Bloody Lab

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-No no para nada. Dije tratando de sonar lo mas sereno posible.

-Jajaja, descuida no te haré daño.

-No quiero sonar grosero pero tengo que irme. Dije tratando de salir.

-No podrás salir por allí, ven sigueme. Dijo caminando por un costado de la cueva.

-¿Vives aquí?. Pregunté curioso.

-Algo así. Replicó secamente.

Tenía miedo porque estaba siguiendo a una mujer misteriosa sin razón alguna pero a pesar de temer confíe en ella. Mayor fue mi sorpresa adentrarme en esa cueva y encontrar como especie de un búnker debajo del lago.

-¿Qué es éste lugar?. Pregunté fascinado al ver tantos aparatos electrónicos y demás

-Bienvenido a Bloody Lab. Respondió.

-Bloody Lab. Repetí.

-Sí.

-¿así llamas a tu hogar?.

-No, realmente yo no tengo hogar pero éste ha sido el sustituto. Dijo abriendo una nevera y sacando una botella con un liquido vinotinto bastante espeso.

Observé como buscaba una copa y se servía de aquello y luego me miraba de manera deseosa.

-¿No sabes dónde puedo conseguir algo de comida?. Pregunté al sentir mis tripas rugir.

-¡Ay! Como lo siento, olvidé mis modales. ¿Quieres algo de comer?. Preguntó sensualmente.

-Si no es mucha molestia. Respondí encogido de hombros.

-Veamos que tengo en el refrigerador.¿Te apetece salmón?. Lo preparé yo.

-Si ¡Claro!.

Vi cuando sacó un plato con una rueda de salmón ahumado, lo colocó en el horno de microondas y luego me lo entregó.

-Buen apetito.

Estaba a punto de darle un mordisco a mi cena pero un pensamiento de desconfianza invadió mi mente.

-Un momento. Dije.

-¿Por qué me ayudas si no me conoces?. Pregunté frunciendo el ceño.

-Te ayudo porque te perdiste y púes no quería que estuvieras allá afuera solo rodeado de tanto peligro. Replicó sentándose en el mesón frente a mi.

-Si hay tanto peligro como dices ¿por qué estabas sola allá fuera?.

-Porque yo me puedo defender, tu no.

-Y tu ¿quién eres? ¿la mujer maravilla?. Dije burlandome de sus palabras.

La expresión de la mujer cambió automáticamente de dulce a agresiva.

-Dejame decirte algo en primer lugar ¡jamás! me subestimes, tu no sabes quien soy y lo que soy capaz de hacer. Dijo trillando sus dientes.

¡Joder! Me cagué horriblemente al ver esa mujer angelical hablar cual demonio espantaba y mucho.

-Disculpa de verdad yo no quise ofenderte. Dije muerto del miedo.

- Eres débil humano. Dijo con cierto aire de superioridad.

-¿me llamaste humano?. Pregunté confundido.

-Sí.

Hice caso omiso a eso y me dispuse a comer.

-¿Tienes nombre?. Pregunté mientras masticaba.

-Sí, Sophia. Replicó.

-¿Y eres de Zeinbeefth?.

-No.

-Soy muy curioso así que te haré muchas preguntas, claro si no te molesta desde luego. Dije.

-De acuerdo.

-¿Qué era ese liquido rojo que estabas bebiendo?.

-¿Quieres probarlo?, es delicioso. Dijo sirviéndome un poco.

-¿Qué es?. Insistí.

-Sólo ¡pruebalo!.

-Está bien. Dije tomando entre mis dedos la copa y bebiendo.

Bastó sólo un sorbo para rechazarlo rotundamente. Quise contenerme pero fue imposible no vomitar.

-¿sangre?. Pregunté asqueado.

-¿No te gusta?. Preguntó con malicia.

Fue en ese momento que me di cuenta que estaba tratando con una mujer completamente loca.

-Tengo que salir de aquí. Dije parandome rápidamente.

-¿A dónde irás?. Me preguntó.

-Tu eres una ¡loca! ¿Cómo se te ocurre beber sangre?. Dije desesperado buscando una salida.

-Es parte de mi naturaleza. Respondió.

-¿Naturaleza?. Dije parando en seco.

- así es.

-¿Eres un vampiro?.

-No, pero me encantaría serlo. Dijo sentándose en uno de los sofás.

-No entiendo, si eres humana ¿cómo es que le tienes gusto a la sangre?. Pregunté.

-Adopté el estilo de vida y alimentación de los vampiros como una posible teoría de transformación.

-¿Por qué querrías transformarte en vampiro? En algo que no existe.

-Porque es un ventaja sobre cualquier humano, el ser inmortal. Gracias a la ciencia un grupo de científicos y yo estamos en la planificación de un experimento dónde pondremos a prueba nuestro conocimientos sobre biología, anatomía, química, etc

Me dispuse a escuchar detenidamente la explicación de Sophia, sonaba genial pero también muy descabellado.

-Ahora es mi turno de preguntar ¿Qué te llevó hasta estos lares?. Preguntó la rubia.

-Púes digamos que me perdí en el bosque, no encontré camino hacia la ciudad así que decidí buscar un lugar donde pudiera pasar la noche.

-¿Te gusta explorar?.

-No. Respondí.

-¿Entonces que hacías en la montaña?.

Boom tiro en el corazón literalmente así lo sentí porque al preguntar eso recordé la verdadera razón.

-No quiero hablar del tema. Dije evadiendola.

-¿Es una mujer cierto?.

*suspiré*

-Sí. Afirmé

Inmortalidad Maldita IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora