Allegra
El lunes a la tarde, volviendo del trabajo y esperando el metro, con nuestros respectivos cafés en las manos, a Maite y a mí todavía nos pesaba la fiesta del viernes. A mí, supongo que por el estrés que pasé hasta que vi que salió todo bien, y a ella porque al parecer la pasó bien, la gente tenía bastantes ganas de bailar y extendieron el horario hasta las cuatro y media de la mañana, además de que estuvo casi el fin de semana entero con una resaca del quince, para colmo hoy había trabajado muchísimo así que se encontraba con un humor de perros.
Qué viejas estábamos.
La bocina del metro sonó avisándonos que estaba próximo nuestro transporte.
— Dios mío, estoy vieja hasta para beber – se quejó mientras abordábamos el vagón y nos ubicábamos de pie en el fondo, puesto que no habían asientos libres.
Me reí por su comentario mientras hacía una mueca.
— Dímelo a mí, yo estoy vieja para todo. Hasta para ligar.
Pum. Con mi comentario conseguí pintarle una media sonrisa en su expresión hastiada.
— ¿Ligar? ¿De qué hablas? — me preguntó con expresión de niña curiosa.
— Bueno, pues que en la dichosa fiesta, mientras tú bailabas como si no hubiera un mañana, se me acercó un tío que no sé ni quién era, pero creo, sólo creo, que intentó ligar conmigo.
— ¿"Sólo creo"? ¿En serio? ¿Qué aspecto tenía? ¿No será Juan?
Bien, ahí se hacía presente su verborragia normal de cuando estaba realmente intrigada.
— ¿Quién es Juan? — pregunté al borde de la carcajada.
— Uno que intenta ligar con todas las chicas que conoce. Es moreno, de ojos marrones, tiene aproximadamente mi estatura...
— Espera. ¿Juan no era el que estuvo con nosotras desde un principio? ¿El de mantenimiento?
— Ah, sí cierto — su expresión fue de alivio.
— Pues no, entonces no. Era un tío guapo.
Se había dispuesto a beber un sorbo de su vaso de café, pero dejó la mano a medio camino. El rostro se le iluminó por un momento para luego apagarse nuevamente.
— ¿Guapo? ¿De verdad? Oye espera, ¿Y porqué no ligaste con él?
Entrecerré mis ojos.
— ¿Y cómo sabes que no lo hice?
— Porque te conozco, amiga. Tu ex tuvo que aprender a hacer señales de humo para hacerte entender que le gustabas — hice una mueca ante la sola mención del innombrable —. Eres tan inocente hija mía, parece que tuvieras quince y no treinta.
Pestañeé varias veces ante su comentario.
— ¿Y entonces para qué preguntas? — ríe y tomo de mi vaso, y ante su expresión, añado –: pues no lo sé. Supongo que porque no me involucraría con gente así nunca, ¿sabes? No creo que fuese compatible con ningún hombre de ese ambiente.
— Y ahora estás siendo prejuiciosa — comentó con una ceja alzada.
— No, no lo soy — me miró alzando la otra ceja — Bueno, sí lo soy. Pero sólo en este caso. Creo que seríamos muy diferentes, no tendría ganas ni de arriesgarme, me conozco — perdí mi vista un momento en donde venía a mi mente el recuerdo de aquella noche —. Pero hostia, si era guapo — añadí con media sonrisa y su mirada aún en mis pensamientos. Recuerdo que cuando mis ojos encontraron los suyos, lo primero que se me vino a la cabeza fue que jamás había visto una mirada tan hermosa, profunda y desconcertante.
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Hombre de Negocios (HISTORIA TERMINADA)
RomanceEn estos días, la continuación!!! Libro II: Hombre de Negocios - Jugando con Fuego "Encuentro" Un hombre de negocios bien plantado en su carrera, con un futuro brillante, una empresa a cargo y muchos dilemas que resolver, pero su vida está vacía hac...