Daughter

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El sentimiento de culpabilidad me invadió severamente, la vi tan débil e indefensa con su cara mojada por sus lágrimas y sus ojos completamente rojos que mi corazón se me arrugó. Me quedé parado en la puerta observando como poco a poco con las fuerzas que le quedaban Shanodee intentaba pararse.

-Shan..

-¡No me toques!. Exclamó alejándose de mi.

-Oye..perdón no quise herirte de ese modo. Dije sentándome en la cama.

-Esto se ha salido de control, ya no son violaciones normales sino un castigo perpetuo lleno de torturas que causan un dolor infinito. Dijo haciendo una mueca.

-Esto fuese diferente si tu te dejaras llevar y no te pusieras obtusa. Respondí de mala gana.

-¿Qué no entiendes que yo jamás podré sentir atracción alguna por ti?. Me preguntó con la voz entrecortada.

Sus palabras cayeron en mi estómago como patadas, me quedé con esa oración retumbando en mi mente una y otra vez. Me paré y me fui a la cocina, busqué una bolsa de sangre que tenia oculta y se la di a Shan.

-Toma te podrás mejor. Dije entregándosela.

-Gracias. Musitó.

-De nada. Respondí.

Shanodee's POV

Que doloroso era el sexo anal, de verdad que era lo mas mierda de la vida. Un dolor indescriptible donde sientes que se te romperá el culo en dos y lo peor es que podía hacer algo al respecto pero tenía miedo a que Dominic arremetiera contra Amelía. Me quedé estática en la misma posición esperando a que nuevamente regresara para seguir haciendo sus cochinadas conmigo pero no. Me di la vuelta y estaba allí con su manía de observar cada movimiento que realizaba, cuando vi que se disculpó quise creerle pero no había forma de perdonarle lo que me había hecho. Luego de darme la bolsa de sangre me paré y al rato un liquido de color turbio comenzó a bajar por mis muslos internos.

-Shan te estás chorreando. Dijo Dom divertido.

No le respondí y me fui directamente al baño del piso de abajo a bañarme rápidamente de modo que a Dominic no le diese tiempo de abusar de mi por "décima octava vez". Terminé de acicalar mi cuerpo y salí vestida de una. Al pasar por el pasillo toda la casa estaba a oscuras.

-Que raro ¿Se habrá ido la luz?. Me pregunté a mi misma.

-Dominic. Lo llamé pero no recibí respuesta.

Mi instinto me decía que algo no andaba bien, había mucha brisa helada proveniente del norte así que subí para arropar mejor a Amelía pero al entrar en la habitación vi a Dom con un cuchillo enorme a punto de clavárselo a mi pequeña.

-Si yo no la puedo tener a ella, púes ella no te tendrá a ti. Masculló.

-¡Nooooo!. Dije recibiendo la puñalada en mi pecho.

-¡Por Dios!. Exclamó Dominic con ojos de huevo tibio.

-¡Ahhh!. Gritaba mientras intentaba sacarme el cuchillo.

En cuestión de dos minutos pude liberar mi pecho del objeto cortante pero el dolor y la pérdida de sangre era incesante. Amelía estaba llorando desesperada.

-¿Por qué?. Le pregunté a Dom golpeándolo.

-¡La odio! La odio con todo mi ser. Contestó alterado.

-Maldito metete conmigo pero con mi hija no. Dije clavando el mismo cuchillo en su abdomen.

-Sigo siendo más fuerte y más rápido que tu.

-No por mucho. Dije noqueandolo.

Dominic cayó inconsciente y me dio chance de pensar en lo que haría para salvar a mi hija de las manos de él. Pensé y tomé una decisión rápida y empaqué todas las pertenencias de Amelía y me la llevé de allí. A la mitad del camino un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral haciéndome temblar cosa que me hizo apresurar mi paso. Sé que era algo alocado pero era la única opción que tenía. Había pasado mucho tiempo desde que no visitaba estos lares por obligación de Dominic, me acerqué y toqué el timbre de la casa.

-¿Shanodee?. Preguntó Jeremy sorprendido.

-Hola amor. Respondí.

-¡Por todos los cielos!. Exclamó viendo a la bebé en mis brazos.

-Dejame entrar por favor, es de vida y muerte. Dije muy nerviosa.

-Claro pasa. Dijo abriéndome paso.

-Tengo que ser breve porque él de seguro viene por mi. Dije colocando las cosas de Amelía en la sala.

-¿Qué es lo que sucede?. Preguntó.

-Volví a dejarte lo mas preciado que tenemos. Respondí.

-¿Como dices?.

-Así como escuchaste, ella es Amelía nuestra hija. Dije entregándosela en sus brazos.

-¿Mi hija?.

-Sí, sé que es bastante loco pero pasé todos estos meses embarazada de una hermosa bebé que ambos concebimos.

-Y Dominic ¿Está muerto?.

-Desafortunadamente no, lo dejé inconsciente pero no será suficiente. Te traigo a Amelia para que por favor cuides de ella, Dom estuvo a punto se asesinarla pero lo impedí. Dije mostrándole mi herida.

-Shan él ¡Te matará!. Gritó.

Inmortalidad Maldita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora