Episodio 8: Apocalypse.

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Todo esto de la tensión se disipó un poco cuando James llamó a Dave para que se uniera a Lars y a mí. Lo hizo por un rato, mas no dejo de mostrar su incomodidad. Yo quería salir de ahí pero sería grosero, ya que como James había dicho, esto era para nosotros. Lars era bueno con los rasgueos y acordes. Dave nunca aparto la vista de mí, y se que que era para que en ningún momento mirara a Lars. Sin embargo, el hombrecito castaño, trataba de llamar mi atención siempre que podía. Estuvimos ahí hasta las diez de la noche, pues, al día siguiente nuestro ensayó sería temprano. Caminamos a casa en silencio, ninguno de los dos quiso decir nada por obvias razones.

Mi guitarra comenzó a lastimarme, por un momento la sentí muy pesada y comencé a hacer movimientos para disipar la molestia, lo cual notó.

— ¿Quieres ayuda? — me preguntó de repente.

— No, estoy bien, gracias — dije más animado.

Hacia frío y probablemente llovería. Nosotros caminábamos en medio de la calle.

Continuamos hasta llegar a casa, dejamos nuestras cosas a un lado de la puerta y nos sentamos en el sofá de nuestra pequeña sala.

— ¿Sabes como funcionan esos anillos de promesa? — me preguntó de repente.

Negué, no tenía conocimiento del todo.

— Tienen un significado muy hermoso — sonrió nervioso.— En los siglos pasados, se consideraban como una intensión de futuro compromiso o casamiento, como sea — hizo un gesto.— En palabras cortas, al darlo, se entendía que esa persona se estaba entregando enteramente a ti — pausó.— Y bueno, yo... Quería darte algo para el día de hoy — metió la mano al bolsillo de su pantalón y sacó un cordón con una especie de colgante.— Es para ti.

Lo puso en mi mano y me dejo mirarlo. Era una pequeña pulsera que traía una plumilla de metal.

— Lo hice yo — soltó una risita.— Lo hice con la intensión de que tuviera el mismo significado que uno de esos anillos — me miró.— Me pareció más original.

Sentí una felicidad de sobremanera.

Tomó la pulsera y me la puso en la mano izquierda, junto a mi reloj. Era muy bonita.

— Gracias, es muy bonita — sonreí.

Se acercó a darme un beso en la frente y esbozó una sonrisa.

Nos quedamos mirando la pequeña televisión que había en la sala hasta que me quede dormido. No supe cuanto me dormí pero Dave me despertó tiempo después.

— Cariño — susurró moviendo mi brazo un poco.

— ¿Qué sucede? — abrí los ojos con suma lentitud.

— Es hora de dormir — sonrió divertido.

Me levanté del sofá lentamente, tallando mis ojos. Sabía que dormiriamos juntos. Me dirigí a la habitación y me dejé caer sobre la cama. Acto seguido, quité mi ropa dejándola caer al suelo y quedando en bóxer. Dave hizo lo mismo y se acostó a mi lado.

Sentí que poco a poco me dormía, pero de repente me asusto acariciando mi nariz  y labios, con suma lentitud y suavidad. Minutos después me quede dormido.

Soñé que estaba en un gran camino, aunque realmente no conocía el lugar ni a donde me dirigía. Dave estaba a mi lado caminando también. Todo era extraño hasta que aparecí en otro escenario, con cientos de personas gritando. Inmediatamente lo relacioné con Metallica, pero ¿Y Dave? Lo busqué por todas partes, no aparecía por ningún lado.

— ¡Dave! — gritaba dentro de aquel estado.— ¡Dave, esto no es gracioso!

Cuando comprendí que nada se trataba de una broma, me asuste. Nadie me hablaba de Dave, nadie contestaba. James Hetfield se encontraba cantando una extraña canción que no reconocía de ninguna otra banda, ¿acaso era nuestra? Cliff Burton se encontraba tocando el bajo, moviendo su cabello de la forma más hermosa que miré. Miré hacia atrás y ahí estaba Lars, me miraba tranquilo pero no me decía absolutamente nada, él no estaba tocando.

Mi desesperación me llevó a gritar por todos lados pero nadie me miraba, ni siquiera me escuchaban.

— ¡Daveeee! — resonaba por todos los lados de mi sueño.— ¡Daveeee!

Y hubo un momento en el que ya no escuchaba nada, a nadie. Sólo escuchaba mis gritos incontrolados. Mi compañero de vida no estaba en ningún lado. Continúe gritando hasta que sentí que algo se rompió dentro de mí. Me relajé muchísimo y caí en el suelo, o eso miré.

— Kirk, cariño, despierta — escuché la voz del pelirrojo a lo lejos.— Kirk, abre los ojos.

Me sentí en una especie de encarcelamiento, como en una caja de algo, comencé a mover las manos cada vez sintiéndome más retraído, y después comencé a abrir los ojos.

— Mirame, amor, tranquilo — me tomaba de las manos con fuerza.— Oye, oye, tranquilizate.

Sentí lágrimas en los ojos y miré su rostro asustado.

— ¿Qué sucede? — dijo nuevamente.

— Tú no estabas... — dije jadeante, ahogado en un sollozo.— Dave, tú no...

— Tranquilo, no pasa nada, aquí estoy — me abrazó acariciando mi cabello y besando mi frente.— Tranquilo.

Y ahí estaba Dave.

Por alguna extraña razón, mi sueño había sido más real de lo normal. Entré en pánico total al no mirar a Dave ahí y en su lugar, mirar a Lars. Me llenó de una profunda tristeza al pensar en que esto podría ser real.

— Te amo — susurró por lo bajo.

— También te amo — contesté con un nudo en la garganta. Ahora ya estaba lleno de miedo pero más tranquilo. Miré mi plumilla, pero sólo me preocupaba más.

No quería que Dave se marchara nunca.

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El dibujo mostrado en multimedia, fue hecho por Hamster_Hell666. Quiero agradecerle por dejarme ponerlo aquí

Dejo esto. Realmente espero que les agrade y perdonen por no hacerlo diferente, estoy haciendo lo mejor que puedo.

Fue un placer.

in the hell; klarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora