Inmortalidad Maldita II

Rompiendo barreras

Shanodee's POV

¿Enloqueci? No, solamente descargue toda la rabia, el odio y el desprecio que sentía hacia Dominic. Nunca pensé que tantas cosas malas le pudieran ocurrir a una persona en tan poco tiempo, tampoco pensaba en que mi cuerpo poseía la capacidad de generar destrucción. Al salir corriendo como caballo desesperado me dirigí primero al lugar donde parte de mi desgracia había comenzado, Bloody Lab. Llegué y sin mediar palabras violente la puerta y entré en busca de Nathalya.

-¿Shanodee?.

-¿Quien mas querida?.

-¿Qué haces aquí?. Preguntó extrañada.

-Vine a decirte que tu también eres culpable de mi desgracia, fuiste tu quien accedió a convertirme. Mascullé echando a bajo todas las estanterías.

-¿Qué demonios te ocurre?. Preguntó Nath balanceándose sobre mi.

-Esto es por haberme convertido en este monstruo. Continúe lanzando tubos de ensayos, aparatos entre otras cosas.

-Detente. Dijo tratando de jalarme del brazo pero era obvio que yo le ganaba en fuerza así que la aventé contra la puerta.

Tome todas las jeringas que encontré y se las clavé en todas las partes del cuerpo dejándola como alfiletero de costurera, lucía bastante fea con toda esas púas. Me acerqué a ella y me agache para dejarle claro algo.

-La próxima vez que quieras convertir a alguien asegurate que no le estés jodiendo la vida.

-Por cierto si viene el cabrón de Dominic dile que la gente que lo hace no lo necesita, la gente que lo compra no lo usa y la gente que lo usa no lo sabe, si es lo suficientemente listo y astuto como dice no le costará descifrarlo solo y sabrá que quise decir con eso. Dije saliendo del laboratorio causando desastre en la parte delantera de la cueva

Una vez que había concluido con mi acto me detuve frente a la gran laguna que había sobre Bloody Lab y vi el hermoso paisaje nocturno reflejándose en el agua, luego tomé un nuevo rumbo en busca de personas para cazar.

Odiaba tener que asesinar a gente inocente que no tenían nada que ver con esto sin embargo mi deseo y mi sed le ganaban a mi moral. Me encontraba en la zona de gente rica y millonaria de Zeinbeefth lugar donde no todo el mundo podía ir, el parque de aguas rosas era un lugar mágico único en el mundo rodeado de flores y hermosos arboles de cerezo y por supuesto su fuente natural de agua rosada. Me senté en una de las bancas de mármol blanco a ordenar mis pensamientos, el hecho que Dominic supiese donde estaban Jeremy y Amelía me inquietaba por demás.

Eran quizás las 2AM y podía escuchar una fiesta en una de las mansiones del área, me dispuse a caminar hacia allá con deseo de saciar mi hambre, en la entrada habían guardias y perros de custodia cosa que me fastidiaba pero no jodia mi intención así que comencé primero por ellos. "Mansión NB" decía en una enorme alfombra que había en todo el camino hasta la puerta, entré y me topé con una cantidad enorme de jóvenes quienes de una manera insana disfrutaban de una fiesta con drogas, alcohol, sexo, lo típico. Todos tenían celulares, carteras y ropa de marcas súper reconocidas cosa que por un segundo me hizo sentir bastante pobre, en la recorrida por la casa encontré el bar así que me tomé la molestia de pedir un trago para que la carga de consciencia no fuera tan fuerte después de la enorme masacre que haría.

-Tequila, limón y sal por favor. Pedí insinuándole al bartender.

-WOW ¿no es una tremenda carga para ti?. Me preguntó un hombre súper apuesto que se sentó a mi lado.

-Puedo con ella. Respondí haciéndome la dura.

-Me llamo Farid Stone ¿Y tu?.

-Shanodee Yorkshire. Contesté extendiendo mi mano.

-Es un placer señorita Yorkshire. Dijo depositando el acostumbrado beso en mi mano.

-Aquí tiene su trago. Dijo el bartender interrumpiendo nuestra conversación.

-Gracias. Agradecí bebiendome de un solo golpe el shot de tequila seguido del limón el cual hizo que mi cara se arrugara.

-¿Rudo?.

-No para nada. Repliqué sonriente.

-No quiero precipitarme pero ¿quieres bailar conmigo?. Preguntó de esa manera cortés que en estos tiempo creí que los hombres habían olvidado.

-No gracias, yo no bailo. Realmente era terrible en ese aspecto, yo siempre he dicho que tengo dos pies izquierdos?

-De acuerdo. Asentó con cierta decepción.

-Quisiera hacer algo mas atrevido. Susurré en su oído.

-¿Me hablas en serio?. Preguntó abriendo sus ojos de par en par.

-Sólo sigueme Farid. Dije tomándolo de la mano y buscando un lugar menos bullicioso