Capítulo 45

499 15 0
                                    

Sus brazos me apretaron con más fuerza, mientras con mis piernas me sostenía de su cadera, levantó con sus manos mis glúteos y dejó caer mi cuerpo sobre él, solté un grito de placer que retumbó por toda la playa, estaba allí dándome embestidas salvajes, cada vez más fuerte, cada vez más profundo, cada vez más excitante, no paraba de gemir, de estremecerme. 

- ¿Así te gusta verdad pequeña? Que te posea, te haga mía.-

 - Necesito más Ethan. - *Llevó mi cuerpo a la orilla de la playa y me recostó sobre la arena, se subió sobre mí, comenzó a penetrarme lentamente, sin dejar de mirar mis ojos, con una cara de éxtasis mezclada con placer y determinación.*

- Repíteme que eres mía y de nadie más Anhel.-

 - Soy tuya Ethan, no te detengas.-

Mis músculos se contraían y se relajaban con cada embestida, miraba asombrada como su enorme miembro entraba dentro de mi, él sonreía al ver mi cara de asombro. 

-¿Quieres más?, puedo darte más pequeña desobediente.-

Sentí como mi cuerpo se doblaba hacia él, subió mi pierna a su hombro y comenzó nuevamente a dejar caer todo su cuerpo dentro de mi.

 -Tómalo todo pequeña, grita si quieres más.-

Gritaba sin detenerme por la sensación que producía la arena dentro de mi, acompañada de sus emotivas embestidas, apretaba mi cuerpo y besaba mis labios sin detenerse, miraba mis ojos y soltaba gemidos mientras yo enloquecía con su manera de tocarme, de recorrerme, de poseerme...

-Vamos Anhel, tócate como me gusta.- *Mi mente estaba en blanco, mi cuerpo respondía a sus peticiones, comencé a tocarme y a moverme a su ritmo, su cuerpo comenzó a estremecerse su piel se erizó y sentí como llegaba, estaba todo caliente dentro de mí, miré su rostro, lleno de deseo y agradecimiento, se desplomó junto a mí abrazándome.*

 - Ethan, estamos en la orilla de la playa desnudos.-

 -Pequeña, estamos así desde hace un buen rato, pero no te importo hasta ahora.-* soltó con todo burlón.*

 - Necesito ducharme, acompáñame.- *Le dije con tono decidido.*

Ya en la ducha, repetimos ese proceso mágico que quería convertir en un ritual de baño, el enjabonaba cada parte de mi cuerpo, enjuagaba mis dudas y limpiaba mis inseguridades.

Ojos de bengalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora