44. Necesito una abogada

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Dalia

Veía con desaprobación aquel lindo ramo que se alojaba en la mesita de noche de An.

— Ya te dije que si quieres lo quemes por mi está bien —dice mi mejor amigo mientras le va vuelta la página de una revista que está leyendo— diré que fue un accidente linda.

No digo nada me quedó callada, hace dos semanas An despertó y hoy ya está en casa por fin, lo tenemos otra vez entre nosotros, cuanto extrañe a este cabeza hueca. Por otra parte, me mudé con Rob y An ya que el señorito se reusó a tener una enfermera por lo que me ofrecí a cuidar de él, estoy hospedada en el cuarto de invitados solo traje lo necesario las demás cosas están donde Liv, creí que era momento de darle su espacio a ella y a Chris.

Demande a mi padre el día en que An despertó y las investigaciones está avanzando, pero todo se maneja con discreción.

Necesito un abogado, mi padre es astuto y ha puesto a los mejores abogados de la ciudad a trabajar en su caso y como si eso ni fuera poco Ed le manda flores a Andy.

— Estoy aburrido —dice soltando un suspiro— necesito salir de estas cuatro paredes.

— Lo entiendo —le digo mientras le paso una pastilla y un vaso con agua el solo me mira con desdén.

— Y sexo, mucho sexo —se traga la pastilla y abrazada una almohada, los golpes, raspones y demás cosas ya mejoraron, pero su rodilla sigue enyesada y su cabeza tiene una pequeña venda en su lado derecho— Roberth dijo que no me tocara hasta que quiten el yeso ¡voy a morir de abstinencia!

Dios dame paciencia

— Tranquilízate —le respondo mientras me acuesto a su lado— el solo te quiere cuidar, te ama.

— Lo sé, pero es tan sexy para todo solo quiero darle una probadita —dice como niño bueno que obviamente no es.

Yo solo niego.

Nos quedamos abrazados un rato conversando de cosas triviales hasta que escuchamos la puerta del cuarto abrirse dejando ver a un bello pero cansado Rob. Luce un traje negro con una camisa blanca por dentro.

¡Amor! —grita el rubio a mi lado.

Siento que quede sorda de un lado.

— Cuñadito —él nos saluda para después dirigirse a su novio y besarlo... Aw.

Aquí sobro.

— Bueno me voy, tengo que hablar con la abogada —me levanto de la cama y camino a la salida.

— Segura que no quieres que mi abogado se haga cargo —me dice el pelinegro.

Nop, tranquilo estoy bien, pero igual gracias.

Digo antes de sonreírles y encaminarme a mi habitación

~•~

— Estas segura que es una buena abogada.

Obvio microbio —me dice Mari por teléfono— nadie mejor que Keyla Jenner para solucionar tus problemas.

— Espero que así sea.

— Tranquila loca... ya voy —responde a quien creo que es su compañera de trabajo— por dios nunca puedes hacer nada sola. Ahg me debo ir, suerte y te quiero.

Sin más me cuelga.

Esta mujer es un caso.

Reviso mi atuendo antes de entrar, un suéter de color blanco con un collar en forma triangular más una falda de cuadros negros, blancos y grises de calzado unas botas negras que me le robe Liv.

Mi Vecino(Ed Sheeran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora