Episodio 27: What The Hell?

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El tiempo estaba pasando, y ya era muy notable.

Ya dolía menos todo. Lars era muy comprensivo al saber que debía ir lento con algunas cosas. Era muy cariñoso, algo a lo que yo no estaba acostumbrado, pero trataba de recibir sus actitudes como si fuera normales para mí. Ron había estado saliendo con nosotros y se mostraba molesto algunas veces cuando Lars me besaba o hacía alguna muestra afectiva, pero una vez ebrio se olvidaba de nosotros. Era difícil pues todo estaba yendo muy rápido, pero algunas veces nos deteníamos a pensar un poco las cosas. Lars era muy diferente a Dave, hablaba demasiado tratando de conocer gente nueva y agradandoles de inmediato. No podía compararlos, eran muy diferentes y cada uno tenía algo bueno para mí. Esta relación me hacia sentir muy bien y más libre. Aunque Lars era muy abierto y algunas veces me hacia sentir celos de sobremanera, cosa que nunca paso antes, pero trataba de no hacer lo que Dave hacía conmigo.

El cordón con la plumilla que me había regalado el pelirrojo, era de Lars ahora. Aunque el danés sabía de que se trataba, quiso quedarsela, y al momento no supe por qué.

James y Cliff estaban enterados de lo nuestro; sentí un miedo terrible cuando les hicimos saber que sucedía, no quería que pensaran que yo andaba de zorra con todo el mundo, pero de ninguna manera fue así. La relación con ellos se volvía más cercana a medida que los días pasaban. James me dijo que no me preocupará por lo que había pasado con Dave, después de toda mi insistencia en buscar algo nuevo. No teníamos ninguna presentación por el momento, pero tratábamos de encontrar algo. Las fiestas en algunas casas con alcohol y chicas, se volvieron más constantes; yo me mantenía un poco al margen, pues no estaba muy acostumbrado a beber. James terminaba muy ebrio como ya era de costumbre. Cliff y Lars bebían, pero eran más prudentes. Regresábamos a casa casi por la mañana arrastrando a James mientras reíamos de todo lo que decía, él te demostraba que el alcohol te hacía perder la cordura de maneras inimaginables. Las fiestas eran constantemente nuestra principal atracción, apenas tomando algunas cervezas en alguna casa, pero de esperarse que las cosas fueran caóticas al final.

La primera vez que tuve una cercanía muy fuerte con Lars, fue bajo los efectos del alcohol. Mi constante intento de que las cosas avanzaran de a poco, se terminó una mañana mientras estaba algo ebrio. Regresábamos de la juerga, yo apenas bebí unas cervezas, lo cual era bastante para alguien que no bebía.

Recuerdo exactamente que sucedió, mi rubor surge cada vez que aparece en mi memoria.

- Bien, recuestate - decía mientras me empujaba un poco hacia la cama. Sus ojos estaban algo rojos, pues no habíamos dormido bien en algo se tiempo.

- Ven - decía mientras lo jalaba un poco de los brazos.

- Debes dormir - decía algo irritado.

- Joder, ven - lo tomé con fuerza, haciendo que cayera sobre mí.

Sus piernas quedaron a mis costados, lo abrace para que no se levantara.

- ¿Qué pasa, Larsie? - acaricié su cabello con sutileza.

No respondió.

Me levanté tomándolo de los muslos y lo dejé caer en la cama, posicionándome sobre él. Siempre había sido tímido para hacer cosas como esa, pero esta vez no sucedió eso.

- ¿Qué haces? - dijo riendo mientras intentaba besar su cuello, pero me costaba mantenerme equilibrado.

- Cállate - comencé a reír también.

Deposité besos húmedos en su cuello, succionando su piel un poco. La situación al inició fue algo incómoda, pero el alcohol en mi organismo no me hacía detenerme. Mordí su cuello, suavemente; la respuesta fue un gemido pequeño. Me quite la camisa de botones de la manera que pude y me acomodé sobre Lars nuevamente. Besé sus labios y su pequeña nariz, sacándole la camisa también. Su irritación había desaparecido completamente, estaba un poco ruborizado por la excitación, incluso un par de veces trató de tomar el control pero eso de ninguna manera pasaría. Se mordía los labios y soltaba pequeños jadeos que me encantaban.

Estaba dando un paso importante y sólo esperaba no arruinarlo.

Sentía su erección en mi vientre. Metí mi mano por sus pants y su bóxer, y acaricié, sin pedirle permiso.

- Ay, joder - soltó arqueando la espalda.

Besé su cuello mientras apretaba su miembro y movía mi mano. No era pequeño, debo admitir. Le besé los labios, bajando sus dos prendas, y dándome más libertad. Me mordió el labio fuertemente y gimió. Besé su mandíbula y mordí el lóbulo de su oreja, continuando con el movimiento de mi mano un poco más rápido y apretando más. Gimió tan abiertamente que pude notar que le estaba gustando.

- Cállate, cariño - le susurré.

Negó y soltó otro gemido. Llevó sus manos al borde de mi pantalón y trató de desprender el pequeño botón. No lo consiguió.

Como era de esperarse, mi estado de ebriedad terminó arruinando todo. Traté de levantarme un poco para desabrochar mi pantalón también pero mi notable desequilibrio me hizo caer sobre el danés, lastimándolo al golpear su boca con mi frente.

Escuché un gimoteo de dolor. Me levanté en seguida y lo miré asustado.

- ¡Oh, Dios, Lars! - dije casi gritando.

Me toque la frente pero sólo estaba un poco adolorida por el impacto.

- Shhh... - expresó divertido mientras saboreaba la sangre que salía de su labio.- Tranquilo - dijo.- Estoy bien.

Lo miré sintiéndome terrible, a punto de llorar.

- Hey, no sucede nada - sonrió.

Le acomode los pantalones, me quedé en silencio y me recoste en la cama.

Es algo que recuerdo con vergüenza. Yo no era muy bueno con ese tipo de cosas y menos con el alcohol encima. Lars estaba feliz, a pesar de que no había sucedido nada. Por momentos mi atracción sexual se volvía tan fuerte, que me provocaba ganas de follar con él en donde fuera, pero mi introvertida personalidad, me hacían detenerme.

Al menos esta vez lo había intentado.

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No sé que decir. Ando emperrada hahahah pero ya quedó uwu ♥ comenten *n* no sean maricas /u\

in the hell; klarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora