Episodio 16: Blackened.

754 97 35
                                    

Bajaba por las escaleras del edificio. Pensaba ir con lo chicos y a la mañana siguiente regresar a casa con mamá. Bajaba las escaleras con lentitud mientras me limpiaba las lágrimas y me colocaba los anteojos.

Abrí la puerta principal del edificio.

— Rayos — escuche una voz conocida que se asomó una vez que abrí la puerta. También tenía la mano en la manija como yo.

Mire su rostro. Me quede encantado nuevamente. Traía unos pantalones ajustados con sus zapatillas desgastadas, una chaqueta y su inconfundible cabello castaño estaba suelto.

— ¡¿Kirk?! — me preguntó asombrada.

Rebecca estaba frente a mí.

Julio, 1980.


— No estoy seguro — dije riendo.— Estoy ebrio.

— No es verdad, sabes de lo que estas hablando — reía mientras se levantaba suavemente.— Anda — dijo caminando hacia el pequeño tocadiscos y puso una canción que marcaría mi vida.

"It Ain't Like That" de Alice In Chains comenzó a sonar.

Su atuendo de colegiala parecía adecuado para la situación. Los agresivos acordes de la canción comenzaron a provocar sensaciones extrañas en mí y más aún al mirarla acercarse con un sensual movimiento de caderas. Tropezó con un par de botellas de cerveza vacías pero eso no le impidió seguir. Traía puestos unos tacones negros.

Yo estaba sentado en la esquina de la habitación en un pequeño sofá. Sólo tenía puesto un bóxer pues estábamos en mi casa. Me ponía nervioso con cada paso que daba pero era fascinante. Llegó frente a mí y comenzó a desabrochar los botones de su camisa blanca escolar con mangas largas. Un sujetador color guinda se dejo ver entre sus ropas con cada botón menos. Movía las caderas exquisitamente lento. Desabrochó el pequeño botón de su falda y bajó delicadamente su cierre, dejando caer la pequeña prenda. Sus bonitas piernas acompañadas de medias blancas con ligueros me fascinaron aun más. Sus bragas del mismo color de su sujetador eran perfectas para tapar toda su feminidad. Se quitó la camisa y se acercó aun más para sentarse sobre mis piernas y seguir moviendo las caderas, frotándose intencionalmente en mi entrepierna. La sonrisa que su rostro dibujaba era inolvidable. Su cabello bajaba por sus hombros suavemente, deteniéndose en sus prominentes pechos. Llevé mis manos a su cintura la acaricié suavemente pues no sabía que hacer exactamente. Ninguno de los dos lo sabía, pero desde un año antes, habíamos pactado perder la virginidad juntos.

Se acercó más a mí y me beso apasionada. La canción estaba por terminar pero sabía que una mejor vendría. Acaricié sus muslos tranquilamente, a lo cual respondió encogiéndose un poco de hombros. Recorrí las manos suavemente pasando por su trasero y hasta llegar al broche de su sujetador; lo desprendí suavemente y esperé a que se lo quitara. Lo hizo sin dejar de besarme. Se apartó un poco para tomar aire y miré el cielo.

Sus pechos estaban frente a mi rostro. Sentí una extraña calidez en mi entrepierna. Le besé el cuello mordisqueando y succionando un poco, su reacción eran pequeños gemidos mientras me jalaba un poco el cabello; baje suavemente y deposité pequeños besos entre sus pechos... Me paralice ahí. Sabía que hacer pero no sabía que tanto lo quería ella. Mire hacia su rostro y nuestras miradas chocaron. Estaba esperando a que lo hiciera. Me sonroje pero ya no era momento para dar un paso atrás. Nervioso, comencé a besar uno de sus senos y con una mano acaricié el otro. Soltó un gemido. Lamí uno de sus pezones suavemente, escuche jadeos; lo chupe despacio y apreté suavemente con mis labios. Una de mis manos acariciaba su espalda y la otra su otro seno.

— Kirk... — dijo jadeante.— Espera... — arqueó un poco la espalda.— Quiero hacer algo...

Me aparté de ella y la miré confundido.

Se levantó cuidadosamente y se arrodilló. Ese pequeño lapso me hizo darme cuenta de que "Communication Breakdown" comenzaba a sonar. Bajo un poco mi bóxer y se lamió los labios.

Gemí. No hubo más. Una sensación cálida y húmeda atrapó mi miembro, ni siquiera noté cuando lo sacó. Me acarició completamente con sus labios y lengua. También masajeaba suavemente con su mano. Me miraba mientras lo hacía.

— Ay Dios... — expresé estremeciendome.

Esbozó una sonrisa sin dejar de mirarme. Me tomó de la mano y continuó con la felación. No quería que se detuviera. Acaricié su cabello con la mano que me quedaba libre, quería tirar de él y lo hice.

De repente se detuvo y se levantó. Me extendió la mano, e hizo que me levantara también. Avanzamos hacia mi cama. Se acostó y me jaló hacia ella. Ya ni siquiera estaba nervioso. Sabía que hacer. Procedí a ensalivar un poco la punta de mis dedos y los introduje un en sus bragas. Soltó un jadeo al sentirme acariciando su clítoris. Le besé los labios suavemente y continúe con los movimientos circulares de mi mano. Atrapó mi labio inferior entre sus dientes y gimió. Exploré un poco más su zona íntima, apartando un poco más sus bragas pues me estorbaban. Sus fluidos la habían lubricado bastante ya. Introduje uno de mis dedos en ella cuidadosamente, tratando de no lastimarla. Gimió aunque hizo un gesto de dolor, pero trató de reír para que no me asustara.

— ¿Estas bien? —  sonreí.

— Si — dijo tranquila.

Le di un beso en la frente, me estire un poco y saqué un preservativo de mi cajón. Tomó unos segundos abrirlo y otras más, ponérmelo. Aparté sus bragas con cautela, abriendo un poco sus piernas, posicionandome entre ellas. La miré pero tenía los ojos cerrados. Me incline sobre ella y me introduje suavemente. Se sentía un poco apretado pero no me dolía. Sentí sus uñas en mi antebrazo lo cual me asustó.

— No, no, esta bien... — dijo con un gesto de dolor.

Empuje un poco más. No podía dejar de mirar su rostro, me causaba remordimiento.

Comencé a moverme lentamente. Sentí excitación de sobre manera pero me preocupaba. A pesar de que trataba de detenerme no podía. Ella comenzó a gemir. Gemidos de dolor contaminados de placer. Nada más que eso.

Minutos después desapareció el dolor. Era realmente excitante estar entre sus piernas. Que fuera mía al menos por esta vez.

La transpiración se presentó; me arañaba la espalda y se mordía el labio a la vez que me empujaba más hacia ella cada vez que podía. Yo besaba su cuello y dejaba que gimiera en mi oído. Amaba que gimiera para mí.

— Lee... — dijo ahogada en un jadeo.

Al parecer llegamos a nuestro clímax al mismo tiempo. Me quede sobre ella, besándole la frente y acariciando su cuerpo.

Rebecca nunca iba a desaparecer de mí, ni yo de ella.


————————————————

Sé y estoy consciente de que la canción de Alice In Chains fue lanzada mucho después, pero me pareció adecuada para la situación uwu

Gracias por leer <3

in the hell; klarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora