Hace 15 años
Dalia
Sentía la brisa en mi cara mientras estaba sentada en el filo de la una fuente. Giré mi cabeza hacia la parte de atrás y me encontré con mucha gente, algunas bebiendo, riendo, conversando.
Yo solo quería ir a casa y abrazar mi muñeca, odiaba estas fiestas no porque me aburría un momento si no porque odiaba mentir, fingir que éramos la familia perfecta cuando mi mamá solo vive encerrada en su cuarto y mi papá en su trabajo. Suspiro una vez más y mi mirada cae en mis lindos zapatos negros, los cuales combinan perfectamente con mi vestido rosa.
Escucho unos pasos y me levanto para encontrarme con unos ojos café claro.
— Hola —susurra una niña de mi edad, ella tiene el cabello castaño oscuro con muchos risos que caen por sus costados, usa un vestido azul que resalta su piel blanca.
— Hola — le respondo sin acercarme.
— ¿Qué haces aquí tan sola?
— No me gustan estas fiestas —digo mientras me siento de nuevo. Ella me mira fijamente para después copiar mi acción.
— A mí tampoco, pero mis papas me obligan dicen que debemos tener un buen status social.
— Los míos simplemente discuten mucho.
— A veces los padres no se pueden poner de acuerdo por eso pelean —hace una pausa— no te preocupes todo estará bien.
— Gracias.
Nos quedamos un rato mirando al cielo hasta que ella vuelve a hablar.
— Mi abuela esta allá arriba —apunta al cielo— mamá desde allí nos cuida, ¿tú crees eso?
— Si —respondo provocando que nuestras miradas se choquen— mi hermanito esta allá. ¿Crees que este bien?
— De seguro si esta alado de Dios.
Le regalo una sonrisa que ella corresponde.
— Me caes bien.
— Y tú a mí —responde— ¿adónde estudias?
— En el colegio Las señoritas de la caridad.
— ¡Ah! —grita haciendo que salte del susto— yo voy a estudiar allí también, vamos a ser compañeras porque deduzco que tenemos la misma edad. ¿Amigas?
— Amigas —digo.
— Me debo ir mi mamá me ha de estar buscando se levanta y limpia su vestido— ah sí, me llamo Olivia Kellen.
— Dalia McCoy.
— Nos vemos pronto Dal —sonríe para después salir corriendo.
— Nos vemos pronto Liv —susurro.
7 años después
Liv y yo íbamos caminando por el pasillo mientras ella trataba de tranquilizarme.
— Segura que no quieres que llame a alguien —me pregunta preocupada.
— No Liv estoy bien solo fue un ataque de pánico.
— Por lo mismo.
Iba a decir algo, pero escuchamos risas y un quejido de dolor que proviene del baño de varones. Mi mejor amiga y yo nos miramos, los pasillos están vacíos porque todos están en clases están en clases. Caminamos hacia el baño y puedo escuchar varias voces más gritillos, deberías entrar
— Se lo que estas pensado y no, puede ser peligroso.
— Tienes tu gas pimienta —pregunto.
— Si, ¿por qué?
— Porque ya es hora de que le demos un buen uso.
Nos adentramos en el baño y el mal olor se hace evidente provocando que quiera vomitar.
— Asqueroso —susurra Liv.
Cuando llegamos al pasillo del mismo observamos a tres chicos alrededor de uno que yace en el piso, el cual esta empapado y tembloroso.
— ¿Qué pasa marica?, vas a llorar —dice el chico de pelo rubio mientras se acerca a él.
— Vete al infierno hijo de... —no termina la frase pues el chico de cabello negro lo golpea en la cara.
— Calladito te ves más bonito princesita.
— Porque no te enseñamos a comportase —habla el rubio mitras se acerca lo que causa que el chico de pelo amarillento también lo haga, lo observo fijamente sus ojos son azules y su piel blanca además es realmente lindo.
— Hay que hacer algo —le susurro a Liv mientras ella solo niega y agarra un palo de escoba. Lo siguiente que pasa es que ella me da el gas pimienta
— Como lo practicamos
— Si
Ella sale y golpe a los dos chicos que agarran a nuestro chico en apuros.
Lo bueno de que tu mejor amiga sepa karate
Ellos caen al piso del dolor mientras que el rubio mal llevado agarra a Liv y la trata de tirar al piso, pero yo llego antes para rosearle gas pimienta en los ojos.
— Corran — grito lo que provoca que nuestro nuevo amigo agarre sus cosas. Todos salimos corriendo como los cobardes que solos.
Mientras lo hacemos puedo notar que nuestro otro nuevo amigo nos persigue.
¿Qué diablos el gas pimienta no tiene efecto en el o qué?
— ¿Adónde crees que vas pequeña? —me susurra al oído cuando me atrapa.
— Suéltala Joe —dice el rubio enojado.
— Oblígame putita —lo siguiente que pasa es que se acerca a nosotros me agarra de la mano y me empuja hacia adelante haciendo que chocando con Liv.
El no duda darle un puñete al tal Joe en su mejilla lo que provoca que caiga al piso, intenta pararse, pero lo agarra del cuello de la camisa y lo estrella contra los casilleros.
— Vuelves a ponerle una mano encima y la pierdes —lo estrella nuevamente provocando que suelte un quejido— solo atrévete a acercarte a una de ellas, me conocerás en serio pedazo de mierda —dice para después golpearlo nuevamente y dejarlo retorciéndose de dolor en el piso.
El agarra su mochila del piso y se seca con el dorso de su mano la sangre que sale de su nariz.
— Gracias —susurra mientras nos regala una sonrisa y se da media vuelta para irse.
— ¡Ey! —grita Olivia, él se gira y nosotras corremos hasta donde se encuentra parado.
— Te vas a si no más después de la gran pelea que tuvimos —digo como si fue un delito.
— Bueno...
— Bueno nada, ven vamos a comer algo mientras te curamos las heridas pelar contra los malos ha hambre —dice la chica sedal.
— Está bien.
— Buen chico — añado mientras se coloca en medio de las dos y comenzamos a caminar— ah sí, soy Dalia McCoy, pero me puedes decir Dal.
— Olivia Kellen, pero me puedes decir Liv —él nos mira con discreción.
— Andy Brown, pero díganme An —nos dice mientras sonríe mostrando sus perfectos dientes— ¿Kellen?, como la panadería.
Asentimos.
— Eso quiere decir que tengo pan gratis.
— Ya quisieras —responde mi mejor amiga mientras reímos.
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Mi Vecino(Ed Sheeran)
FanfictionDalia McCoy es una joven que parece tener una vida feliz sin ninguna preocupación, pero detrás de esa fachada de chica segura, se esconde una chica llena de inseguridades y heridas que nunca sanan. Todo cambia cuando se muda un nuevo vecino, quien n...