Mi Vecino(Ed Sheeran)

13. La cucaracha

Ed Sheeran
Ya han pasado 3 días desde que Dalia me voto de su depa, quería hablar con ella, pero creo que la asuste porque cada vez que sale al balcón se asegura de no dejar ni un pelo.

Stu se muere de la risa mientas le cuento lo que paso.

— JAJAJA —se sienta para reírse— te voto jajaja ¿cómo se siente que voten a Ed Sheeran de un lugar?

Lo ignora mientras voy a servirme un vaso de agua.

— Vamos Teddy ríete —hace una pausa— ¿cuánto más piensas estar aquí encerrado? —me mira fijamente.

— No sé —respondo desinteresado.

— Crees que vas a lograr algo con ella estando aquí viéndola como un depravado.

— Es mejor que reporteros a tu alrededor preguntando sobre tu novia la cual te puso los cuernos con un tipejo de cuarta —digo de mala gana.

Stu solo me mira preocupado mientas yo solo miro hacia la ventana.

Dalia
Estoy mejor después del incidente con mi padre y Andy ha estado distante estos días.

A mí nadie me engaña, aquí hay gato encerrado, ayer que lo llame sonaba nervioso y raro, debo interrogarlo.

Me quedo en ropa interior mientras busco que ponerme, pero mi búsqueda es pausada cuando veo algo rojo oscuro caminar por la pared.

No puedo evitar gritar y correr a la puerta, pero la muy desgraciada vuela hacia mí. Mis gritos son tan fuertes que seguro los del primer piso los van a oír, me subo a la isla de la cocina mientras esa escoria de la vida está en el piso.
La puerta se abre dejando ver a un pelirrojo somnoliento, maldigo interna mente por dejar la puerta abierta cuando intentaba escapar.

— Dalia ¿estás bien? —dice preocupado, asiento— entonces... ¿por qué gritas como si te estuvieran matando?

— Ese animal infernal me ha querido comer —digo apuntando a esa escoria se la vida.

— ¡Es solo una cucaracha! —señala sobresaltado.

— Pues sí, que el pelo rojo no te deja pensar —contesto de mala gana, pero cambio de ánimo rápidamente— okey, lo siento ¿ya? la sacarías de aquí.

— Porque si estoy disfrutando de la vista —dice pícaro me había olvidado que estoy en ropa interior lo que produce que ahora parezca un tomate— está bien Dalia la sacaré por ti.

Veo como se acerca a la cucaracha, la agarra y camina hasta la ventana donde la suelta haciendo que se largue de una vez por todas. Siempre les he tenido miedo ya que pienso que se harán grandes y que comerán, estúpido ¿no?

— Gracias Ed —corro hacia él y lo abrazo no me corresponde hasta que me intento alejar, pero sus brazos tatuados me sujetan con fuerza por un minuto me siento protegida.

Cuando se separó noto que su mirada viaja a mi cuerpo.

Ahg

Maldita sea

Cuando retrocedo para decir algo me resbalo con la ropa que estaba en el suelo, Ed me agarra para que no me caiga, pero esto produce que caigamos a la cama.

Ed esta encima de mí, con cada una de sus rodillas a cada lado de mi cadera, él me mira a los ojos tienes un brillo peculiar en ellos, pero ¿de qué?

Lujuria grita si subconsciente.

Con la yema de sus dedos acaricia mi mejilla. Se acerca más a mi tanto que podría besarlo.

La puerta se abre de imprevisto dejando ver a un hombre y la a señora Peyton. No tardó mucho en reconocer que es él manager se Ed, aparto al pelinaranja de mí provocado que caiga de la cama y quede estampado en el piso mientras yo me cubro con la sabana.

— JA y pensé que eran gritos de muerte —dice la vieja con una sonrisa burlona.

— No pierdes tiempo Eddie —añade el manager con la misma sonrisa.

¡Están aliados!

— Ya basta —dice Ed— Dalia solo tenía un problema con una cucaracha y yo la ayude.

— ¡Ah! así se llama ahora no lo sabía —dice la vieja.

— Creo que hemos perdido los libros —dijo Stuart.

— Podríamos recuperarlos —contesta Peyton con una sonrisa pícara ¡ay! esta vieja salió bien regalada.

— Mejor ya nos vamos Ed —dice Stu nervioso por la respuesta no tarda en desaparecer del lugar.
Ed me da una sonrisa que mataría a cualquiera y me hace un gesto con la mano en forma de saludo, se va sin más.

— Espero que ya no tengan más encuentro inapropiado en el departamento o tendré que tomar medidas drásticas —dijo Peyton antes de desaparecer cerrando la puerta.

Me tiro en la cama no puedo evitar pensar en Ed como estábamos hace un momento lo cerca que lo tenía. Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi teléfono, lo busco hasta encontrarlo guardado en la mesita de noche.

— ¡Hola Dal! —grita mi mejor amiga.

— Hola, no sabes lo que me acaba de pasar... —digo antes de ser interrumpida por ella.

— ¿Qué tal si vienes a mi casa y me cuentas? ¿pijamada?

— Okey, hoy en tu casa.

— Esta bien, adiós linda.

No le logro responder pues me cuelga.

Será una larga noche.

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Hola sheerios

¿Cómo les va mis amores? 

Esperó que bien.

Decidí que Dalia debía tener algo mío y que mejor que mi peor fobia :D... Si estoy loca pero así es la vida ;).

Sin más les digo...

Besos y abrazos  ❤

                      Micrem x