Mi Vecino(Ed Sheeran)

41. Caramelo

Dalia

Llego al depa de Liv y abro la puerta, esperaba que todo estuviese desordenado como producto de una gran pelea, pero no todo está en su lugar, menos el ramo de rosas que Derek le dio a Liv. Capaz que Chris hizo fiesta con él. Dejo mis cosas en el perchero y me dirijo al cuarto de mi mejor amiga, entro y la encuentro a costada en forma fetal junto con su hurón el cuan esta acurrucada contra su brazo.

Entro silenciosamente y la arropo.

Mañana me contará que abra pasado, será mejor que las dos descansemos, me siento mal como si la persona que creí conocer, saber quién era, que sentía, pero no fue así viví engañada por mí misma, me di una imagen totalmente errónea. Se ha de haber reído carcajadas con ella después que yo me fui.

Ladeo mi cabeza y me dirijo al baño... será una noche larga.

~•~

— Y después hecho el ramo de rosas balcón abajo —dice Liv totalmente enojada— quien en su sano juicio hace algo así —iba a responder, pero una mirada asesina me hace callar.

Olivia me está contando lo que paso ayer con mi amado casi ex cuñado Chris, no puedo evitar reír la cara de Liv es un poema.

— Después me beso y se fue... ¡y se fue! —me dice mientras le sirve comida a Draco.

— ¡Ey! ¿Y yo?

— Te aguantas, Draco recién llego ayer —me contesta mientras acaricia a la bola de pelos.

— ¿Qué esperabas de Chris? Él pensó que la tendría fácil contigo —le digo mientras me sirve la comida— pensó que caerías a sus pies.

— Soy yo la que ahora necesita tiempo —dice mientras deja todo ordenado en la cocina. Yo doy mi primer bocado a mi desayuno mientras la atenta mirada de trato a mi tocino me distrae de mi mejor amiga.

— ¿Quieres? —le susurro a Draco y recibo una mirada curiosa de su parte— claro que quieres.

Le acerco un trozo, pero antes que pueda comerlo Liv se lo arrebata.

— ¡Estas loca! —me grita Liv.

— Por dios no morirá, ¿o sí?

Me tuerce los ojos mientras se va. Termino mi desayuno lavo mi plato y me giro hacia Draco.

— Solo quedamos tu y yo amigo... o mejor dicho sobrino.

Agarro el pequeño y peludo cuerpo de Draco y me lo llevo a la sala, me cuesto en el sofá y pongo al pequeño animalito en mi estómago, el no duda en acurrucarse a dormir. Perezoso.

Me teléfono suena provocando que Draco se asuste y alce su cabeza en forma de alerta.

— No hay peligro amiguito solo es mi teléfono —saco mi teléfono de mi pantalón de pijama y veo quien es.

El más sexy y candente

Andy

Otra vez agarro mi teléfono y se puso ese nombre.

— Hola

— Holaaaa amigaaa, veo que ya viste como me agregue.

— Eres un...

— Lo sé, lo es y lo reconozco —dice y yo ruedo os ojos, aunque sea la reconoce.

— ¿A qué se debe tu llamada?

— No será que te olvidadas de algo... o de alguien —no respondo pensando que es, creo que Andy nota que estoy perdida y agrega— hace miau.