En multimedia: Tu amor me hace tanto bien – Alejandro Fernández (canción interpretada en la escena del auditorio).
Jared
Esa noche me di una ducha y me vestí desganado con un jean oscuro y una remera negra con un estampado de letras blancas.
Manuel me había pedido aquella mañana que lo acompañase a ver al hijo que hacía su primer presentación cantando en el anfiteatro de la academia a la que asistía, con el grupo con el que tomaba clases, al parecer el muchacho quería dedicarse a eso y lo hacía bien.
Después de lo que había visto y sentido aquella tarde, en aquel parque, lo último que me apetecía era salir, pero no pude decirle que no a Manuel, no cuando era la única persona que más me había dado sin pedirme nada nunca.
Él estaba muy orgulloso de su chaval; sonreí apenas ante el espejo recordando cómo toda la semana estuvo hablando sólo de eso en la oficina.
Yo conocía al niño desde que había nacido, aunque no lo veía hacía muchos años, y la curiosidad en mí despertó por querer ver el casi ya hombre en el que se había convertido.
El auditorio donde se presentaría era a tres cuadras del bar de mi amigo, y como llegué algo temprano al centro aproveché para pasar por ahí a tomar una cerveza antes de reunirme con Manuel.
Nos saludamos con un tosco abrazo como siempre, mientras Eme me daba charla de las cosas del bar y ya destapaba dos botellas, íbamos a nuestro apartado de siempre en la barra. Tomé asiento en la banqueta alta recargándome en la amplia superficie con los codos y echando una ojeada al bar.— Hay gente — mencioné luego de haber intercambiado ya algunas palabras con él.
— Sí, parece que hoy se trabajará bastante — contestó animado —. ¿Y tú? ¿Cómo van las cosas en la empresa?
— Complicadas – le respondí resoplando y le comenté acerca de lo incómodo de la situación, tener que moverme a todos lados con la presencia de los hombres de Juan Cruz detrás mío.
— Sí, algo me contó Juan. Imagino lo que debe costarte – dijo, mientras yo asentía apesadumbrado — Por ese motivo entiendo que las cosas deben estar realmente complicadas. Solo así accederías a tener continuamente dos monos detrás tuyo.
— Max aceptó sin más dejar la empresa. Aún queda la reunión con los abogados, pero aunque de modo extraoficial ha convenido con lo que le pedimos — le comenté —, eso despertó la suspicacia de Juan Cruz y Manuel. Por consejo de ellos es que me advine a aceptar la custodia. Confiscaron su ordenador también.
— Bueno a ver, no es que sea muy difícil — opinó —, era aceptar o ir preso, seguramente.
Asentí.
— Pero aún así tu primo desconfía. Cree que es demasiado bueno para ser cierto de acuerdo al perfil que tiene de Max.
— Increíble — comentó luego de un momento, aún asombrado —, pensar que no le hace falta dinero, debe tener unos buenos millones en el banco, y aún así sigue molestando.
— Los tiene. Los que están declarados que forman parte de sus ingresos y mucho más debe haber que se llevó ilícitamente — contesté con presteza, jugando con el botellín —. Pero eso no quita que lo despojamos de lo que hasta ahora había representado para él un cargo de bastante poder. Ser el director de Astral no es poca cosa, te lo aseguro. Sin ir más lejos, eso le granjeó el favor de varios pesos pesados del mundo bajo — mi amigo abrió los ojos con desmesura ante el asombro —. El mismo Cazador está en su lista de amigotes.
Hizo una mueca llena de asco.
— No puedo creerlo — sólo comentó mientras yo asentía —. Desgraciado hijo de puta.
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Hombre de Negocios (HISTORIA TERMINADA)
RomanceEn estos días, la continuación!!! Libro II: Hombre de Negocios - Jugando con Fuego "Encuentro" Un hombre de negocios bien plantado en su carrera, con un futuro brillante, una empresa a cargo y muchos dilemas que resolver, pero su vida está vacía hac...