Episodio extra: Wedding (pt. 2)

453 64 133
                                    

— Te amo — miré a Lars.

— Yo te amo más, amor — me dio un beso en los labios.

Jason fue por Rebecca y la acercó a nosotros. La expresión en el rostro de Lars era como un acertijo, pero sabía que no estaba muy feliz de verla. Sin embargo trató de sonreír y la saludó.

— Felicidades, chicos — su voz salió entrecortada, y pude observar como las lágrimas nacían entre sus orbes. Se acercó a nosotros y nos abrazó a ambos.

— Gracias, cariño — Lars habló antes que yo. Aquella última palabra que sonaba muy afectiva, había sido una burla, pues no le gustaba para nada que yo le llamase así.

La chica se separó de nosotros y se alejó, permitiendo que algunas personas más pudieran acercarse.

No la perdí de vista ni un segundo.

Una vez que todos se apartaron de nosotros, nos dirigimos a la mesa en la que estábamos antes y tomamos asiento mientras todos regresaban a bailar. El ambiente para mí estaba un poco tenso, ya que Rebecca estaba sentada frente a nosotros y no dejaba de mirarnos.

— ¿Puedes... —Lars se acercó a mí—, puedes pedirle a esa zorra que deje de mirarnos? — me susurró.

Sentí la molestia en sus palabras.

— Amor, ella no...

— ¿Sabes? —sonrió y me interrumpió—. Los chicos me dijeron que la invitarían y creí que sería buena idea porque ha pasado mucho tiempo y pensaba que te daría igual, pero veo que no —se acomodó el cabello—. No quiero molestarme contigo por una tontería, pero es muy incómodo que ni siquiera puedas dejar de mirarla.

— Ella está mal, Lars —dije algo hastiado, pero no por él, sino por la mirada tan insistente de Rebecca—. Hablaré con ella — me aproximé a levantarme.

— No, no lo harás —me tomó de la muñeca—, no vas a levantarte de aquí, Hammett.

Por primera vez en dos años, había mirado a Lars verdaderamente irritado y molesto.

— Dios, está mal, Lars —sentí su agarré más apretado—. ¿No puedes entenderlo?

— Ella se lo buscó — aseveró.

— No hagas esto, amor —lo tomé de la mejilla con mi mano libre y le besé los labios, tratando de darle más tranquilidad—. Sólo hablaré con ella de lo que ocurre, ¿sí?

— Es que, Kirk —tomó una bocanada de aire—, tú tienes una debilidad por ella y...

No es así, amor —junté nuestras frentes—. Si yo tuviese debilidad por alguien más que no seas tú, no te hubiese pedido que te casarás conmigo.

— Lo dices porque quieres ir con ella — no sabía si reír o abrazarlo por la ternura que me causaba.

— No, cariño —le acaricié los labios con mi dedo pulgar—. Sólo hablaré con ella, ¿sí?

Asintió tímidamente.

— Date prisa antes de que me arrepienta —comenzó a reír. Me levanté rápidamente.

— Te amo — le sonreí.

Crucé la pista de baile y me dirigí hacia donde estaba sentada Rebecca. Me sentía nervioso, pero debía ser claro con ella.

— Hola — le saludé una vez que llegué hasta ella, tomé una silla y me senté a su lado.

— Hola — sonrió con desgano, pero sabía que era por la nostalgia.

in the hell; klarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora