in the hell; klars

Episodio 36: Communication Breakdown.

KIRK.

No entendía lo que estaba sucediendo. Estaba muy molesto, incluso podría golpear a Lars aunque no tuviese la culpa de nada. James y Cliff hablaron conmigo ya que el castaño no podía ni siquiera moverse. Su estado de shock me hacía dudar de todo lo que aquellos dos me decían.

—... Y regresó algo ebrio, pero estaba consciente — concluyó Cliff.

— Fue el día que te llamó — reparó el rubio.

Me inmuté.

— No hizo nada malo, Kirk — ambos me miraron.

Asentí y me detuve a pensar unos momentos. Miré a Lars, tenía la mirada perdida en el suelo. Me levanté y caminé quedando frente a él.

— ¿Lars? — le llamé. Levantó la mirada y parpadeó.— ¿Podemos hablar? — aclaré la garganta.

Asintió y se levantó.

— Nosotros nos encargaremos de instalar a Jason — me informó James sonriendo abiertamente.

— Gracias — sonreí y caminé con Lars hasta su habitación. Una vez ahí, me senté en la cama y él me miró.

— Realmente lo siento, no debía ir con él — suspiró pesadamente.

— ¿Qué ocurrió con Dave? — le pregunté.

— Él me ayudo un poco con todo este asunto — me miró rápidamente.— ¿Por qué...? — no terminó.

— Noté cierta cercanía — subí los hombros. Me quede en silencio unos segundos, formulando lo que iba a decir.— Pensé muy bien las cosas, Lars — le miré y me levanté nuevamente, acercándome hacia él.— Si tú quieres podemos intentarlo y hacer las cosas bien, verdaderamente Dave... — me interrumpió con un besándome.

Suspiré entre aquel beso por la lentitud tan satisfactoria que llevaba.

— Haré lo que sea — susurró contra mis labios.— Pero no vuelvas a irte, por favor — rozó su pequeña nariz con la mía.

— Sólo no vuelvas a estar con groupies — sonreí.

Hizo un gesto gracioso, y me miró por unos eternos segundos. Después volvió a sonreír y me beso.

— Te extrañé — susurró con la voz ronca.

— Yo también — le acaricie los labios con mi pulgar.

La atmósfera que creábamos era distinta ahora; ya no había tanta timidez como antes. Extrañaba sus rasgos físicos, extrañaba su perfecta naturaleza y la suavidad de su piel. El aroma de su perfume me encantaba, pero amaba más su olor natural. Le acaricié el cabello y acomodé algunos de sus mechones detrás de su oreja y acariciando su mejilla, le di un tierno y casto beso.

— Debes estar cansado — sonrió.— ¿Quieres dormir? — tomó uno de mis rizos y lo enredó en uno de sus pequeños dedos.

— Quisiera ducharme antes — esbocé una sonrisa. Estaba atontado.

— ¿Quieres bajar por tus maletas? — negué.— Oh, bueno, creo que aún tengo ropa tuya que recién lave — hizo un gesto.— Papá Hetfield me hizo asear esté lugar — suspiró para después reír.

— No es tan malo — le mordí el labio.— Vamos.

Hizo un gesto de desagrado, no quería ducharse.

— Anda — levanté su camisa y se la quité. Lo miré y acaricié sus hombros.

— ¿Jason es gay o algo parecido? — me preguntó a la vez que hacía lo mismo que yo hace un momento.