otra vez, nos acariciábamos, sentía su cuerpo, podía olerlo.
Amanecía envuelta en mis fluidos, en mi hambre por él y en mis ganas de tenerlo nuevamente, soñar con él me hacía calmar un poco las ganas de tenerlo, pero habían días en los que me llenaba de ansiedad hasta el punto de desesperarme, me preguntaba tantas cosas ¿Sería un juego para él? ¿Quizás una apuesta?
Así transcurrió mi vida por varios meses, a veces creía verlo en caras de otras personas, lo veía pasar para luego de perseguirlo por varias cuadras darme cuenta que no era él, mi madre pasó mucho tiempo sin dirigirme la palabra, la situación era cada vez más incómoda en mi casa así que le propuse a Sofía mudarnos juntas.

Ojos de bengalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora