Prólogo

277 5 0
                                    



Jared

Soñé con un ángel. Soñé que el ángel me llamaba, y me mostraba el camino. Uno lleno de luz, de libertad y armonía.

Era un ángel hermoso, de cabello rubio y largo hasta la espalda, etéreo, con un aura diáfana y clara.

Soñé con un ángel, y a medida que me acercaba más descubría su belleza y caía en el influjo de un hechizo del que, sabía, no había salida. Vaticinaba ser la cura a todos mis males, la lucha definitiva contra mi lado ruin, la promesa de alejar por fin a todos los demonios que me atormentaban. Vaticinaba que el camino iba a ser duro, que las adversidades nos acecharían, nos sobrecogerían, nos lastimarían; pero aún así, me aseguraba con su expresión y sus gestos que al final del sendero, el fruto iba a ser un regalo del cielo.

Soñé con un ángel, y cuando estuve lo suficientemente cerca, no hubo anhelo más grande en toda mi vida que el de poder tocarla. Levanté mi mano, y ella la suya. Me llamó por mi nombre, y su voz sonó en mis oídos como un coro celestial. Fundimos nuestros dedos, y emitieron luz, la misma luz que irradiaba ella, y sentí que me envolvía, que me cubría, me desbordaba; haciéndome testigo de una verdad irrefutable: que ahora ya nunca podría vivir sin ella.

En mi mente se sucedieron mil imágenes hermosas, risas de niños, un canto magistral, y me sentí en mi hogar. Jamás había pertenecido tanto en mi vida a algún lugar, como a su lado. Caminaríamos juntos, lo sabía; llegaríamos más lejos que nadie.

Soñé con un ángel... y me desperté en paz.

Hombre de Negocios (HISTORIA TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora